Para comenzar a entender las razones de la Aprilia RSW-2 500 bien está hacer un pequeño rodeo hacia el automovilismo. El sector de la industria automotriz donde nos encontramos con Lotus. La empresa fundada por el genial pero controvertido Colin Chapman. Uno de los ingenieros de competición que más y mejor vieron la conveniencia de quitar peso en vez de aumentar la potencia. De esta forma, a los monoplazas, roadster y GT de Lotus siempre se les recordará por su magnífica relación peso/potencia, siendo capaces de ganar en las curvas el tiempo que quizás podrían perder en las rectas frente a modelos con motores más generosos pero también más pesados.

Pues bien, una vez tomado este desvío al mundo de las cuatro ruedas, podremos analizar mejor a la Aprilia RSW-2 500. Al fin y al cabo, su nacimiento se debe a las cábalas del ingeniero Jan Witteveen y la forma en la que advirtió los excelentes resultados de la Aprilia del mundial de cuarto de litro a su paso por curva. Así las cosas, ¿por qué no hacer una montura de medio litro sobre esa base? Veamos. Para empezar, a la RS250V no se le puede acusar de nada malo. Más bien todo lo contrario, gracias a sus mundiales ganados  con Max Biaggi a los mandos – 1994, 1995 y 1996 – . Y es que su excelente chasis y bajo peso la hacían endiabladamente rápida.

Especialmente en el paso por curva, donde la RS250V obtenía mejores que sus hermanas mayores de medio litro. Algo realmente interesante. Tanto que fue capaz de despertar el ingenio de Witteven, viendo que si conseguía unir las propiedades de ésta con la potencia de un motor de 500 centímetros cúbicos posiblemente Aprilia se convertiría en una marca tan imbatible en la categoría reina como ya lo era en cuarto de litro, así como con muy buenos resultados también en la de octavo de litro. Al fin y al cabo, se necesitaba un propulsor potente no sólo por obvias cuestiones de homologación en el título de medio litro, sino también por la necesidad de ser en las rectas al menos casi tan efectivos como se era en las curvas.

Los tiempos dados por la Aprilia de dos y medio eran mejores que los entregados por la de la categoría reina. Eso sí, sólo en las curvas claro está. Por ello pensaron que sería perfecto crear una Aprilia de dos y medio con un motor más potenciado en clave de mezcla todoterreno

Aprilia RSW-2 500, un diseño inteligente pero sin los resultados esperados

Sobre el chasis de la RS250V los ingenieros de Aprilia comenzaron a diseñar lo que debería ser una moto GP ligera y muy rápida en curvas. Eso sí, ¿qué hacer en lo referido a la mecánica? Al fin y al cabo, si se disponía un motor con cuatro cilindros el peso se dispararía y, por tanto, nada del planteamiento base de la RSW-2 500 tendría sentido llegado el momento de completar el diseño. Por ello se escogió un propulsor de dos cilindros con 410 centímetros cúbicos en sus primeros desarrollos.

De hecho, era básicamente el mismo que estaba usando Max Biaggi en el octavo de litro. Eso sí, aumentando aquí la potencia desde los 90 CV hasta los 115 CV. Para su estreno en las pistas, el encargado de pilotar la Aprilia RSW-2 500 fue Loris Reggiani. Un viejo conocido de los aficionados a la marca, puesto que fue quien realizó el estreno de la misma en el Mundial allá por 1985, dándole al mismo tiempo la primera victoria al llegar 1987.

No obstante, ya que en esta primera temporada de la Aprilia RSW-2 500 ésta era básicamente un laboratorio de pruebas sobre ruedas, los problemas de fiabilidad imposibilitaron siquiera acabar la mayor parte de las pruebas. Con todo ello, para las temporadas siguientes el motor fue evolucionando hasta alcanzar los 498 centímetros cúbicos y los 145 CV. Cifras respetables, pero al fin y al cabo por debajo de las dadas por sus correligionarias de cuatro cilindros en la parrilla de salida de la categoría reina, rondando siempre los 200 CV.

Finalmente, tras cuatro años con esta montura Aprilia se desengañó y retiró del mundial de medio litro en el año 2000

Muchos más por tanto, especialmente cuando llegaban las rectas. De esta manera, los 110 kilos de la RSW-2 500 no eran una ventaja demasiado grande frente a los 130 de las de cuatro cilindros. Así las cosas, el palmarés de esta Aprilia tras cuatro años en las pistas se cerró con cinco podios y dos vueltas rápidas. El sueño de Witteven no se había cumplido, pero al menos lo había intentado creando una máquina de diseño inteligente y audaz. Así avanza la ingeniería.