Hay motos y motos. Algunas tienen el noble propósito de llevarnos de A a B con toda la comodidad posible, y en ese sentido la Daelim XQ1 125 N cumple bastante bien. Es uno de esos productos BBB, bueno, bonito y barato, sin llevar el último término al extremo. El fabricante surcoreano pide por él 3.295 euros, una cifra muy razonable considerando que milita en segmento scooter GT de octavo de litro. Y es el mejor scooter de 125 cc de Daelim.
Es un modelo que llegó al mercado español en julio de 2018 en dos variantes, la de suelo plano y reforzado con túnel. La versión probada es la primera, XQ1 125 N (también conocida como XQ1 125 P), que tiene como ventaja un mayor espacio disponible para llevar algún bulto y que la altura del asiento al suelo es un poco menor, 740 mm. Por contra, la versión XQ1 125 D se enfoca a quien vaya a darle un uso más deportivo y sea algo más alto, con el asiento a 790 mm del suelo.
No estamos ante un scooter justito en calidades, al contrario, puede competir con mucha dignidad con las superventas japonesas. Se perfila como una utilitaria muy racional, especialmente para aquellos que estén pensando en su primer scooter “grande” con carné A1 convalidado o que no se quieran complicar mucho la vida eligiendo. Veamos por qué.
Desde fuera
La gama XQ1 reemplazó al modelo S3. Por sus pintas, parece más grande de lo que es, de hecho, es la misma base de un modelo con motor de 300 cc. Mide 2.178 mm de largo, 726 mm de ancho y 1.404 mm de alto, con una distancia entre ejes de 1.545 mm. En un paralelismo rápido, casi iguala en dimensiones a una Yamaha TMAX, la cual no se ofrece en esta cilindrada. Se ofrece en este color y en blanco.
En la vista frontal llaman la atención su parabrisas ahumado, retrovisores adelantados, doble faro o los intermitentes encastrados. Las llantas tienen un bisel en color contraste, siendo la delantera de 15″ y la trasera de 14″. La agresividad del diseño de va más a menos según vamos mirando hacia la parte trasera. Por delante abundan los relieves y los contrastes. Toda la iluminación es a base de ledes.
Especialmente amplio es el asiento, incluso para las posaderas generosas, con un pequeñito respaldo. La versión de suelo plano (XQ1 125 N) permite llevar una bolsa de compra o mochila con comodidad, y está previsto un gancho para que no temamos perderla. Si llevamos a alguien atrás, tiene asideras para cogerse y plataformas integradas en vez de estriberas. Bajo el asiento tiene un compartimento con forro de terciopelo, iluminación y soporte hidráulico.
Subidos encima
Incluso equipados hasta arriba con la ropa técnica de invierno no supone un esfuerzo sentarse un echar ambos pies al suelo, hasta las damas se encontrarán cómodas en este sentido con una estatura media. Veremos que los retrovisores permiten una buena visión trasera, si están bien ajustados el ángulo muerto será prácticamente inexistente, pero hay que tener algo de cuidado maniobrando en sitios estrechos o filtrando enlatados.
La pantalla no es ajustable en altura, pero podemos regular las manetas en cuatro posiciones para encontrar una postura más cómoda. Los pies pueden ir apoyados en la plataforma en los reposapiés inclinados en los laterales del contraescudo, una postura cómoda especialmente fuera de los núcleos urbanos y sin previsión de tener que parar y que refuerza la confianza en las curvas. En la noche solitaria la iluminación de largo alcance es muy efectiva.
Es fácil de leer la instrumentación, con una pantalla de cristal líquido retroiluminada con seis colores, esto va al gusto de cada uno. El velocímetro es analógico y el resto de informaciones van en la pantalla. Cuenta con tres botones a la izquierda para realizar ajustes, poner a cero las mediciones o cambiar el color. Como su motor está refrigerado por agua, lleva testigo de temperatura en tres niveles: baja, media y alta. Importante: lleva reloj, lo que ayuda a ser puntual aunque sea de 12 horas.
Tiene tres tapas en el contraescudo. La situada a la izquierda es para repostar la gasolina, y hay que tener cuidado al llenar hasta arriba porque es fácil derramar algo. La central se abre con llave y esconde un mecanismo para abrir el asiento en el caso de quedarnos sin batería (en caso contrario, se abre con botón), así como un cortacorrientes antirrobo. A la derecha tiene otro hueco con tapa donde podemos llevar el teléfono móvil, cartera y objetos pequeños.
Hay sendas tomas USB que por lo menos dan 2 amperios, pero hay que cerrar con cuidado si hemos puesto el móvil a cargar si no queremos estropear el cable. En la imagen superior derecha vemos un smartphone de 15,5 cm de largo, ya va un poco justo y a veces la trampilla no cierra a la primera. Se abre sin llave, así que no hay que dejar nada dentro. Al lado izquierdo de este compartimento está la ruleta selectora que hace las veces de llave.
En realidad, la llave es manos libres y podemos llevarla en cualquier parte de la chaqueta o pantalones sin tener que sacarla. Permite la apertura del depósito, bloqueo de dirección, arranque y parada. Su funcionamiento es intuitivo y es fácil hacerse a ella. En la piña izquierda tenemos un gatillo para luces largas y el botón del claxon, en la piña derecha está la intermitencia de emergencia. No hay modos de conducción ni nada que aporte complejidad innecesaria.
Técnica
Este scooter tiene un chasis multitubular de acero que no necesita aparentemente el refuerzo adicional de la versión XQ1 125 D. Su planta motriz es un monocilíndrico de 124,1 cc refrigerado de agua, con culata multiválvulas e inyección Delphi. Eroga 12,9 CV a 8.500 RPM y un par máximo de 11,46 Nm a 6.750 vueltas. Gracias al electroventilador se evitarán las consecuencias del calor a baja velocidad. Tanto el vaso de expansión como la bujía son muy fáciles de acceder.
La transmisión es automática con variador continuo, embrague centrífugo en seco y correa, con un desarrollo tirando a largo para beneficiar la velocidad punta, de algo más de 100 km/h. Su depósito de gasolina es de 12 litros y homologa solo 2,4 l/100 km. En orden de marcha son 185 kg, no faltan ni la pata de cabra (sin muelle) ni el caballete central. El motor no arranca con la pata de cabra desplegada si nos da por precalentarlo, tendrá que ser sobre caballete.
La suspensión delantera consta de una horquilla convencional con barras de 35 mm de diámetro y 110 mm de recorrido, mientras que atrás se apoya en dos amortiguadores con un recorrido de 70 mm con cinco posibilidades de ajuste de precarga y doble paso. Los frenos son de disco, el delantero de 270 mm y mordido por pinza de dos pistones, el trasero de un disco de 220 mm y pinza monopistón. Lleva ABS Bosch 9.1 de dos canales.
Conducción
Que su tamaño no nos engañe, no es un scooter pesado, nada más empieza a andar se siente ágil. En los primeros metros que cogemos velocidad apreciamos la protección aerodinámica, que nos quita prácticamente todo hasta la barbilla, y en una postura RR, doblando el espinazo, diría que lo quita todo. Es fácil hacerse a sus mandos.
Dado el desarrollo del variador, notaremos que va un poco perezoso en las salidas desde parado, así que no es el scooter GT más rápido del mercado en ese sentido. A cambio, podremos superar los 100 km/h reales sin problema en llano, y cuesta abajo la agua sobrepasará por algo los 120 km/h. El motor es agradable por vibraciones y ruido, el aislamiento está bien resuelto. Incluso a alto régimen no hay vibraciones excesivas propias de los monocilídricos. El corte de inyección no se nota, simplemente deja de acelerar.
Si no somos muy exigentes con el puño derecho y lo que le solicitemos, veremos que tiene las prestaciones necesarias para los desplazamientos habituales y movernos en el tráfico como un vehículo más. Si nos da por exprimir todas sus prestaciones, la muñeca girará más, pero no sacaremos más potencia. Si tienes un carácter templado y no vas a todas partes con prisa, no necesitas más.
Para conductores con poca experiencia es asequible por varios motivos. El que tiene miedo a inclinar no tocará chasis con el suelo, solo los más atrevidos podrán percibir algún raspón si sacan todo el partido al chasis y son menos conservadores con sus pasos por curva. Por otro lado, es muy fácil apoyar los dos pies en el suelo sin hacer nada extraño, sirva de referencia que mido algo más de 1,7 metros de alto.
Otra razón de peso para dar confianza al novato es tener frenos ABS en las dos ruedas, cuando lo normal en la categoría es tener la frenada combinada con la maneta izquierda (la del freno trasero) con CBS y a dar las gracias porque es obligatorio. Me sorprendió gratamente la precisión de las manetas, los frenos son muy dosificables y casi pueden notarse las pastillas tocando disco en las yemas de los dedos.
Hasta que no terminemos de soltarnos con el Daelim XQ1 125 filtraremos entre vehículos con respeto, dadas sus dimensiones, porque otros scooters pueden colarse por donde este no cabe. También va a invitar a tomar las curvas con delicadeza, aunque pasar, pasa perfectamente, la puesta a punto da confianza y de no ser porque no corre mucho, hasta tiene tacto deportivo.
Se lleva con facilidad, es un scooter muy equilibrado a nivel dinámico y la elección de los neumáticos, unos Kenda 120/70 R15 delante y 140/60 R14 detrás, contribuye a esa sensación. Solo noté cierto deslizamiento al acelerar sobre pavimento empedrado, como el de los aledaños al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, porque ese día llovía. En seco dan confianza y su agarre no da sorpresas desagradables, pero en mojado no destacan.
La suspensión está orientada al confort, un poco más a nivel de horquilla que de amortiguadores, pues la parte trasera se nota más rebotona cuando se pasa por un resalto o un bache. Y si llevamos un paquete tirando a voluminoso, más de 80 kg, sigue teniendo un recorrido suficiente como para no ser incómodo para los dos. No me resultó complicado maniobrar con ese paquetón (casi 350 kg sobre las ruedas), pero también tengo que decir que tengo buenos gemelos por hacer bici.
A la hora de estacionar no hay que ser muy fuerte para subir la XQ1 125 en el caballete, gracias a los asideros traseros. Levantando el asiento podremos alojar un casco integral o modular -a veces cuesta un poco encajarlo-, guantes, pantalón de lluvia, documentación y alguna cosita más. Un segundo casco cabría si es un demijet o algo así tirando a simbólico. También sirve para llevar una compra pequeña o recados que nos encarguen.
No tendremos que parar mucho a repostar si apenas salimos del ámbito urbano. Los 2,4 l/100 km de la homologación son muy optimistas, más bien hay que hablar de una horquilla de 3,1 l/100 km con un uso tirando a tranquilo y pocas estrujadas de acelerador, a unos 3,8 l/100 km en condiciones de mayor exigencia. Por lo tanto, su autonomía supera los 300 km si llenamos a tope y no se derrama sopa al suelo.
No tiene sentido quejarse de las prestaciones habiendo una versión más potente, XQ2 300, por solo 300 euros más y con prácticamente el doble de caballería, 23,6 CV. Salvo 2 kg de diferencia, prácticamente estamos hablando de la misma moto, pero claro, ya hace falta el carné A2. Algunos scooter GT alcanzan los 15 CV con 125 cc, pero al precio que Daelim nos vende la XQ2 300.
Haciendo la comparativa con otros scooters de 125 cc, no se aprecia tan justo de prestaciones como modelos más pequeños que hemos probado con motores de aire, a pesar de la diferencia de peso y la armadura aerodinámica que lleva. Entre el “le sobra” y el “le falta”, está más cerca de lo primero. A un trote de 90 km/h de aguja la mecánica se encuentra cómoda, y a 100 km/h llega en la mayoría de situaciones sin ir con el puño roscado a fondo. Cuesta que toque el 120.
Conclusión
No hay defectos evidentes en este producto. Es muy sincero lo que Daelim nos vende respecto a lo que obtenemos a cambio. Tampoco es especialmente sobresaliente en ningún capítulo: motor más que decente, ABS, equipado con todo lo esperable en un scooter GT, almacenamiento estándar y sin complicaciones tecnológicas. Es adecuado para un público muy amplio dentro de la categoría A1.
A la mayoría le recomiendo la versión de suelo plano, XQ1 125 N, ya que la versión reforzada, XQ1 125 D, solo tiene un mínimo de sentido para alguien que simplemente quiera un perfil que “mole” más, a costa de perder practicidad. El precio es el mismo. Para las féminas, Daelim nos da un motivo más, con la XQ1 125 N se puede conducir con falda (otra cosa es que sea aconsejable).
Frente a otras opciones que nos brinda el mercado, pincharía en el apartado de conectividad, ya que no tiene ni el Bluetooth más básico. Otros elementos que pueden encontrarse en esta categoría son la detención automática del motor en las paradas, o la posibilidad de meter dos cascos bajo el asiento, o que venga un portabultos trasero. Al menos tiene un soporte universal si queremos poner uno nosotros sin necesidad de adaptadores.
Si vamos a viajar habitualmente acompañados de paquete, hay que decir que la postura resultante de sus piernas sobre la plataforma queda un poco arqueada, por lo que si los desplazamientos no son tirando a cortos acusará más cansancio que nosotros, que vamos a ir like a boss por un precio muy razonable.
Por 3.295 euros, la verdad, poco más se le puede pedir a Daelim. En cuanto a su calidad mecánica y constructiva, los compañeros de Moto 125cc hicieron una prueba de larga duración, 10.000 km en distintos grados de exigencia, y la XQ1 125 aparentó aguantar muy bien el paso de la kilometrada. También aseguran que la versión XQ1 de suelo plano no flexa más el chasis respecto a la versión reforzada que probaron previamente, incluso haciendo un poco el mal. Comparándola con otra Daelim que he llevado, la Daystar 125 VL FI F, esta me ha parecido que está mejor hecha en general.
Respecto a su predecesor, el scooter Daelim S3, solo se echa de menos el caballo de diferencia en básicamente el mismo motor, que en esta ocasión prefiere dar más par para mejorar la respuesta a medio régimen. Los más techies no quedarán muy convencidos con este modelo, hasta puede que ni les guste la instrumentación, pero entramos ya en un terreno más personal que analítico, y eso ya es cosa tuya.
Equipamiento del probador
- Casco: LS2 Strobe
- Chaqueta: Rainers Air Vent
- Guantes: InMotion
- Pantalones: Racing Boutique Urbancity
- Calzado: Blend Scarpa Sporty
Galería de fotos
Agradecimientos al concesionario Moto Costa, Madrid
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.Yo la tengo 3 años y con 25.000 kms. Me ha pasado de todo, es una moto de dar problemas y averías a mas no poder. Encima ya ni la venden en españa, por algo sera.
De acuerdo con las demás opiniones. Es una marca un poco asquerosa..yo en 4 años unas cuantas veces he pasado por el taller..y ya vale de soltar euros .o sea .q la venderé a precio chatarra…
La daelim xq1 es una mierda de moto no se las aconsejo en 2 años ha estado casi 37 veces en el taller viene con 3 vicios oculto que daelim no se quiere hacer responsable gasten un poco mas y mi consego compren otra mejor yo la regale por que ningun concpcionario me la recoge de lo mala que es
Ni te repran nada y es mas en todomoto en el Taller supuestamente son oficiales no le miran ni los filtro me lo cobran y nonlo cambian fuerte basura de mecanico