Moto del día: Montesa Impala Sport 250 USA

Moto del día: Montesa Impala Sport 250 USA

La Sport fue posiblemente la versión más depurada de la Impala, pero es que en la versión americana daba todavía más potencia


Tiempo de lectura: 4 min.

Con aproximadamente una docena de variantes llevadas a serie y algunos prototipos bien documentados, la Montesa Impala forma una amplia saga donde resulta difícil escoger. No obstante, entre los aficionados a esta motocicleta parece haber un cierto consenso al elegir a la Sport 250 como la versión más depurada. Una decisión que puede ser aún más concreta ya que, ¿por qué no escoger a la Montesa Impala Sport 250 USA? La adaptación realizada para el mercado estadounidense, de la cual se produjeron 700 unidades entre 1966 y 1969 distinguibles por el color azul utilizado en vez del rojo.

Una verdadera pieza de coleccionista especialmente difícil de conseguir aquí en Europa. Pero vayamos por partes. Y es que, siendo la Montesa Impala no ya tan sumamente catalana, sino tan sumamente barcelonesa, ¿a qué se debió esta variante pensada en exclusiva para los Estados Unidos? Pues bien, la respuesta empezamos a encontrarla yéndonos a 1963. Año en el que Montesa comienza su aventura norteamericana gracias a Kim Kimball. Primer importador de Montesa, quien se asocia ni más ni menos que con Steve McQueen en la comercialización de aquellas exóticas dos tiempos que tanto atraían a los aspirantes americanos.

Eso sí, lejos de precisar practicidad para el día a día, el mercado estadounidense buscaba en las motocicletas europeas una clara deportividad. Así las cosas, Pere Permanyer tenía que enfrentarse a la ironía de fabricar monturas de carreras cuando, pocos años antes, su socio Paco Bultó había salido de la empresa justo por querer hacer eso. No obstante, lo cierto es que en el caso americano lo más demandado no tenía que ver con motocicletas de asfalto, sino con máquinas pensadas para correr en las diferentes variantes Off-Road. Es más, las primeras Montesa importadas por Kimball fueron unas Impala 175 Cross.

La Impala fue una motocicleta muy versátil de la cual se derivaron multitud de versiones y adaptaciones. No obstante, parece existir un consenso sobre las excelencias protagonizadas por la Sport 250

Montesa Impala Sport 250 USA, la Sport más escasa

Tras la buena actuación de aquellas Impala 175 Cross en algunas carreras californianas, corrió la voz de la efectividad mostrada por las mismas. Un hecho providencial, haciendo que en tan sólo tres años la red de distribuidores Montesa en los Estados Unidos alcanzase unos 350 puntos de venta. Así las cosas, Montesa Motors Inc llegó a tener entre sus accionistas incluso al laureado piloto de F1 Phil Hill. Es más, en 1966 la casa catalana comenzó a fabricar modelos pensados exclusivamente para el mercado norteamericano.

Fruto de ello fue la Cross 66, pero también la Montesa Impala Sport 250 USA. Una montura que demostraba a las claras el creciente interés de la marca por vender en aquel país, saliéndose de las recurrentes monturas Off-Road para ofrecer un diseño de asfalto como haría también dos años más tarde con la Indiana; versión norteamericana del Ciclo con motor ILO de 48 centímetros cúbicos presentado en 1965.

Respecto a las diferencias establecidas entre la Montesa Impala Sport 250 vendida en España y la destinada a los Estados Unidos lo más destacable es el color azul de su depósito. Sin embargo, bajo esta nueva apariencia se esconden multitud de elementos mecánicos pensados para cumplir con las homologaciones norteamericanas. En primer lugar los pedales plegables, pero también una palanca simple para el cambio y el freno. Además, aunque en muchas unidades de la Sport 250 USA – código interno 25M – se ha puesto un manillar como el de la original – código interno 15M – normalmente las destinadas a los Estados Unidos portaban un manillar más alto.

impala sport USA (2)

La historia de Montesa en los Estados Unidos es vital para entender la marcha de la marca durante los sesenta y setenta, con nombres de primera fila participando en la red comercial creada en los Estados Unidos

Con todo ello, lo cierto es que la Montesa Impala Sport 250 USA ofrecía esa mezcla de deportividad y fiabilidad que tanto distinguió a toda la saga desde su aparición en 1962. Más aún cuando, gracias a los ajustes permitidos por la legislación norteamericana, el monocilíndrico de 247 centímetros cúbicos diseñado por Leopoldo Milá rendía en la Sport 250 USA hasta 26 CV a 7.500 revoluciones por minuto. Todo ello alimentado con un carburador Amal de 30 milímetros en vez de los 25 marcados en la versión española. Es decir, no sólo estamos ante una variante interesante por su escasez, sino también por la mejora prestacional presentada sobre un modelo que, ya de por sí, resulta la versión más perfeccionada de la Impala para su uso por carretera.

COMPARTE
Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Alejandro Delgado