Moto del día: Harley-Davidson XL1200CX Roadster

Moto del día: Harley-Davidson XL1200CX Roadster

Una de las Sportster más indicadas para disfrutar en carretera de curvas


Tiempo de lectura: 3 min.

La Harley-Davidson XL1200CX Roadster, más sencillamente la Harley Roadster, es una de las muchas variantes que ha tenido la Sportster a lo largo de su dilatada historia. Más concretamente, es una de las variantes más deportivas, aunque sin llegar al límite de las XR1200, pero algo más dinámicas que las XL883 R y que las XL1200 Sporster Sport. Por sí, la Sportster ha sido, desde siempre, uno de los modelos más versátiles y más deportivos que se han fabricado en Milwaukee, de ahí su denominación, que combina las palabras “Sport” y “Roadster”.

Harley-Davidson es uno de los fabricantes de motocicletas más antiguos del mundo y, aunque siempre ha tenido una clientela muy determinada –culpa, sin lugar a dudas, de su política de producto–, no ha perdido la oportunidad de ampliar horizontes de alguna manera. No ha sido un camino de éxito, en ocasiones han sido muy criticados, como ocurrió con la V-Rod, pero eso nunca les ha impedido seguir adelante con ideas de todo tipo, que en ocasiones, han dado en el clavo, como fue la puesta en escena de la Roadster.

La Roadster es una de las muchas variantes de la gama más popular de Harley, que ha contado con ediciones como la Forty-Eight, la Nighster o la Iron, cada una explotando una personalidad muy especifica, aunque todas de estilo puramente custom, lejos de las aspiraciones de la Roadster. En realidad, la Harley-Davidson Sportster Roadster, forma parte del mismo club donde se pueden encontrar las Harley Sportster 883R, la Sportster Sport o la Sportster XR, cada una de ellas con un talante deportivo más o menos acusado, pero deportivo al fin y al cabo.

Harley Davidson XL1200CX Roadster (3)

Deportividad al estilo Harley, obviamente, aunque en el caso de la Roadster se ahondaba en la idea de motocicleta naked. La altura con respecto al suelo era más elevada gracias a unas nuevas suspensiones –con horquilla invertida de barras de 43 milímetros y amortiguadores traseros de emulsión de hidrógeno–, así como por la presencia de llantas de 19 pulgadas delante y 18 pulgadas detrás. Las estriberas están colocadas en una posición media y el manillar es plano y muy bajo, casi al estilo Cafe Racer. Detalles que cambian por completo la personalidad de la moto y le dan, no solo una nueva posición de conducción, sino un tacto y una respuesta impropias de una Harley.

Así lo decía desde la revista Motociclismo el señor Pepe Burgaleta, quien afirmó que dinámicamente sorprendía por una estabilidad muy elevada, por una precisión en la trazada nunca vista en Harley y por unas suspensiones de tarados muy firmes. Sin embargo, el motor, el dos cilindros “by Harley” apenas cambiaba y la deportividad de la Harley Roadster se centraba más en la conducción “espirituosa” que en las prestaciones puras.

Hablamos del motor Evolution, con 1.202 centímetros cúbicos, refrigerado por aire, distribución por varillas y balancines y dos válvulas por cilindro, que rendía 70 CV y 103 Nm de par a 3.750 revoluciones. No era un motor veloz, pero no necesitaba más que cinco relaciones para mover el conjunto más rápido de lo que parecía, y permitía que quien estaba a los mandos disfrutara de la conducción en estado puro.

COMPARTE
Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

COMENTARIOS

avatar
2000
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Alejandro Delgado