Moto del día: Derbi Variant Spacetronic

Moto del día: Derbi Variant Spacetronic

Llamado también "Botón Rojo", el ciclomotor Derbi Variant Spacetronic fue el primero con arranque eléctrico


Tiempo de lectura: 5 min.

Hoy en día arrancar cualquier vehículo personal resulta de lo más sencillo. Así las cosas, estamos plenamente acostumbrados a ponernos en marcha con tan sólo un par de limpios y sencillos gestos. Sin embargo, esto no era así en los comienzos de la automoción. En este sentido, salir a rodar con un automóvil venía precedido por una particular liturgia mecánica llena de suciedad, requerimientos de fuerza y no poca necesidad de atino. De hecho, entre cebar a los carburadores y dar a la manivela pasando por el necesario calentamiento del motor todo aquello podía durar casi un cuarto de hora.

Es más, dada esta complejidad incluso los incipientes modelos eléctricos de la época – véase Detroit Electric – parecían estar llamados a ser la mejor opción en materia de movilidad dada su sencillez y limpieza en el arranque. Sin embargo, cuando en 1912 General Motors aplicó por primera vez al automovilismo masivo el motor de arranque la situación dio un giro radical. Para empezar, aquel ritual previo a la conducción pasaba a la historia. Además, al fin poner en marcha un automóvil no tenía porqué ser sinónimo de ensuciarse.

Todo se hacía más cómodo y, por tanto, los motores de combustión interna se veían libres de su única gran desventaja frente a los eléctricos. No obstante, en el mundo del motociclismo las cosas no fueron tan rápidas. De hecho, incluso en los años cincuenta y sesenta lo más común seguía siendo el encendido a patada. Una acción cargada de no pocos problemas, especialmente cuando hablamos sobre modelos con cilindrada generosa o una alta relación de compresión. Y es que, en estos casos, no sólo era necesaria una potente fuerza física en la pierna. Sino también no poco cuidado ya que, debido al potente retroceso del pedal, éste podía fracturar la tibia y el peroné con un único y violento golpe. En suma, lo que hoy en día da un cierto toque de encanto primitivo a no pocas clásicas, en la época se presentaba no sólo como una incomodidad sino, especialmente, como un peligro más que evidente.

derbi variant botón rojo (3)

La llegada del motor de arranque no sólo fue un adelanto esencial para el mundo del automóvil, sino también para el representado por las motocicletas más prestacionales

Derbi Variant Spacetronic, el primer ciclomotor con arranque eléctrico

Afortunadamente – y en especial gracias a los fabricantes nipones – las motocicletas más prestacionales fueron aplicando el arranque eléctrico de forma masiva a comienzos de los años setenta. No obstante, en el segmento de los ciclomotores esto no parecía ser necesario. Algo entendible pues, al fin y al cabo, estos no sólo contaban con una carrera muy corta en el cilindro dado su escueto cubicaje, sino que tampoco exhibían la apretada relación de compresión inherente a una máquina de competición.

En resumen, arrancar un ciclomotor con los pedales no significaba un problema comparable a echar a andar, por ejemplo, una Sanglas de los años cincuenta. No obstante, según los años avanzan la técnica se va democratizando incluso en casos donde no resulta estrictamente necesario. De esta manera, los ciclomotores de los años setenta pasaron a ser mucho más cómodos y resistentes que sus ancestros los velomotores.

De hecho, cuando Moto Vespa S.A lanzó el Vespino – una creación propia de la filial española – el mundo de los ciclomotores dio un salto de gigante al incorporar un diseño con el chasis abierto cual si fuera una Scooter. Además, en 1977 Derbi – la referencia en bajas cilindradas para el mercado español – presentaba su propia respuesta en forma del Variant. Una montura con variador automático que, por su fiabilidad, economía y sencillez de manejo fue todo un éxito de ventas hasta el punto de entrar por la puerta grande en la memoria colectiva del país.

derbi variant botón rojo (2)

Cuando se presentó en 1980, el Spacetronic daba un extra de comodidad a los ciclomotores gracias a dejar la cuestión del arranque en algo tan simple como apretar un botón

Además, su larga trayectoria comercial se aderezó con la presentación de multitud de variantes tal y como la marca catalana ya había hecho con su exitosa Antorcha. Llegados a este punto, en 1980 el Variant Spacetronic venía a interpretar todo un hito en el segmento de los ciclomotores al ser el primero de ellos equipado con arranque eléctrico. Todo ello a través de un botón instalado en el manillar que, popularmente, le valió a esta Variant el sobrenombre de “la del botón rojo”. Ahora, ¿cómo funcionaba? Bueno, para empezar lo primero a tener en cuenta es la necesidad de instalar una pequeña batería pues, no en vano, la Variant sacaba la electricidad necesaria para el funcionamiento de los faros y demás elementos eléctricos de un generador. El cual, lógicamente, sólo resultaba productivo con el ciclomotor en marcha. Así las cosas, Derbi tomó prestado el diseño de las pequeñas baterías en níquel-cadmio instaladas en no pocos juguetes de radiocontrol a fin de instalarlas parejas al pequeño motor con 49 centímetros cúbicos, dos tiempos y 3CV con el cual se propulsaba la Derbi Variant del momento. Gracias a la energía en ellas acumulada, el arranque eléctrico podía hacer su función. Algo que, según no pocos testimonios de la época, podía ser algo irregular. No obstante, en ese caso siempre estaba la posibilidad de arrancar usando los pedales que, por ley, tenía la Derbi Variant Spacetronic al ser un ciclomotor. Como dato curioso, diremos que la campaña de publicidad de este modelo no pudo ser más efectista, asociando el uso de aquellas pequeñas baterías a la carrera espacial y los elementos eléctricos empleados por los Rover lunares y no pocos satélites. Y es como, como ya se había visto durante los años cincuenta en los Estados Unidos, el futurismo cósmico es siempre una buena baza comercial.

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Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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