Montesa ha sido uno de los fabricantes de motocicletas que han marcado la vida de los baby boomers y de sus padres. ¿Qué motero cincuentón no recuerda montarse en una Montesa, o en alguna de sus medio hermanas, las Bultaco o las Ossa? Una de las últimas motos de enduro que esta empresa fabricó fue la Montesa Enduro 360 H7 y, aunque no tuvo las ventas que se esperaban, fue la que pudo mantener a la compañía un poquito más a flote antes de su final japonés con el gancho de ser la campeona de España de enduro.
La Montesa 360 H7 empezó a comercializarse a partir de 1982, llegando a mantenerse en el mercado hasta 1987, aunque no con pocas dificultades. La 360 H7 fue uno de los últimos modelos de trial que Montesa fabricó mientras aún seguía siendo Montesa. Con un motor dos tiempos de 37,5 CV y 349,6 cc, esta moto dentro de la serie Enduro hizo las delicias de aquellos aficionados al campo, pero sin ganas de competir.
Mientras que la 360 H7 era perfecta -o casi perfecta- para el campo, se volvía un completo desastre en ciudad. También dejaba mucho que desear cuando se iba a una velocidad rápida, dentro de los 130 km/h que alcanza, por las vibraciones que emitía el motor, dando la sensación de que la moto se desintegraba en las manos. Sin embargo, quienes han tenido una 360 H7 o la han podido conducir alguna vez que otra, coinciden en que es una moto bastante divertida de llevar, pero que tenía muchos fallos.
A pesar de esos fallos que se encontraron en el modelo de venta al público, a la Enduro 360 H7 de competición no le sucedió nada de esto. La moto de competición fue anterior a la versión de calle y fue Carlos Mas el que se encargó de evolucionar el bastidor de la Cappra 250 VE de Randy Muñoz para dar esta 360 H7. Estaba confeccionada especialmente para las competiciones y bajo las reglas de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM).
Las suspensiones delanteras Marzocchi telescópicas de eje avanzado de la Enduro de Mas tenían 10 milímetros menos de recorrido que la de calle, de 260 mm, mientras que los amortiguadores traseros estaban a años luz de una moto a otra. Con unos Betor de gas con botella y doble muelle de 320 mm, hacía a la H7 de competición más sensible en suspensiones que la H7 de calle, que montaba un oleoneumático con brazo oscilante de 137 mm.
Con esta moto, Carlos Mas llegó a ganar hasta cinco campeonatos de España consecutivamente entre 1979 y 1983. Montesa aprovechó el tirón que tenía el ser campeona de España para incentivar a los jóvenes de la época a que compraran una de sus 360 H7 haciendo una réplica más accesible al consumidor de los 80.
Esta moto se caracterizaba por su acabado en blanco para el depósito, ambos guardabarros y la máscara del faro delantero, que incluía una placa amarilla para el número; azul para el asiento; y rojo para manillares, chasis y suspensiones, tanto delantera como trasera. Tenía el tubo de escape elevado, paralelo al guardabarros trasero, y el depósito de gasolina de 11 litros en un plástico especial sin soldaduras. La versión de calle también incluía estribos para el pasajero, pero hay que ir atento. Entre las vibraciones y el terreno, es fácil que perdamos al acompañante sin darnos cuenta. Mejor si durante la marcha se sujeta fuerte al conductor.
La Montesa Enduro 360 H7 tuvo un final triste. A los problemas que daba se le sumaba la entrada en masa de los automóviles en España en 1981. Esto bajó la venta de motocicletas en España hasta el punto en el que tanto Ossa como Bultaco tuvieron que cerrar o ser absorbidas por gigantes japoneses en la segunda mitad de los 80.
El destino de Montesa no fue diferente. Tras años de inestabilidad económica, huelgas, el intento de golpe de Estado de 1981 y las primeras tensiones en la política española, Montesa no tuvo más remedio que aceptar la compra por parte de Honda Motor Company en 1986. Los nipones solo mantuvieron la producción de las motocicletas de trial de competición del modelo Cota, mientras que acabaron con las 360 H7 en 1987, un año después de la absorción.
Calcula cuánto cuesta asegurar un Montesa Enduro 360 con nuestro comparador de seguros.
Laura Salas
Quise ser periodista porque campeona del mundo de motociclismo ya no podía. De pequeña jugaba con los cochecitos de los huevos de chocolate y con cualquier coche que mi padre dejara desprotegido y a la vista. Le rompí la puerta a su miniatura de un Ferrari. Nunca volvió a ser el mismo (el Ferrari). Siempre intento aprender algo nuevo todos los días. Soy curiosa por naturaleza, qué se le va a hacer.Mmmm… final por entrada masiva de automóviles en 1981? No sería más bien de las marcas japonesas de motos…? Porque como bien apuntais, el problema principal de las motos españolas de esa época eran los malos acabados, vibraciones y falta de fiabilidad comparadas con las japonesas precisamente, que además eran más baratas (cuestión de escalas). En competición eran otra cosa efectivamente porque las necesidades eran otras… y dejaron sólo la gama de trial porque Honda no tenía nada en ese segmento, pero al final acabaron con los años y la entrada de los 4T acabaron montando motores japoneses y siendo… Leer más »
La progresiva apertura de España al mercado europeo y la mejora de la situación económica del español medio favoreció el salto a los coches y que las motos perdieran protagonismo. En su momento las dos ruedas movieron al país, pero según iba aumentando la clase media, la gente prefería ir en coches. Además, como bien apuntas, la industria nacional se vio incapaz de competir con las motos japonesas, porque estos fabricaban mucho, mejor, y a menor precio, así que la ecuación se despejaba sola.
Hola, Estoy de acuerdo, pero lo del cambio de motos a coches pasó bastante antes, en los años 60 con la introducción del 600 y otros coches básicos como el 2CV y demás que costaban como una moto de la época prácticamente (cuestión de escalas nuevamente), crisis que originó el cierre de un montón de marcas españolas de motos semi-desconocidas que habían surgido como hongos en los años 50 para que quedaran sólo las que llegaron a los años 80 (Ossa, Montesa, etc.). Lo que sí pasó en los 80 es que efectivamente se abrió el mercado del automóvil a… Leer más »
Hola
¿Como que trial?
Yo tuve una, mi padre le decía “El caballo de los judios”
Si te ciñes a lo que es hoy día una trial, no encaja tanto, sería una enduro pura, pero también hay que fijarse en el contexto en el que salió. ¿Puedes ampliar ese concepto de tu señor padre?