MV Agusta es, sin duda, una de las grandes casas motociclistas de la historia. No sólo por su amplia y dilatada trayectoria, sino especialmente por su papel crucial en la historia del Mundial, siendo absolutamente dominante en las cilindradas más generosas con Giacomo Agostini a los mandos. No obstante, hasta que todo aquellos cuajó ya en los años sesenta la casa italiana contó con unos inicios errantes donde tuvo que tocar no pocos palos hasta dar con lo más adecuado.
Así las cosas, tras sus inicios en la aeronáutica la finalización de la Segunda Guerra Mundial invitó a transitar hacia el motociclismo. Algo muy similar a lo ocurrido con Piaggio, la cual pasó de ensamblar aviones al servicio del fascismo local a la más edificante labor de ofrecer soluciones relativas a la movilidad urbana.
Llegados a este punto, en MV Agusta lanzaron modelos de baja cilindrada. Algunos para el día a día, pero otros muchos pensados desde su concepción para el mundo de las carreras. En fin, una amplia panoplia iniciática en la que también hubo espacio para los experimentos. Y es que, nada más verlo, el monociclo se nos antoja como eso. Como uno de los grandes y más originales experimentos en la historia del motociclismo.
Los diseños con una única rueda cuentan con multitud de problemas en no pocos sentidos
MV Agusta Monociclo, una máquina muy original
Si el diseño del monociclo no salió adelante no fue por ninguna clase de decisión empresarial. Lejos de ello, las razones obedecen a la más pura técnica. No en vano, desde el equilibrio – quien pilote ha de poner sus suelas en movimiento sobre el asfalto a fin de equilibrar el conjunto – hasta la escasa practicidad – imposible transportar a dos personas – este tipo de vehículo no es precisamente fácil de entender.
No obstante, algunos diseñadores pensaron en él como un transporte ligero. Por tanto, especialmente atractivo para las carreras. Sin embargo, gobernar algo así es tan complejo que apenas tuvo recorrido más allá de las mesas de diseño. Eso sí, MV Agusta se atrevió con ello en 1954 gracias al modelo que está usted viendo en unas fotografías tan precarias como precaria es la propia estabilidad del mismo.
De hecho, participando a modo de ensayo en una carrera italiana este monociclo con motor de 60 centímetros cúbicos se salió de la calzada, dejando en tierra a su piloto y de paso a algún que otro espectador. En suma, un verdadero desastre que, tras ser olvidado por la fábrica, pasó a ser parte de una colección privada. Toda una rareza firmada por MV Agusta.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS