Muy poco tiene esta moto de original en el sentido de que apenas se parece a la BMW R 100 RS que una vez fue, pero a su vez mucho tiene de original porque no hay ninguna más como ella. Esta creación del preparador español Kiddo Motors fue el encargo de un cliente suyo -Cesc- que quería una café racer pero con una premisa fundamental: prefería la fiabilidad al rendimiento.
La BMW R 100 RS era una moto de turismo, con un carenado integral plástico que permitía al modelo original alcanzar los 200 km/h con una potencia de 70 CV. En una café racer eso sobra. Cesc quería el sabor original de la alemana, pero con una imagen minimalista. En otras palabras, quería una café racer clásica. Así quedó la Kiddo Cesc Beemer.
En el bastidor los cambios son evidentes. Del motor salen barras rectas hacia el subchasis, eliminando la inclinación característica hacia delante de las BMW de esta generación. El subchasis también se hizo a medida. Fue necesario rectificar el árbol de transmisión para que encajase con la nueva geometría de la moto.
De cara a mantener la máxima fiabilidad, los chicos de Kiddo reconstruyeron el motor bóxer de un litro y dotaron a la moto de un sistema eléctrico moderno. Cambiaron el alternador por otro de 370 W y 14 voltios, instalaron un controlador de voltaje de 37 amperios, bobinas, motor de arranque CDI, batería de iones de litio, etc. El cableado se hizo totalmente a medida.
Pasemos a los detalles. En la tija superior observamos refuerzos, semimanillares, puños Tommaselli y un faro de origen Kymco. La instrumentación original de cuatro relojes no se ha conservado, solo tiene un velocímetro. Mantiene así la coherencia estilística que se exige en una café racer clásica. Los neumáticos son unos Avon Roadrider calzados en las llantas originales, que se pintaron en negro.
El depósito de gasolina tiene un acabado de metal pulido con una decoración en color turquesa en ambos lados. Corona la parte superior una tapa tipo Monza. El asiento monoplaza está hecho a mano en cuero. Las estriberas también son de nueva factura y origen Tarozzi. Los escapes son tipo Norton y el piloto trasero de ledes estilo Bates es la mínima expresión.
El minimalismo llega a tal nivel que carece de espejos retrovisores (por normativa debe llevar dos), pata de cabra o caballete central. Si Cesc no se ha deshecho de ella en estos cinco años -es de 2014- seguramente se podrá ver en algún momento por Barcelona. Tenéis más imágenes en la web de Kiddo Motors.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.COMENTARIOS