El segmento del custom en cilindradas elevadas no está pasando por su mejor época. Afortunadamente, hay algunos modelos que han conseguido resistir contra viento y marea. La Hyosung GV 650 Pro Aquila es uno de ellos, y tras una semana probando esta bicilíndrica empiezo a entender por qué.
La Hyosung Aquila llegó al mercado en 2005 y en este tiempo ha envejecido bien, como el buen vino. La versión que hemos probado es la GV 650 Pro Aquila, que se presentó en 2013 y que supuso un paso adelante tanto en diseño como en calidades respecto a las Aquila anteriores.
Estamos ante una custom atípica, que se sale de los cánones del segmento y rompe con algunas normas establecidas. Hyosung ha tenido la valentía de diseñar un producto genuino y con identidad propia, en vez de calcar lo que estaban haciendo otros fabricantes.
En vez de estar ante la típica custom rebosante de cromados y con una ciclística muy tranquila, los coreanos han diseñado una hot rod, capaz de ofrecer el paseo relajante típico de las custom, así como mostrar su cara más marchosa en carreteras reviradas. La Hyosung GV 650 Pro Aquila es una moto musculada, con una imagen, motor y parte ciclo que no dejan de lado el dinamismo y que hasta tienen un cierto carácter deportivo.
En cierta medida, y salvando las diferencias obvias, estamos ante un concepto que ya hemos visto antes en otras motos, como por ejemplo la Harley-Davidson V-Rod, una modelo que, por cierto, se dejará de vender este año. Si buscas una custom más tranquila, con una imagen clásica, y al estilo tradicional, los coreanos tienen otro modelo: la Hyosung ST7 PRO.
Desde fuera
Según nos acercamos a la moto, vemos que no estamos ante una custom de las de siempre, con su imagen desenfadada, alegre y brillante. La Hyosung GV 650 Pro Aquila destaca en el apartado visual por dos aspectos principales.
El primero de ellos es la fuerza que trasmite el conjunto. Si se mira de lado, la moto recuerda a un toro, con una parte delantera muy marcada, con mucho peso y protagonismo respecto a la zaga, que es más estrecha y ligera. La larga y gruesa horquilla frontal, el neumático de generosas dimensiones y, en general, todo el conjunto del motor y el tanque de combustible, le dan una apariencia muy ciclada al modelo.
Este efecto se ha reforzado al incluir unas tapas de plástico negro a cada lado de la moto situadas por debajo del depósito, y también gracias a una pieza que carena el radiador de agua y le da todavía más empaque a la zona delantera. A parte de eso, en el lateral derecho cobra protagonismo el tubo de escape, de configuración 2-1, que acaba en un silencioso cromado de gran tamaño, que le otorga aún más fortaleza al diseño.
El otro rasgo estético que caracteriza a este modelo es su imagen sombría y taciturna. Se ha buscado una personalidad oscura, reservada e interesante. El acabado cromado, omnipresente en el modelo previo, se ha sustituido por un color negro mate en numerosas partes. Esto puede observarse en el chasis, el basculante, las tapas de plástico que forman la parte delantera, el motor -y todas las piezas que lo rodean-, la instrumentación y el faro delantero, en el cual se deja un pequeño ribete cromado.
Hay otras piezas donde el cromado sí aguanta, como en el manillar, las manetas y los retrovisores. También puede apreciarse el acabado brillante en los amortiguadores gemelos y en las palancas de cambio y de freno trasero, pero prácticamente en ningún otro sitio.
A parte de esto, la Hyosung GV 650 Pro Aquila es una moto bien resuelta en el apartado estético. Tiene buena presencia y acapara miradas cuando circulas con ella por la calle. Destaca por encima de todo cómo han planteado los coreanos el diseño del colín, dándole una forma envolvente que parece abrazar la rueda trasera. El piloto de freno es de LED y tiene forma de media luna. En mi opinión, la zaga es el mejor ángulo que tiene esta moto y donde más resalta su belleza.
La Hyosung GV 650 Pro Aquila está bien construida y, en general, no da la impresión de ser una moto económica. La calidad visual de los acabados es buena y algunas partes en concreto como el trabajo de pintura o la tapicería del asiento -cuyas costuras están dadas con hilo rojo- dan muy buena sensación.
En contraste, algunas piezas concretas sí delatan el origen humilde del modelo. Ciertos cromados, como el de la bomba de freno, los intermitentes o el embellecedor de la bocina no tienen una apariencia del todo buena. Hablando de la bocina, tiene un sonido débil y enclenque; es una pieza a cambiar si sois un poco manitas.
Dejando de lado el apartado estético, la moto llama la atención por sus anchos neumáticos. Los coreanos han pasado de la tradición custom y se han decantado por unas gomas de medidas mucho más dinámicas y que le otorgan al modelo ese toque picante. Las llantas son de aluminio de tres palos, en vez de decantarse por el clasicismo de los radios. Atrás monta una 180/55/17, mientras que adelante sorprende por una inusual 120/70/18.
El asiento del conductor puede retirarse mediante una cerradura oculta en el lateral izquierdo. Debajo encontrarás la documentación de la moto y algunas herramientas básicas, pero no queda espacio para mucho más. El depósito es de 16 litros y cuenta con una bisagra en la tapa que hace las operaciones de repostaje más cómodas.
Subidos encima
Subirse a una custom siempre es agradable, y en eso la Hyosung GV 650 Pro Aquila no es una excepción. El asiento está a tan solo 700 mm del suelo, por lo que apenas hay que levantar la pierna para montarte en ella. Una vez te sientas, descubres lo cómodo que resulta el amplio y mullido sillín de esta moto, y lo agradablemente cerca que queda el manillar de ti, lo cual hace que adoptes una postura natural y erguida.
Para los que hace mucho que no montáis en custom, os pasará lo mismo que a un servidor: estaréis un buen rato buscando las estriberas con vuestros pies hasta que la cabeza os recuerde que en estas motos van mucho más adelantadas de lo usual.
El puesto de conducción es razonablemente amplio y admite conductores de todas las tallas. De todas formas, la altura ideal para llevar esta moto es por debajo de 1,8 metros. Si superas esta medida es como si tu cuerpo te pidiera echar el culo unos centímetros hacia atrás, para adoptar esa posición natural, con las piernas estiradas y 100% relajada de la que disfrutarán los conductores más chicos.
Al igual que en la mayoría de custom, el pasajero viaja en segunda clase y no tiene esa gran comodidad de la que sí disfruta el conductor. El asiento trasero tiene un mullido bastante generoso, pero es demasiado pequeño y estrecho. El asiento cuenta con una cinta de cuero para que el pasajero pueda agarrarse, una solución más elegante pero menos práctica que las típicas asas rígidas.
Además, las estriberas están demasiado altas -en relación al asiento- lo cual obliga al pasajero a ir con las rodillas flexionadas y las piernas abiertas hacia afuera. En este este aspecto está en sintonía con la mayoría de sus competidoras. Parece que estas motos no se diseñaron pensando en la conducción a dúo.
Una vez te pones a sus mandos, destaca el ancho manillar. Gracias a él, se hace bastante palanca y apenas hace falta esfuerzo para girar la rueda delantera hacia donde gustes. Destaca la maneta de freno, cuya distancia al manubrio es regulable en seis posiciones; mientras que el embrague, de accionamiento mecánico, no permite esta regulación, aunque sí se puede controlar la tensión del cable mediante la típica rosca y contratuerca, para buscar el tacto que más nos convenza.
El acabado de algunas piezas cromadas no es del todo satisfactorioEn general las piñas y botoneras tienen un tacto correcto y transmiten calidad. Los puños son de un material gomoso que agarra bien, tanto los guantes como las manos desnudas, y tienen un ribete cromado en sus extremos que visualmente parece un poco plasticoso. Destaca el comutador para activar las luces de emergencia, una función con la que no cuentan muchos modelos.
A parte de eso, me ha gustado bastante el funcionamiento de los retrovisores. Tienen una forma circular y una acabado cromado. Llama la atención el sistema de doble contratuerca para su ajuste. Tienen la típica tuerca para fijarlos al manillar en el ángulo correcto, pero a mayores tienen otra tuerca del lado del espejo propiamente dicho, para regular la inclinación -más arriba o más abajo- del mismo. Con una llave plana y cinco minutos puedes regularlos exactamente en la posición que desees, y si esto lo unimos a lo ancho que es el manillar, la visibilidad trasera es francamente buena.
La nota discordante la pone la instrumentación de la moto. Consiste en un display LCD monocromo rodeado de diferentes testigos luminosos. Estos elementos están contenidos en una especie de marco de plástico negro que emana del manillar. Este es uno de los aspectos que menos me ha gustado de la moto y donde Hyosung debería poner su atención de cara a futuras revisiones del modelo.
La moto en general entra por los ojos y da gusto verla, pero es llegar al cuadro y da la impresión de que no casa con el resto del conjunto. En una custom esperaría un cuadro de relojes y, si eso, a mayores el display LCD para mostrar el resto de parámetros. Estética aparte, la pantalla LCD cumple bien su trabajo y ofrece una visibilidad óptima en cualquier condición de luz ambiente. Además se puede regular su retroiluminación en cuatro niveles mediante un botón situado encima de ella. La información que da es correcta: velocidad, reloj, nivel de gasolina, temperatura de motor, cuentakilómetros total y dos parciales.
Se echa en falta un cuentavueltas para sacar todo el potencial del propulsor, ya que puede estirar mucho el régimen de giro para lo que esperaríamos en una moto de estas. A mayores, no estaría de más algo de información sobre consumos o sobre la marcha engranada, algo que están empezando a incluir la mayoría de modelos hoy en día.
Rodeando la pantalla hay una serie de testigos luminosos: intermitencias, punto muerto, luz larga, fallo del motor o estado del sistema ABS. Con estos indicadores ocurre lo contrario que con el LCD: a plena luz del día, cuando hay mucha luminosidad, no se ve correctamente si están encendidos o no.
Técnica
En la parte técnica es donde los coreanos más han pasado de los cánones y las normas establecidas del custom clásico, y han tomado algunas decisiones de diseño que disgustarán a los más puristas de este mundillo, pero que, en mi opinión, han sido todo un acierto, ya que gracias a ello se consigue un soplo de aire fresco en el segmento.
El motor es un bicilíndrico en V, como dicta la tradición, pero está refrigerado por agua en vez de aire. Cubica 650 cm3, tiene inyección electrónica de combustible y cuenta con cuatro válvulas por culata. La potencia es de 74 caballos a 9.000 vueltas y entrega un par máximo de 62 Nm a 7.500 RPM.
Este “bi” a 90 grados es el mismo que emplea la marca en su deportiva, la Hyosung GT 650 Pro Comet, pero se ha retocado para conseguir una curva de potencia más llena a bajo y medo régimen, buscando un tacto más acorde con la orientación del modelo. La caja de cambios es de cinco velocidades.
El tren delanterio destaca por su calidad y dinamismo, tanto a nivel de suspensión como de frenadoPara las suspensiones se recurre a una horquilla invertida de 41 mm de diámetro y 130 mm de recorrido que no permite ajustes. Atrás monta una pareja de amortiguadores gemelos con 67 mm de recorrido y que admiten regulación en precarga.
En el apartado de frenos se recurre a una pareja de discos de 300 mm para la rueda delantera mordidos por pinzas de anclaje axial de cuatro pistones. La bomba de freno es convencional. En el eje trasero monta un único disco de 270 mm unido a una pinza de dos pistones. Cuenta con latiguillos metáilcos, un detalle de calidad, y un sistema ABS de doble canal impide que las ruedas se bloqueen.
El chasis es de tipo tubular y está construido en acero, al igual que el basculante. No es una moto especialmente pesada para tratarse de una custom, pero tampoco es ligera: son 227 kg en seco. Destaca la transmisión secundara mediante correa, un sistema mucho más suave y progresivo que la típica cadena y un guiño a Harley-Davidson, principal defensora de esta solución.
Conducción
Después de toda esta retahíla de datos técnicos, es hora de girar la llave -que por cierto está en el lateral derecho de la moto- arrancar y ver cómo va realmente. Lo primero que llama la atención es su potencia. Es una moto rápida, que responde muy bien a las indicaciones del puño derecho y sorprende por su capacidad para ganar velocidad.
El motor tiene un tacto lineal y está bastante lleno en todo el régimen de giro. Puedes conducirlo en marchas largas dejando que el par a bajas vueltas haga el trabajo, o por el contrario, bajar una o dos velocidades y aprovechar su buena estirada para disponer de toda la aceleración. Quizás este tacto tan lineal haga que sea un motor muy sincero y sin sorpresas, aburrido que dirían algunos, pero resulta muy grato de conducir en el día a día, puesto que no te exige mucho trabajo con el cambio para sacar lo mejor de sí mismo.
En cuanto al sonido, con el silencioso de fábrica es una moto más bien discreta y silenciosa. Cuando aumentas el régimen de giro comienza a hacer ruido de verdad, pero en ningún momento resulta estridente o incómodo. Es el suave ronroneo típico de estas mecánicas en V.
Comenzamos nuestro recorrido callejeando por Madrid y compruebo que la Hyosung GV 650 Pro Aquila no se defiende mal por ciudad. Obviamente no estamos hablando de una scooter o una pequeña 125 de marchas, pero el día a día en la urbe no se te haría desagradable con una de estas. Es una moto baja, y eso da mucha seguridad, ya que todo el mundo llegará al suelo con las piernas sin dificultad.
La moto es bastante pesada, pero tiene el centro de gravedad bajo, por lo que es muy fácil lidiar con los 227 kg, tanto en parado como una vez en marcha. El único momento donde el peso se hace notar es cuando tienes que moverla tú a base de gemelos, para estacionarla o hacer alguna maniobra. Por otra parte, su ancho manillar la limita bastante a la hora de pasar por lugares estrechos o para “ratonear” entre los coches.
Una vez en marcha, las maniobras resultan sencillas precisamente gracias al ancho manillar. La única pega que le encuentro a la moto es que tiene la primera y segunda velocidad un poco largas, por lo que cuando el tráfico es denso y necesitas circular a velocidad reducida, hay que ir picando embrague todo el rato, en vez de meter primera y dejar que el ralentí haga su trabajo.
A este nivel de inclinación la moto ya está a punto de tocar el suelo con la estriberaEn ciudad tiende a ir con el electroventilador encendido todo el rato, al menos en estas fechas estivales. De todas formas, la cantidad de calor que emana del motor no es exagerada ni molesta, y además toda la zona del asiento y el tanque de combustible están bien aisladas, por lo que estas superficies no alcanzan demasiada temperatura.
Dejamos atrás la urbe y nos adentramos en la autovía. La Hyosung destaca en este ámbito por su suavidad general y su buen hacer. El principal inconveniente es la ausencia de protección aerodinámica que invita a practicar cruceros a velocidades más bien relajadas.
Hasta 110 km/h es una delicia circular con ella. La postura es cómoda, el viento en el torso no es molesto y, en general, resulta una experiencia muy agradable ver como van pasando los kilómetros sin que tu cuerpo se resienta demasiado. Si viajas sin prisas resulta una moto adecuada y rutera.
Si aumentamos el ritmo, el viento empieza a castigarnos. En estas situaciones el truco es adoptar una postura más inclinada sobre el depósito y el manillar para ofrecer menos superficie de arrastre. Si hacemos esto, el aire no nos molestará tanto, aunque perdemos la posición cómoda y natural que teníamos.
Por encima de 120 km/h en ocasiones he percibido algunas vibraciones del motor que se transmiten a las estriberas delanteras, pese a estar fabricadas con un material gomoso. No resultan especialmente molestas, pero se dejan notar, y a los más sibaritas puede que este detalle no les guste.
A altas velocidades la Hyosung GV 650 Pro Aquila se muestra estable y aplomada gracias a la larga distancia entre ejes, a sus neumáticos de generosas dimensiones y a la suspensión, que trabaja adecuadamente filtrando las imperfecciones del suelo y no permite que el conjunto se descoloque.
Por último, durante nuestra prueba pudimos catar esta moto a conciencia en numerosas carreteras enrevesadas y puertos de montaña como el puerto de Aralla, del Pontón o Pajares, entre otros. En este ámbito es donde más me ha sorprendido la Aquila por sus cualidades dinámicas y su faceta hot rod.
En carreteras reviradas la Aquila se muestra estable y transmite confianza. Te puedes divertir mucho con ella, algo que a priori no esperarías en una custom. En las primeras curvas vas viendo que la Aquila es una moto amiga con la que te entiendes bien y puedes empezar a ir rápido a los pocos kilómetros.
Cuando aumentas el ritmo, te encuentras con que es fácil rozar las estriberas en el suelo, debido a su posición baja y adelantada. Si quieres ir todavía más rápido, esto te obliga a mantener la inclinación de la moto en ese punto y compensar la tumbada inclinando más tu cuerpo hacia el lado del viraje para así compensar la fuerza centrífuga.
Lo que más nos ha gustado es la suspensión delantera. Se muestra firme y muy informativa, aunque sin llegar a ser demasiado dura o incómoda. En frenadas fuertes no se hunde demasiado y sigue leyendo bien la carretera. Atrás los amortiguadores gemelos no trabajan tan bien y nos han parecido algo más secos.
De fábrica viene con neumáticos Bridgestone Battlax 54. A falta de probar su funcionamiento en mojado, me han parecido unas ruedas muy adecuadas para esta moto. El agarre es muy correcto -incluso en los primeros metros- y no he experimentado deslizamientos o pérdidas de tracción pese a ir en ocasiones a ritmos bastante más elevados de los que se le presuponen a una moto de estas características. Al tratarse de un compuesto duro deberían de aguantar un buen número de kilómetros.
Los frenos son otros de los componentes que destacan por su calidad y su buen hacer. El tacto de la maneta es directo y muy dosificable, sobre todo en el comienzo, aunque a medida que requerimos más potencia de frenado, se echa en falta algo más de mordiente y hay que aplicar un poco más de fuerza con la mano de la que nos gustaría. Atrás el disco funciona bien y, al tratarse de una moto larga, puedes utilizar este freno con algo más de intensidad de lo que harías en una moto más corta.
El colín tiene un diseño muy limpio y elegante, pero se echa de menos algún sistema de sujecciónEquipamiento
La Hyousung GV 650 Pro Aquila es una custom, y en este segmento no hay mucho lugar para extras, florituras tecnológicas u otros componentes que nos hagan la vida a bordo más cómoda. Destaca el sistema de frenado ABS de dos canales. Funciona bien y puede ahorrar más de un susto a los conductores menos experimentados.
He echado de menos algún tipo de sujección o ayuda para fijar el equipaje en el asiento trasero. En una moto que a priori funciona bien en rutas y viajes, no habría estado de más contar con unos ganchos o tetones en el colín, para poder amarrar el petate o algún bulto mediante pulpos.
La iluminación corre a cargo del clásico faro multicombex con bombilla H4. De noche da una luz suficiente, aunque tampoco es excepcional en este sentido. No tiene luz diurna pero tampoco la necesita, puesto que en las motos el alumbrado de cruce va siempre encendido. Salvo la luz LED del freno trasero, toda la iluminación corre a cargo de bombillas convencionales.
Conclusión
Me ha sorprendido mucho este modelo. A simple vista parece una custom más, una moto tranquila y dócil para darte cuatro paseos por ciudad con una postura cómoda y una estética chula, pero sería un error encasillarla en ese ámbito.
La Hyosung GV 650 Pro Aquila puede ser un vehículo recomendable tanto para lo anterior como para gente que tenga un perfil más motero y a la que le guste realizar viajes de varios cientos de kilómetros sobre dos ruedas. Salvo por un par de detalles contados, no le tiene nada que envidiar a motos de otras marcas más tradicionales.
No es una moto para los más quemados, pero si tus aspiraciones deportivas no incluyen ir tocando rodilla en todas las curvas, también puede ser muy divertida y cumple bien en salidas de fin de semana con los amigos.
La relación calidad precio es elevada y por 6.095 euros obtienes un motor que anda mucho y gasta poco. La media de consumo durante la prueba se situó en unos 4,5 l/100 km a ritmos más bien alegres, aunque si cuidas un poco la conducción y no abusas de los frenos, se pueden conseguir medias cercanas a 4 litros. El depósito cuenta con 16 litros de capacidad y la moto supera los 300 km de autonomía sin apurar en exceso. La parte ciclo acompaña a la mecánica y es capaz de lidiar sin problemas con el caballaje.
Si buscas una custom de cilindrada media, esta puede ser tu moto, ya que hoy en día tampoco hay muchas alternativas en el mercado. Por otra parte, si estás pensando en una moto más neutra, como una naked o una trail asfáltica, te diría que te animases a probar esta cruiser, lo mismo te pasa como a mí y te llevas una sorpresa.
Ficha técnica
FICHA TÉCNICA | Hyosung GV 650 Pro Aquila | |
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MODELO | Hyosung GV 650 Pro Aquila | |
MOTOR | Bicilíndrico en V a 90 º de 647 cc, refrigerado por agua, cuatro tiempos, inyección electrónica | |
RENDIMIENTO | Potencia máxima | 74 CV a 9.000 RPM |
Par máximo | 60,8 Nm a 7.500 RPM | |
TRANSMISIÓN | Caja de cambios manual de cinco velocidades | |
TRANSMISIÓN SECUNDARIA | Correa dentada | |
DIMENSIONES Y PESOS | Largo por ancho por alto | 2330 x 840 x 1150 mm |
Distancia entre ejes | 1.670 mm | |
Altura del asiento | 700 mm | |
Peso en seco | 227 kg | |
DATOS PRESTACIONALES | Aceleración de 0 a 100 km/h | N/D |
Velocidad punta | 195 km/h | |
Relación peso potencia | 3,06 kg por CV | |
CONSUMOS | Consumo medio homologado | N/D |
Consumo medio durante la prueba | 4,42 l/100 km | |
EJE DELANTERO | Suspensión | Horquilla invertida, 41 mm de diámetro |
Neumático | 120/70-ZR18 59W Radial |
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Freno | Doble discos flotante de 300 mm, pinzas de freno de dos pistones | |
EJE TRASERO | Suspensión | Doble amortiguador con ajuste en precarga |
Neumático | 180/55-ZR17 73W Radial |
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Freno | Disco perforado de 270 mm con pinza de dos pistones |
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS