Tras haber ganado las 24 Horas de Montjuïc tanto en 1969 como en 1972 -sin olvidar el segundo puesto en 1973-, Bultaco pensó en la posibilidad de rentabilizar todo aquello en los concesionarios. De hecho, esta idea no era completamente nueva pues ya en 1966 Mototrans había presentado su 24 Horas. Una máquina de serie destinada a celebrar las victorias de Ducati en la carrera barcelonesa; diseñada y producida sin intervención directa de la casa matriz en Italia.
Así las cosas, a comienzos de 1974 empezó a desarrollarse el primero de los dos prototipos relativos a lo que, de haber llegado a serie, habría sido la versión de calle derivada de la TSS 360 de circuito. En suma, el proyecto conocido como Bultaco Montjuïc. Además, la fábrica parecía no desear demasiados secretos en este sentido. De hecho, durante los primeros meses de aquel mismo año se filtró a la prensa una imagen -hoy icónica- en la que Francisco Xavier Bultó probaba el primero de los prototipos en las instalaciones de la fábrica de Sant Adrià.
Aquel mismo que, pintado en color verde, acabaría siendo expuesto unas semanas después en el marco del Salón de Barcelona. Y sí, al menos en aquel momento todo parecía ir muy en serio. Para empezar, el aspecto general de la motocicleta resultaba plenamente creíble de cara a conocer la fabricación en gran serie. Es más, la propia marca anunció cómo la producción empezaría a finales de 1974 con previsiones fijadas en unas mil unidades al menos durante el primer año.
Respecto al motor, aquel prototipo lucía el mismo bloque con 362,8 centímetros cúbicos usado por la TSS 360 24 Horas. Eso sí, aquí con el cilindro y el cárter en negro cromado mientras la culata sí mantenía su aspecto metalizado. Todo ello para rendir 36 CV a 7.000 revoluciones por minuto con un peso de 125 kilos y una velocidad máxima fijada en 175 kilómetros por hora. Si a esto le añadimos la caja de cambios con cinco marchas, el encendido electrónico o los frenos de tambor con doble leva lo cierto es que la Bultaco Montjuïc prometía bastante.
Al igual que Mototrans durante los años sesenta, Bultaco pretendió rentabilizar los buenos resultados en las 24 Horas de Montjuïc lanzando un modelo conmemorativo de sus triunfos en la carrera
Tanto que, echando una ojeada al panorama español del momento, ésta hubiera llegado a lo más alto y exclusivo del mismo, posicionando de nuevo a Bultaco entre las mejores referencias relativas al asfalto tras la enorme atención brindada durante los últimos años a las monturas Off-Road. Además, estando como se estaba en una época marcada por el arrinconamiento de las motocicletas deportivas con motores de dos tiempos, la aparición de la Montjuïc hubiera representado una digna reivindicación de estas mecánicas por parte de la marca que, años atrás, había firmado máquinas tan icónicas como la Metralla MK2.
Ahora, en esta historia nada acaba siendo lineal ni fluido. Lejos de ello, el motor parecía generar una serie de vibraciones que, si bien podían ser admitidas por un piloto de competición en plena carrera, resultaban inadmisibles para una motocicleta con pretensiones de llegar a los concesionarios como una máquina para aficionados. Con todo ello, obviamente se incumplió el anuncio de iniciar la producción de la Bultaco Montjuïc para finales de 1974.
Las vibraciones tanto en el motor de 360 como en el de 400 parecen haber sido responsables de la imposibilidad mostrada por la Montjuïc a la hora de llegar a serie; ya fuera derivando del primer prototipo o el segundo
Eso sí, aquello no significó la cancelación del proyecto pues, durante el Salón de Barcelona de 1975, fue presentado un segundo prototipo; esta vez pintado en rojo y con el motor Conquistador con 396 centímetros cúbicos. Ese mismo que ya en 1972 fuera probado sobre bastidores de la Pursang y que, por su impetuosa entrega de potencia, no sólo hacía ingobernable a la motocicleta sino que incluso lograba quebrar los bastidores.
Puestos en semejante tesitura, los técnicos de Bultaco no lograron domar las cualidades de aquella mecánica nacida para el Cross y con posibilidades muy dudosas en relación a su fabricación en serie. Y así, sin un motor creíble para su venta al por mayor, el proyecto de la Bultaco Montjuïc acabó siendo olvidado en los almacenes de la fábrica. De hecho, la casa barcelonesa no presentó un modelo de asfalto realmente novedoso y seductor hasta la llegada de la Streaker en 1977. La cual, no se nos olvide, tuvo en la 125 a su representante de serie más potente con una cilindrada de 118 centímetros cúbicos. En suma, una máquina sin punto de comparación a lo que podría haber sido la Montjuïc. Uno de los proyectos más interesantes para la Bultaco de los años setenta y, de haber llegado a las calles, el responsable de haber acercado a la afición todo el encanto desprendido por las TSS 360 24 Horas. Sin duda, una gran historia a pesar de haber acabado así.
P.D El primer prototipo, el verde, desapareció como otras muchas cosas derivadas de la historia de Bultaco. No obstante, afortunadamente existe una réplica a cargo de los hermanos Lozano expuesta en el Museo de la Motocicleta Española “Motos Made in Spain” de Alcalá de Henares. Las fotografías con las cuales ilustramos este artículo pertenecen al mismo y, como en otras colaboraciones realizadas anteriormente, deseamos agradecerles la entrega de este material editorial. Recuerden, si quieren ver de la manera más atractiva posible la historia del motociclismo en España no pueden dejar de visitar este lugar.
Galería de fotos:
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.Que sucedió con el segundo prototipo de la Bultaco Montjuitc?