A comienzos de este siglo se lanzaba la Aprilia Habana 125, previamente en versión ciclomotor. Este scooter cargado de personalidad y detalles buscaba hacerse con un hueco en el segmento, destinado a clientes cansados de la misma estética como denominador común en la mayoría de los modelos venidos desde la competencia.
Para ello la firma de Noale se centró básicamente en dos aspectos. Por un lado buscó una estampa diferente, gracias a sus terminaciones mezcla de un look custom y clásico a partes iguales, recordándonos a viejas glorias de décadas pasadas. Del otro, un propulsor que respondiera de manera suave y lineal, sin búsqueda de prestaciones deportivas ni estridencias mecánicas que complicaran la vida a sus nuevos propietarios.
De este modo la firma transalpina dotó a la Habana 125 de un monocilíndrico de cuatro tiempos refrigerado por aire. Accionado mediante una distribución tipo SOHC y portando dos válvulas en culata, el propulsor disponía de unas cotas interiores de 57 mm de diámetro por 48,6 mm de carrera. La compresión a la que quedaba sometido llegaba hasta los 10,8:1, estando alimentado mediante un carburador Mikuni de 24 mm y contando con arranque eléctrico y pata adicional.
En la parte ciclo nos encontrábamos con un bastidor monocuna fabricado en acero. En el plano de las suspensiones, a la Aprilia Habana 125 se le incorporó en su frontal una horquilla convencional con 80 mm de recorrido. En la zaga un monoamortiguador sería el encomendado a tal función, siendo su distancia máxima de uso entre topes idéntica a la lograda en el eje delantero, 80 mm.
Quizás en la frenada era donde más flojeaba este scooter cargado de personalidad. Un disco de 190 mm de diámetro accionado por una pinza de doble pistón trabajaba en la rueda delantera, siendo un tambor de 140 mm el que lo haría en la posterior. En cuanto al tallaje de sus llantas y neumáticos, Aprilia optaba por la doble medida, incorporando una llanta de 12 pulgadas delante y de 10 atrás. Ambas quedaban calzadas con gomas en medida 120/70 y 130/70.
En este Aprilia Habana 125 se trabajó en dos cosas fundamentalmente: Su imagen y en desarrollar un propulsor suave y sencillo a partes iguales
Por otro lado el peso en vacío declarado por la marca de Noale se establecía en 115 kilogramos en seco, contando con un depósito de combustible de 8,5 litros de capacidad. La distancia entre ejes en este caso alcanzaba los 1.350 mm, colocándolo como uno de los más largos de su categoría en este aspecto. Por último, su sillín se encontraba a 755 mm del suelo, haciéndolo muy utilizable por personas de casi cualquier talla.
Gracias a esa distancia entre ejes, el Habana 125 contaba con un asiento de grandes dimensiones y confortable en el uso. También destacaban las asas posteriores de gran tamaño, pintadas en el mismo color que la carrocería. Sin embargo, y como puntos negativos, el scooter Habana de 125 cc tenía un espacio bajo el asiento en el que no podríamos guardar grandes bultos, ni siquiera un casco integral. Tampoco el gancho frontal a la posición del piloto estaba bien resuelto y quedaba a una altura más bien baja.
La simplicidad se trasladaba al resto de componentes del Habana 125, siendo en conjunto un gran aliado para desplazamientos dentro de las urbes
Pero fuera de estos pequeños detalles, era indudable que el nuevo ciudadano de Aprilia derrochaba personalidad por los cuatro costados y un buen nivel de acabados, donde se mezclaban detalles en terminación cromada, como sus espejos retrovisores, aro protector del faro delantero e incluso una cubierta de la pinza delantera con sus colores metalizados muy “vivarachos”, como el azul eléctrico.
A ello hay que sumarle su estética “retro” y componentes como un cuadro de instrumentos bien resuelto, dotado con toda la información necesaria, como por ejemplo velocímetro, indicador de nivel de combustible y testigos luminosos varios, todo ello rematado siguiendo la filosofía general del Habana 125, en el que se mezclaban las zonas cromadas con el blanco de la esfera de ambos relojes.
Con un precio en el año 2001 de 425.000 pesetas, no era precisamente lo que se puede decir barato, pero a cambio nos llevábamos un producto diferente con el que poder destacar entre la monotonía ciudadana en este tipo de vehículos.
En la actualidad tenemos algunas unidades en el mercado de ocasión con precios que parten desde los 750 euros, aproximadamente, dándonos la oportunidad de adquirir un scooter valido para el carné A1/B a buen precio y cargado de personalidad. ¿Qué más se puede pedir?
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS