La historia de los motores tricilíndricos fallidos de Ducati

La historia de los motores tricilíndricos fallidos de Ducati

Si una configuración de motor les ha salido rana a los italianos, ha sido esta


Tiempo de lectura: 4 min.

Cuando hablamos hace unos días de la Ducati Apollo, la primera motocicleta V4 de la fábrica italiana y predecesora de la Ducati 125-4 (también de cuatro cilindros pero en línea), Pay Alonso nos hizo un interesante apunte sobre la rareza de un motor de tres cilindros que también desarrollaron los de Borgo Panigale. Y como creemos que es una historia que merece la pena, pues hemos decidido hablar de los tricilíndricos de Ducati, fallidos, y que no fueron uno sino dos.

Esta historia nos lleva en primer lugar hasta 1970, momento en el que Ducati decide volver a competir en el Campeonato del Mundo de Velocidad después de casi una década de ausencia. Por un lado Fabio Taglioni se encargó del diseño de un V-twin de 500 cc y, por otro, se encargó a los británicos de Ricardo que desarrollasen un motor de tres cilindros y 350 cc de cilindrada, copiando así el diseño de las dominantes MV Agusta tricilíndricas que dominaban con ferocidad a los mandos de Giacomo Agostini.

Martin Ford-Dunne fue el ingeniero de Ricardo encargado de su concepción y lo cierto es que no escatimó en ideas innovadoras, tales como la refrigeración líquida o la inyección mecánica de combustible. Las levas dobles en culata estaban accionadas por correa y contaba con cuatro válvulas por cilindro. El embrague era seco y la caja de cambios de siete velocidades. Era capaz de alcanzar nada menos que 18.250 RPM sin romper y, según la documentación que hemos podido consultar, su escape de seis salidas (tantos como válvulas de escape) producía un sonido tan estridente como visceral.

Una vez que Ricardo tuvo finalizado el diseño trasladó toda la información a Bolonia donde Bruno Tumidei fue el encargado de dirigir su construcción. Taglioni, liado con el V2 y siendo además un verdadero hater de los motores en línea, no quería saber nada de él.

Cuando lo metieron por primera vez en el banco de potencia se llevaron el chasco de su vida: 30 CV. Tras eliminar la inyección de combustible mecánica y montar carburadores, la cosa mejoró pero no lo suficiente porque solamente lograron extraer aproximadamente unos 50 CV. Así que a finales de 1972 decidieron que lo mejor era dar carpetazo al proyecto. Y seguramente enseñar el dedo índice y el corazón a los ingleses para decir que lo mejor era dos cilindros (bueno, o puede que también querían decir otra cosa). Taglioni siempre lo puso como ejemplo de cómo no se debe fabricar un motor.

Curiosamente en aquel año, 1972, Paul Smart se hacía con la victoria en las 200 Millas de Imola y él es protagonista de nuestro segundo de los motores tricilíndricos de Ducati. Bueno, nuestro no, de Ducati. El bueno de Paul intentó volver a ganar en 1975 pero sobre una moto en inferioridad de condiciones (una Ducati Imola de 1973). Por aquel entonce los dos tiempos ya superaban en prestaciones a los cuatro tiempos.

Total que Paul Smart acabó sufriendo una caída en la que se rompió una pierna. Pero quiso agradecer a Ducati que le hubiesen dejado la moto para correr, por lo que regaló una Kawasaki H2R triciclíndrica de 750 cc y dos tiempos a Farné y Cavazzi.

Los ingenieros italianos desmontaron el motor y decidieron aprovechar el cárter para hacer un nuevo motor de tres cilindros pero de cuatro tiempos. Así podían aprovechar el el embrague en seco, la caja de cambios y la bomba de aceite. Adaptaron los cilindros de la Ducati 250 cc desmo y fabricaron un nuevo cigüeñal que se pudiese anclar a los soportes originales.

Con ello se sacaron de la manga un motor de tres cilindros que era capaz de dar en banco la nada despreciable cifra de 116 CV al cigüeñal. Comparativamente hablando, una Ducati 750 L coetánea superaba por poco los 100 CV en las mismas condiciones. Sin embargo el motor no llegó a ser probado (que se sepa) en ninguna moto, seguramente porque como dijimos los dos tiempos venían apretando demasiado fuerte.

Os recomendamos echar un ojo a este artículo de Josep Mª Galindo en el que podéis conocer la historia en profundidad de este motor, incluso con fotos de detalle y algunas características de los tricilíndricos de Ducati. También a las páginas de Fastdates e ItalianSakura, donde tenéis más fotos de ambos motors. Merece realmente la pena.

COMPARTE
Sobre mí

Ender

Japan Rules!!

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.