La Aprilia RS4 125 es una moto muy interesante. Tuvo la difícil misión de jubilar y sustituir a todo un míto de las dos ruedas como era la Aprilia RS 125 y su icónica mecánica de dos tiempos. La tarea no era baladí ya que la RS tenía un montón de incondicionales y fieles seguidores precisamente por lo peculiar y espectacular de su mecánica.
La Aprilia RS4 llegó en 2011 por culpa de las nuevas normativas anticontaminación más exigentes. Estoy seguro de que muchos fans se llevaron un chasco y le tuvieron auténtica animadversión a la nueva creación de Noale, y quizá la propia marca tampoco habría fabricado un producto así si no fuese por las exigencias del guión.
Sea como fuere, en 2011 las mecánicas 2T de 125 pasaron de golpe a estar muy mal vistas. Renovarse o morir. En Aprilia decidieron seguir fieles a su esencia y hacer una octavo de litro lo más potente, pasional y deportiva que pudiesen dentro de lo que la normativa vigente les permitía.
En esta coyuntura nación la Aprilia RS4 125 y es de justicia reconocer que en cuanto a parte ciclo era si cabe mejor que su predecesora. Contaba con un chasis de doble viga de aluminio, horquilla invertida de 41 mm y frenos de 300 mm delante y 220 mm detrás, componentes de absoluto infarto en comparación a las “bicicletas” que se vendían en esta cilindrada.
La postura era bastante radical y al ataque, inclinando bastante hacia adelante y cargando todo el peso en sus semimanillares. Una estética inspirada en la Aprilia RSV4, que estaba triunfando en el mundial de superbikes por aquella época, conseguían completar ese cuadro de deportividad.
En cuanto a su mecánica, era el patito feo de la ecuación. El monocilíndrico refrigerado por agua de 125 cm3 y cuatro válvulas derivaba directamente del que se empleaba en la Derbi GPR 125 y erogaba el tope legal de potencia: 15 CV, gracias a su esquema de carrera corta.
Para paliar la merma prestacional, Aprilia hizo un guiño a los seguidores más entusiastas de la marca y dotó al modelo con un sistema quickshifter que permitía subir las seis marchas sin necesidad de accionar la maneta del embrague. Nuestra protagonista de hoy tiene el honor de ser la primera moto de 125 de la historia en contar con esta novedad.
Pese a esta modernez tecnológica, lo cierto es que el motor perdía bastante garra ya que pasaba de los casi 30 CV de su predecesora hasta prácticamente la mitad. La velocidad punta se quedaba en unos modestos 130 km/h, mientras que la bebedora de aceite era capaz de alcanzar casi los 170 km/h. Es por eso que la nueva “mini R” de Noale era una moto menos capaz en general, especialmente en vías rápidas donde el motor trabajaba excesivamente estresado.
Para paliar estos problemas, tanto Aprilia como el mercado aftermarket intentaron seguir con esa especie de tradición que tenía su predecesora y, en general, todas las motos de dos tiempos: el trucaje. Lo bueno de las 2T es que la gente se lo pasaba de miedo cambiando el carburador por uno mas gordo, instalando un nuevo kit de cilindro y pistón para elevar el cubicaje, tocando escapes… había un montón de formas de gastarse la paga para hacer que tu bicha corriese más, y a veces se llegaban a ver cosas de absoluto escándalo.
Con la Aprilia RS4 125 se intentó mantener un poco esa idea y era posible comprar diferentes kits de potenciación con los que era relativamente sencillo elevar la potencia de la moto hasta unos 25 CV aproximadamente.
El problema es que meter mano a una mecánica con válvulas siempre es más complicado, y a veces estas operaciones no se podían hacer en casa sin apenas conocimientos y con un puñado de herramientas básicas, como si ocurría en las 2T. Sin embargo, los inconvenientes del trucaje eran los mismos tanto en las 2T como en las 4T: mayor consumo de combustible y una fiabilidad mecánica muy mermada a largo plazo.
Con todo y con eso, la Aprilia RS4 125 se ha seguido vendiendo hasta nuestros días, con puntuales actualizaciones, principalmente a nivel estético. Hoy en día puede comprarse nueva de concesionario por unos 5.000 euros, lo cual es mucho para ser una octavo de litro, pero va en sintonía con sus principales competidoras como la Yamaha YZF-R125 o la KTM RC 125.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS