En el año 2010 la marca coreana diversificaba su gama en el segmento custom con un nuevo modelo, denominado Hyosung ST7, logrando de este modo abarcar a un público más amplio. Mientras que la Aquila 650 se encargaría de abastecer a unos clientes más “deportivos”, la ST7 apostaría por el clasicismo propio de las cruiser de cilindrada media. Además, se le darían unos retoques de motor para hacerla aún más chopper si cabe, tanto por funcionamiento como por filosofía.
En 2016 llegaría la versión que hoy nos atañe, la Hyosung ST7 PRO, en la que además de incrementar la cilindrada de su V-twin a 90º hasta los 678 cc, al igual que su hermana Aquila, alargaría su carrera hasta los 65 mm, 3 mm más que en el bloque de la dragster coreana, logrando de este modo un incremento de par en la zona baja y media del cuentavueltas, aunque a costa de perder algo de garra arriba y unos CV de potencia por el camino.
Aun así, la ST7 lograba alcanzar una potencia máxima de 62 CV a 8.000 RPM, con un par máximo de 56 Nm a 7.000 RPM y una velocidad punta de 176 km/h, valores que quedaban por debajo de los de su hermana de gama, pero que servían para plantar cara a cualquiera de sus rivales dentro del segmento de las cruiser medias, además de tener una estética y nivel acabado propio de las mejores custom del momento.
La Hyosung ST7 PRO se posicionaba dentro de la gama de la firma coreana como la opción más custom, tanto por estética como por un propulsor adaptado mejor a esta filosofía
Otros aspectos mecánicos que caben destacar en esta custom asiática era un sistema de inyección electrónica de combustible, logrando unos consumos medios en torno a los 5,5 litros/100 km. El cambio de cinco relaciones quedaba accionado por medio de un embrague de tipo multidisco en baño de aceite. A nivel parte ciclo, destacaba su marco doble cuna de acero fabricado en sección tubular, disponiendo de un basculante trasero tipo H también fabricado en acero, en este caso de tipo rectangular.
Uno de los aspectos más diferenciadores de este modelo respecto a la Aquila del momento, era la adopción de llantas más pequeñas, en este caso de 16 y 15 pulgadas -respectivamente- y calzadas con neumáticos 120/80 R16 en el eje delantero y 170/80 R15 en el posterior. A ellas quedaban anclados sendos discos, siendo en este caso de 300 mm de diámetro y accionado por una pinza de cuatro pistones en el frontal y de 270 mm mordido por una pinza de doble pistón en la zaga.
Las suspensiones eran otro de los componentes que se modificaban para esta variante. En ella se adoptaba una horquilla convencional con barras de 41 mm y 140 mm de recorrido en la parte delantera. En la trasera, y siguiendo un estilo clásico se optaba por una pareja de amortiguadores laterales con solamente 61 mm de recorrido, por lo que hacer tope no era una tarea complicada. En cualquier caso estos eran regulables en precarga.
Con un peso declarado con todos los llenos por encima de los 250 kilogramos, la ST7 PRO se posicionaba dentro de la media entre sus competidoras. La distancia entre ejes llegaba hasta los 1.690 mm y la altura libre al asiento desde el suelo en unos cómodos 675 mm, haciéndola apta para casi cualquier medida de piloto. Su depósito disponía de una capacidad de 17 litros, por lo que recorrer distancias por encima de 300 km sin tener que repostar no era complicado sino nos cebábamos con el gas.
Además de estética y un buen propulsor adaptado a las necesidades de sus clientes, la ST7 PRO contaba con un buen nivel de equipamiento y una parte ciclo que acompañaba a las bondades del bloque
Con un precio de salida de 5.100 euros, era muy complicado encontrarle un rival a esta coreana que además venía muy bien equipada y con toda la “parafernalia” deseada para sus futuros clientes, tanto a nivel de acabados como elementos típicos de una custom. Por ejemplo, su doble asiento independiente y desmontable, tanto el del piloto como el del pasajero.
También constaba con llantas de aleación con 20 radios cromados en zonas específicas, iluminación LED o un cuadro de instrumentos encastrado en la parte superior del depósito de combustible, con la información necesaria para estar al tanto del funcionamiento de la moto y el accionamiento de la intermitencia, iluminación o punto muerto.
De manera opcional, Hyosung ponía a disposición de sus clientes una larga lista de accesorios, donde podríamos destacar un equipo de alforjas laterales y respaldo para el acompañante, plataformas reposapiés para piloto y acompañante, defensas frontales para proteger el motor en caso de vuelco o una pantalla de protección con la que hacer más cómodos los viajes a bordo de esta custom asiática.
En la actualidad tenemos algunas unidades a la venta por precios a partir de los 3.000 euros, siendo una buena opción para clientes que gusten de este tipo de motocicletas y acaben de conseguir su permiso A2, ya que la marca coreana disponía de un kit de limitación para este modelo en cuestión.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.Me sorprende el dato del consumo. Cuando probamos la Aquila 650 aquí que es el mismo motor pero “potenciado” era fácil sacarle medias de 4 litros a los 100 o cuatro y poco. Recuerdo haberle dado muchísima caña a aquella moto y jamás de los jamases llegó a 5 litros a los 100.
En diferentes pruebas realizadas en varios medios de comunicación de la época, marcaban un consumo medio en torno a esos 5,5 litros.