Fabricada por Joerns Motor Manufacturing Company, la Cyclone Board Track Racer tuvo una vida corta pero intensa, de 1913 a 1915. La unidad que ilustra estas imágenes perteneció a un gran fanático del mundo del motor como fue Steve McQueen, propietario entre otras motos de una Triumph Speed Twin (5T), una Indian Chief o una Pope Model K.
En su día, la Cyclone Board Track Racer fue, quizá, la motocicleta con la tecnología más avanzada de la época. Se estima que, durante sus tres años de producción, se construyeron cerca de 300 ejemplares, pero que tan solo seis de ellas sobreviven en nuestros días. No solo era una buena moto para darse unos paseos por la ciudad y correr en carretera abierta, también tuvo un notorio éxito entre las competiciones sobre pistas de tierra.
La compañía con sede en Minnesota, Estados Unidos, construyó la Cyclone Board Track Racer con un motor revolucionario para los años que corrían. Tenía un motor V-Twin a 45 grados de 999 cm3 diseñado por el ingeniero Andrew Strand. El motor con levas superiores individuales de accionamiento por eje y bisel es su característica más obvia y, por ahora, radical. Su cámara de combustión era casi hemisférica, con válvulas de gran tamaño tanto en el lado de la admisión como escape.
Los cojinetes de bolas y rodillos enjaulados se utilizaron en toda la línea de transmisión, lo que redujo la fricción pero, consecuentemente, aumentaba los costes de fabricación. Con una relación de compresión relativamente modesta -de 5,5:1-, su potencia se estimaba en unos 45 CV, lo que no deja de ser una cifra impresionante teniendo en cuenta que ni siquiera tenía frenos.
La Cyclone Board Track Racer se hizo rápidamente se hizo con el trono de hierro de las dos ruedas al vencer a otras marcas ya establecidas como Indian y Excelsior
Se dice que el piloto J.A. “Jock” McNeil condujo una Cyclone Board Track Racer en otoño de 1913 y alcanzó la nada desdeñable cifra de 174 km/h de velocidad máxima en una pista de Minneapolis. Un año más tarde, sobre el trazado de Omaha, Nebraska, logró llegar a rozar los 179 km/h, pero la Federación de Motociclismo Estadounidense jamás llegó a reconocer dicho récord defendiendo que era, literalmente, imposible.
Si bien las motos competidoras no eran precisamente tortugas, la Cyclone Board Track Racer era ciertamente una liebre. Aunque la compañía construyó motocicletas de carretera, estas no se vendieron en grandes números. La empresa centró su atención en el mundo de las carreras y, a medida que su reputación de fiabilidad comenzó a hacer mella, Joerns Motor Manufacturing Company acabó en la quiebra. El mundo de la competición era demasiado caro.
La Cyclone Board Track Racer era una motocicleta compleja y costosa de construir, lo que significa que, incluso en circunstancias ideales, los márgenes de beneficio eran muy reducidos. A medida que aumentaban los costos y disminuían las ventas, la producción de Cyclone se detuvo a principios de 1916. Los ejemplares existentes a menudo se utilizaron hasta el punto de fallo catastrófico, y luego se descartaron como nada más que chatarra.
Esta unidad pintada en un intenso color amarillo se vendió en la subasta de Mecum Auctions en 2015 por un precio de 852.000 dólares, cerca de 765.000 euros al cambio.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS