La moto del día de hoy va ser un poco especial, una artículo algo más personal e íntimo. Hoy vengo a hablaros de la Honda Wave 110i, una de las dos motos que tengo en mi garaje (o aparcadas en frente de casa, mejor dicho).

La Wave 110i es un modelo prácticamente desconocido en España y que no te suene de nada sería lo más normal, pero es una moto que se vende como churros en países en vías de desarrollo y que desciende directamente de la mítica Honda Super Cub, la moto más vendida de la historia, que recientemente ha superado los 100 millones de unidades fabricadas.

Esta moto es uno de esos vehículos a prueba de balas que se diseñan con el principal objetivo en mente de que sean baratos, robustos y capaces de circular por las peores carreteras del mundo. Además, en muchos países en vías de desarrollo también cumple como vehículo familiar capaz de llevar a tres o cuatro personas encima, o también como motocicleta de carga.

En nuestro país el modelo se presentó en 2012 para sustituir a la Honda Innova, que en esencia era la misma moto pero con demasiados tintes “primermundistas”. La Innova contaba con mejores materiales, acabados más elaborados y una instrumentación  más detallada. Eran pequeñas cosas aquí y allá para intentar europeizar este modelo de inspiración claramente asiática y al final desvirtuaba la esencia austera y espartana de la moto.

Todos estos detalles pijos encarecía el precio final y hacían que la Innova no fuese un modelo barato. Se podía comprar por unos 2.700 euros, y a esa tarifa ya había otras scooters de primeras marcas al dolce stilo europeo, mucho más acordes a los gustos del consumidor local.

Pero llegó 2012 y los japoneses dieron un golpe de timón presentando la Honda Wave 110i. Seguía siendo una versión más elaborada que la que vendían en otras zonas del mundo con menor poder adquisitivo, pero aun así, gracias a recortar en lo superfluo y a pasar la producción de la moto a China (la Innova se fabricaba en Malasia) consiguieron fijar el precio final del modelo en 1.700 euros.

Pensadlo bien, una Honda nueva de concesionario, con calidades acordes a lo que uno esperaría del fabricante del ala dorada, por tan sólo 1.700 euros. Hay scooters 2T de 49 cc que cuestan más. Y en general ese es el gran atractivo de este modelo. Hace mucho a cambio muy poco.  Pero tiene más puntos destacados, como que se conforma con 2 litros de gasolina para recorrer 100 km,  es una de las motocicletas más austeras del mundo en ese aspecto.

El secreto está en su mecánica y en su ciclística. El motor es un monocilíndrico de 109 cc de carrera larga, refrigerado por aire y con dos válvulas (OHC). Es un bloque sumamente sencillo y muy similar al que podrías encontrarte en un cortacésped de marca Honda. Eroga 8,6 caballos a 7.500 revoluciones.

El motor de por sí, al ser tan sencillo y tener tan pocos elementos móviles, ya es un prodigio en cuanto a eficiencia, pero a eso hay que sumarle unas ruedas de bicicleta muy andarinas, que apenas general fricción contra el asfalto, y un peso en la báscula de sólo 98 kg. La transmisión convencional de engranajes y cadena en vez de por variador también ayuda a bajar unas décimas el consumo.

El mantenimiento es otra de sus bazas fuertes. Es un vehículo tan sencillo que la mayoría de las operaciones las puedes hacer en el patio de tu casa con un puñado de herramientas básicas, pero sino, en un taller a penas te llevarán unos pocos euros por ello. Para que os hagáis una idea, un cambio de aceite suponen 10 minutos de tiempo, y como sólo lleva 0,9 litros de lubricante, tampoco te vas a dejar mucho presupuesto en recambios.

El cambio de bujía se puede hacer en 2 minutos y por un reglaje de válvulas te pueden cobrar 20 euros, cuando en una deportiva de cuatro cilindros lo normal es que cueste 400. Las cubiertas valen menos de 30 euros y al tener cámaras las puedes cambiar en tu casa, como quien repara el pinchazo de una bicicleta.

Es difícil categorizar esta moto. Es un modelo atípico en Europa que no casa bien en las categorías tradicionales. Es un concepto mixto entre una scooter y una motocicleta convencional, como por ejemplo una naked. De las scooters toma la carrocería de plástico con escudo frontal, manillar carenado con la luz integrada en él, el baúl y el depósito de gasolina bajo el asiento, y por último la posición de conducción cómoda erguida y relajada.

Sin embargo, las soluciones técnicas que emplea y el tacto al conducirla son los propios de una motocicleta convencional de marchas y no los de una scooter. El motor va ubicado en el centro, con el cilindro orientado horizontalmente, justo detrás de la rueda delantera y no atrás. Eso hace que la moto tenga estriberas para colocar los pies, ya que el motor se ubica en el lugar donde una scooter tendría el tradicional fondo plano.

Además, cuenta con una caja de cambios de cuatro velocidades semiautomática que en nada se parece al típico cambio de variador. La transmisión secundaria es por cadena de eslabones en vez de correa y eso hace que toda la zona del basculante y la rueda trasera tenga un esquema constructivo idéntico al de cualquier naked de 125. Las ruedas de 17 pulgadas, medida estándar en motos de carretera y superior a lo que se monta en scooters, ayudan a transmitir esas sensaciones de motocicleta convencional.

A la hora de conducirla vuelve a mezclar sensaciones de ambos mundos. La ergonomía, la posición de conducción, la protección aerodinámica y la agilidad en los virajes son los propios de una scooter mientras que el tacto del motor, la caja de cambios, los frenos y el reparto de pesos (apoyando más en el tren delantero) son más propios de las motocicletas de toda la vida.

La Honda Wave 110i es una moto excelente para todo aquel que tenga unas altas necesidades de movilidad y quiera ahorrar todo lo posible en sus desplazamientos. Es por ello que resulta un vehículo ideal para flotas de reparto como paquetería, comida a domicilio, correos… en esos ambientes es la campeona absoluta del ahorro y además con una robustez y fiabilidad a prueba de bombas. Para un uso particular puede tener mucho sentido si también haces bastantes kilómetros al año.

Si no te mueves tanto en moto ni haces un uso intensivo-agresivo de ella, entonces una scooter tradicional al gusto del comprador europeo puede ser mejor opción. No va a ser tan barata ni tan robusta, pero para hace menos de 7.000 km al año (por poner un ejemplo) el sobre coste no va a ser excesivo  y a cambio te premiará con un poco más de comodidad en el día a día.

A fin de cuentas la Honda Wave 110i es una moto que se ha diseñado con el ojo puesto en países en vías de desarrollo, y la robustez necesaria para sobrevivir en esos entornos tan salvajes hace que también sea algo más tosca y menos refinada que las scooters tan chic que venden ahora en la mayoría de concesionarios.

En vías interurbanas y en carreteras se defiende con dignidad, aunque obviamente no podemos esperar prestaciones fulgurantes ni grandes velocidades. La punta se sitúa en unos 110 km/h de marcador, momento en el cual corta inyección en cuarta velocidad. Aunque muchas veces puede hacer falta ayuda de la orografía o del viento para llegar a esas velocidades.

La velocidad óptima de crucero de la Wave son unos 85 km/h. Es donde el consumo sigue siendo razonable y sientes que no te estás pasando con el motor, pero bien es verdad que aunque vayas durante cientos de kilómetros con el puño roscado a fondo tampoco la vas a romper. Si cambias el chip y eres capaz de viajar sin desesperarte a estas velocidades, entonces es una moto sumamente cómoda para realizar grandes kilometradas, ya que la postura es relajada y a esas velocidades el viento no resulta para nada molesto.

El depósito de combustible es uno de sus puntos débiles. Tiene 3,7 litros de capacidad y eso da para unos 185 km de autonomía. Si circulas por carretera a alta velocidad se quedan más bien en unos 150.  Es por eso que si decidís hacer grandes tiradas con una de estas es recomendable llevar contigo una garrafilla de gasolina, puesto que con esos 5 litros extra ya estamos hablando de unos 425 km de autonomía.

Hago un inciso para destacar el buen hacer en conducción offroad de la Honda Wave 110. No estoy hablando de ir dando saltos, ni pegar derrapadas en todas las curvas, pero gracias a su ligereza extrema, al motor con buenos bajos y su primera velocidad bastante corta, es una moto capaz de “subirse por las paredes” aunque no la equipes con ruedas de tacos, que también se puede, ojo.

En cierta medida, esta moto me parece el equivalente de dos ruedas de una Citroën C15, o una 2 CV si nos retrotraemos más en el tiempo. Vehículos sencillos y económicos, robustos, pero también fáciles de reparar, y que se diseñaron para poner en movimiento a un país aunque tuvieran la mitad de la red de carreteras llenas de tierra y barro.