Si el conde Giovanni Agusta, fallecido allá por 1927, viera en lo que se convirtió su empresa aeronáutica, no sabemos cómo reaccionaría. Pero no hay duda alguna sobre la enorme fascinación que sentiría al ver las formas de las máquinas que ahora llevan su nombre. MV Agusta ha hecho del diseño una de sus señas de identidad y lo está explotando al extremo.
Por todos es conocido la facilidad que tienen en Italia para lograr formas. siluetas y volúmenes sensuales, elegantes y totalmente atemporales. Pero incluso en la tierra del diseño hay niveles y MV Agusta parece estar a otro nivel. Ya rompieron moldes con la primera F4 750 en 1997 (se fabricó a partir de 1999) salida de la privilegiada mente de un tal Tamburini (se dice que podría haber sido la evolución de la saga 916/998 si hubiera seguido en Ducati) y siguen haciéndolo hoy con las diferentes evoluciones de la F4 y con las sucesivas versiones de la Brutale.
De hecho, la Brutale es la base de lo que, en esta ocasión, han mostrado en el Salón de la moto de Milán (EICMA) que se celebra estos días. Se llama MV Agusta Rush 1000 y su estampa no dejará a nadie indiferente, como tampoco lo harán sus espectaculares cifras. Para ser más concretos, la base de partida es la MV Agusta Brutale 1000 RR con sus 208 CV a 13.450 RPM y sus 116 Nm a 11.000 RPM intactos, aunque bien atados por un contenido tecnológico sólo al nivel de motos con precios lejos del común de los mortales. Tan lejos como los 212 CV que se pueden lograr montando una línea de escape específica.
Básicamente, el bloque de cuatro cilindros y 998 centímetros cúbicos del la MV Agusta Rush 1000 es el mismo de la Brutale 1000 RR, pero cuenta con algunos detalles, más allá de su caballaje, que lo hacen todavía más especial. Las bielas, por ejemplo, son de titanio, mientras que los inyectores, ocho nada menos (cuatro inferiores suministrados por Mikuni y otros cuatro superiores de Magneti Marelli), cuentan con un mayor caudal y las válvulas tienen una disposición radial. Los pistones también son nuevos, al igual que el cigüeñal.
La unidad de gestión con medidor inercial permite un control de tracción desconectable y con ocho niveles de actuación, anticaballito, cuatro mapas diferentes para el motor (Sport, Rain, Race y Custom) y cambio semiautomático tanto para subir como para bajar relaciones. Como mandan los cánones actuales, es posible configurar la electrónica mediante una aplicación para el teléfono móvil.
Su parte ciclo, como cabe esperar, es de primer nivel, destacando por encima del resto la espectacular llanta trasera lenticular sujeta a un monobrazo. Llanta, por cierto, fabricada con aluminio forjado y se oculta con una cubierta de fibra de carbono, dejando a la vista únicamente la tuerca central de aleación de aluminio. Las suspensiones las suministra Öhlins y son regulables electrónicamente.
Los detalles aparecen en muchos rincones de la MV Agusta Rush 1000. El faro delantero, inspirado en el uso por la exclusiva MV Agusta RVS #1, emplea tecnología full LED y un sistema de iluminación en curva. La línea de escape acaba en dos salidas por la derecha, a media altura, con una cubierta de fibra de carbono. Material que también aparece en muchos otros componentes, como el minúsculo colín, el guardabarros delantero o las tapas laterales del radiador.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS