La Honda RC 161 es una motocicleta que todo el mundo debería conocer, pues fue la que, finalmente, permitió que Honda demostrará todo su potencial real y también impuso, por así decirlo, las culatas multiválvulas. Y lo hizo, como cabe esperar, a base de victorias en competición, donde se forjan los nombres más míticos y más recordados de la historia del motociclismo.

Honda y las carreras internacionales van casi de la mano. Sohichiro Honda no tardó en adentrarse en un mundillo extremadamente competitivo y complicado, donde, según sus propias palabras, deseaba ganar con una moto fabricada por él mismo. Los primeros pasos ya dejaron claro que los japoneses iban en serio, no en balde, la Honda RC 142, con su motor de 125 centímetros y dos cilindros, dejó a todo el mundo con la boca abierta.

Sin embargo, fue en 1960 cuando se presenta la moto que sentaría las bases del éxito de la firma nipona: la Honda RC 161. La historia de la RC 161 es muy similar a la historia de la RC 143, que fue una evolución de la mítica Honda RC 142. Así, pues, se parte de la RC 160 y se modifican aquellos apartados que requieren de novedades y mejoras. La Honda RC 160 era una muy buena base de partida, pues a sus 35 CV había que sumarle la victoria absoluta en la Sama Race con Sadao Shimazaki a sus mandos.

De primeras, el motor recibe unos cilindros inclinados 35 grados hacia delante, con el objetivo de mejorar la refrigeración y el flujo de aire hacia los carburadores. El desplazamiento es de 250 centímetros cúbicos repartidos entre cuatro cilindros, los cuales, podían hacer girar el cigüeñal a nada menos que 13.000 revoluciones, donde alcanzaba los 40 CV gracias a una culata de cuatro válvulas por cilindro. Del motor destacaba, además, la distribución por piñones entre los cilindros.

La RC 161 fue pilotada por japoneses, aunque para la ocasión, Honda contrató a un grupo de pilotos occidentales con dos objetivos: aportar la experiencia y conocimientos en los circuitos del mundial y con las motos occidentales. Pilotos de la talla de Jim Redman, Rob Brown o Tom Phillis, con los que la firma japonesa comenzaría a encadenar victorias.

En los siguientes años, Honda se acomoda al ritmo del mundial y forma un equipo que se vuelve más profesional con cada carrera, hasta el punto de dominar el mundial de velocidad, casi sin rivales que puedan hacerla sombra. De hecho, en 1966 logró un hito superimportante: ganó en todas las categorías. No solo eso, entre 1961 y 1967, los pilotos de Honda ganaron 15 títulos y entre 1962 y 1967, Honda sumó 18 títulos de 50 a 500 centímetros cúbicos.