Algo más de una década pasaría hasta que los fundadores de Rieju decidieran sumergirse en el segmento de las motocicletas y apartar durante un tiempo la fabricación de ciclomotores. Estos habían sido su actividad principal hasta aquel 1953, año en el que logran, tras varios obstáculos legales, empezar a construir la que sería su primera motocicleta. Se trata de la Rieju 175.
Decimos obstáculos legales refiriéndonos a la ley autárquica que imperaba en nuestro país en ese momento y mediante la cual era casi una utopía importar prácticamente nada desde el exterior. Así que con este escenario a la marca de Figueras no le quedaba otra que llegar a un acuerdo con AMC –Ateliers de Mecanique du Centre-, una marca francesa especializada en la fabricación de motores, para que le facilitara bajo licencia la fabricación de sus motores en nuestro territorio.
La elegida para tal fin era un subsidiaria de Rieju, FITA, que además suministraba motores a otras marcas de la zona como Alpha, fundada por Nilo Masó Miró o Evycsa, propiedad del empresario y piloto catalán Màrius Vilaseca i Roura.
El propulsor acordado era un monocilíndrico de cuatro tiempos y 170 cc refrigerado por aire, que latía también dentro de modelos como la francesa Gima 175, modelo en el que se basaba la motocicleta de la marca española. Además, los técnicos de Rieju realizarían algunas modificaciones en el bloque, consiguiendo mejoras a nivel de funcionamiento y consumos, logrando convertir al modelo en una motocicleta bastante popular en la época.
Con la Rieju 175 la marca española se lanzaba de cabeza a la construcción de motocicletas, hasta ahora centrada casi en exclusiva en el segmento del ciclomotor
En cualquier caso, la Rieju 175 no era una deportiva ni pretendía serlo. El fin de aquella motocicleta, pintada en negro satinado y adornada con unas finas líneas doradas en su depósito, era el de motorizar a parte de la población de la época que en su mayoría no podia acceder a un automóvil de cuatro ruedas. A ello ayudaba su simpleza mecánica, pero no por ello renunciaba a una calidad de fabricación de buen nivel. La prueba son las 5.000 unidades comercializadas entre 1953 y 1961.
En aquella primera etapa la Rieju 175 portaría el bloque procedente de AMC. El propulsor francés generaba una potencia final de 8 CV a 6.000 RPM y lograba alcanzar una velocidad punta cercana a los 90 km/h. La alimentación corría a cargo de un carburador Solec, anunciando un consumo medio de tan solo 2,5 litros cada 100 km, y quedaba asociado a un cambio de tres relaciones. Curiosamente, la Gima 175 portaba una caja de cambios de cuatro relaciones, pero en el modelo de Rieju se opta por la de tres marchas.
En cuanto a la parte ciclo, la Rieju 175 se ensamblaba sobre un chasis de doble cuna en sección de acero tubular. La suspensión se distribuía en una horquilla convencional con barras de 30 mm en el frontal, disponiendo esta de 100 mm de recorrido y un sistema de embolo en el tren posterior, donde sendos amortiguadores laterales actuaban anclados directamente al eje de la rueda trasera. La frenada quedaba encomendada a dos tambores de 160 mm en ambos ejes, ambos accionados por una leva simple y anclados a la parte central de sus llantas en 19 pulgadas de tipo radial.
La sencillez general del conjunto y una buena calidad de fabricación eran los argumentos de peso de la Rieju 175, en un tiempo donde había poca concesión a las “florituras”
Para 1960 Rieju rompía su contrato con AMC, ya que dejaba de ser rentable para esta a pesar de el buen número de ventas de la Rieju 175. Para aquellas fechas un acuerdo con la británica Villiers y la fabricación de los motores por parte de la sucursal de la marca en España, Hispano Villiers, propiciaría la producción del modelo durante cuatro años más, hasta finales del año 1963.
El nuevo propulsor dejaba atrás la configuración monocilíndrica 4T. En esta segunda etapa un bicilindrico de dos tiempos sería el encargado de dar vida a la polifacética Rieju 175. De aquella reedición del modelo se venderían alrededor de 1.000 unidades en total, durante el tiempo que se mantuvo su comercialización y donde convivió con otros modelos de la marca como la Jaca o la Sport, ambas de 125 cc.
También una versión de la 175, denominada Sport, en la que se incorporaban mejoras en parte ciclo con unas horquilla Earles y un propulsor potenciado hasta los 10 CV, formó parte de la gama de la marca a lo largo de aquella etapa, aunque de esta última de fabricaron pocas unidades y solamente durante 1955.
En la actualidad la marca española comercializa dentro de gama de productos un modelo inspirado por filosofía y concepto general en aquella Rieju 175, la Century 125, lo que deja claro y patente la importancia de aquella motocicleta de los años 50 dentro de la firma de Figueras.
Por otro lado, y si deseas hacerte con una unidad de nuestra protagonista de hoy, deberás dedicar tiempo y paciencia en su búsqueda, ya que no son muchas las unidades existentes, y de encontrarla deberás estar dispuesto a pagar un buen montante por ella, aunque a veces salen ejemplares para restaurar por precios a partir de los 1.000 euros, aproximadamente.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS