Soñar dicen que es gratis, y yo con 16 años lo hacía constantemente con la Gilera Crono 125 que por aquel entonces poseía mi amigo Leandro. Era entrar al bajo de su casa, donde la guardaba, y disparar mi mirada hacia el lugar donde se encontraba aparcada.
Aquella 125 cc era especial por muchas cuestiones, tan solo había que echar una ojeada y detenerse en su doble tapón superior en el depósito de combustible, para carburante y aceite, o aquella posición totalmente racing para darse cuenta de que era la octavo de litro del momento, con la que la mayoría de nosotros soñábamos constantemente tener.
Muchos años después, y nuevamente mediante un amigo, he vuelto a ver una de estas, que por momentos parecían extintas de nuestro país. Básicamente por lo difícil que era encontrar repuestos en aquellos años, por la mala distribución de la que disponía la marca en nuestro territorio y porque muchas terminaron corriendo dentro de la copa Gilera, con las consiguientes bajas tanto por accidente o roturas que muchas de ellas sufrieron.
Antes de aquella Crono pudimos disfrutar de las SP-01 y posteriormente SP-02, en esencia motos muy similares a la Crono, que se convertiría en la última evolución de aquella mítica saga que se mantendría hasta 1993, momento en que sería sustituida por la Gilera GFR 125.
Además, y con el campeonato italiano sport-producción en plena efervescencia, convirtiéndose en una cantera interminable de pilotos del país transalpino, la marca de Arcore debía mantenerse firme para poder defenderse de las acometidas de las también míticas Cagiva Mito Lawson y Aprilia RS 125 Extrema, que hacían sus pinitos en aquella competición.
La Gilera Crono sería la última evolución del modelo deportivo de la marca, tras las SP-01 y SP-02 que le habían precedido
Con todo ello, la Gilera Crono 125 mostraba una nueva parte trasera remodelada respecto a la saliente SP-02. El propulsor también recibía algunos cambios en la configuración de su cilindro y estrenaba un nuevo sistema de escape. El monocilíndrico de 124 cc refrigerado por agua contaba con unas cotas internas de 56×50,5 mm y continuaba rindiendo lo suficiente para hacerla una de las más efectivas de la categoría.
Prueba de ello eran los 32 CV a 10.700 RPM que conseguía erogar el propulsor italiano, con los que lograba catapultarse hasta casi los 170 km/h, gracias entre otros aspectos técnicos a su válvula de escape electrónica -de tipo mecánica en la SP-01- sincronizada para realizar apertura a las 8.500 RPM.
Pero para poder llevar al límite a la Gilera Crono 125 el piloto no solo contaba con un motor potente. La parte ciclo que envolvía al bloque italiano estaba construida con materiales y componentes top. Por un lado su chasis tipo Twin Box, fabricado en acero, que le confería un nivel de rigidez fuera de toda duda.
A él se agregaban unas suspensiones compuestas por una horquilla invertida Marzocchi, equipada con barras de 40 mm y un recorrido máximo de 130 mm, junto a un monoamortiguador trasero Boge con sistema Power Drive.
Para poder sacar el máximo provecho al propulsor italiano, la marca equipaba a la Gilera Crono 125 de una parte ciclo sobresaliente, en la que destacaban unas suspensiones muy elaboradas y una frenada contundente en cualquier situación
En la frenada nos encontrábamos un doble disco, uno por eje, de 300 mm en el frontal y 240 mm en la parte trasera, ambos accionados por pinzas de doble pistón que garantizaban una eficacia y contundencia total. Si a ello le añadimos un peso de apenas 130 kilogramos con todos los llenos en orden de marcha, nos podemos hacer una idea de cómo podía rodar este juguete para niños grandes. Unas llantas de doble medida calzadas con neumáticos 100/80 R16 delante y 130/70 R17 detrás completaban este apartado.
Una vez a sus mandos nos podíamos imaginar cuál era el carácter de aquella deportiva en miniatura -mecánicamente hablando-. Su completo cuadro de relojes, con el cuentavueltas en el centro y las 12.000 RPM como límite para exprimir el propulsor antes de entrar en zona roja, nos hacían presagiar cuál era la forma indicada de sacar el máximo provecho a esta belleza italiana. Semimanillares por debajo de la tija, el ancho depósito entre las piernas o su asiento a doble altura con opción de tapa de colín, completaban el aura deportiva de esta 125cc.
Con un precio allá por 1993 de 470.000 pesetas de la época, estaba al alcance de unos pocos privilegiados como lo era mi buen amigo Leandro. La competencia, además de las mencionadas Mito Lawson y Aprilia RS Extrema, también la compondrían la recién llegada Honda NSR 125 R (JC22), aunque esta última con un funcionamiento más suave y civilizado que las indomables italianas.
En la actualidad, encontrar una Gilera Crono 125 es ardua tarea por su escasez y porque sus propietarios no están dispuestos a desprenderse de ellas, así que si tenéis intención de hacerse con una no esperéis encontrarla por menos de 3.000 euros en un estado aceptable.
Calcula cuánto cuesta asegurar una Gilera Crono 125 con nuestro comparador de seguros.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS