Moto del día: Bimota YB5

Moto del día: Bimota YB5

La tecnología japonesa al servicio de la imaginación italiana


Tiempo de lectura: 5 min.

La Bimota YB5 -de Yamaha Bimota 5- fue la quinta colaboración de la casa de Rímini con la marca japonesa de los diapasones. Esta vino para darle la jubilación a la SB5 con el veterano propulsor de la Suzuki GSX 1100. Obra del diseñador de Bimota, Federico Martini, fue presentada a los medios en el Salón de Colonia de 1986 y puesta a la venta al público solamente unos meses después, ya metidos en la temporada 1987.

Por aquel entonces la marca transalpina intentaba recuperarse de su última debacle económica y artística, con la marcha de Massimo Tamburini de sus filas, y que a punto estuvo de llevarla a un pozo oscuro y de difícil salida. Pero para esas fechas Martini empezaría una nueva era dentro de Bimota a nivel de diseño, y la YB5 seria de las últimas motocicletas fabricadas por la firma que equipara un chasis de tipo tubular, en pro de otros de tipo doble viga.

Pero volviendo a la Bimota YB5, envuelta en los colores de la bandera italiana como única opción cromática, diremos que, como cualquier otra moto salida de la fábrica de sueños de Rímini, esta no defraudaría al personal ni por potencia, ni tampoco por el nivel de sofisticación que hacía gala en cada uno de sus rincones, a pesar de llevar instalado en su seno “el simple” propulsor de una japonesa al uso, en este caso el de la espléndida Yamaha FJ 1200.

Bimota YB5 2

El tetracilindrico en linea de 1.188 cc con cuatro válvulas por cilindro y refrigeración mixta aire-aceite disponía de unas cotas interiores, en cuanto a diámetro y carrera se refiere, de 77×63,8 mm, quedando asociado a una caja de cambios de cinco relaciones y alimentado por una batería de cuatro carburadores Mikuni BS de 36 mm de paso. Un nuevo sistema de escape diseñado por Bimota sería el encargado de darle ese punch necesario en la parte alta del cuentavueltas.

La Bimota YB5 significaba el regreso de la marca -con la asociación en cuanto a mecánica se refiere con Yamaha-, siendo esta la quinta vez que colaboraban ambas marcas

El resultado, tras el toque mágico de Bimota, fue una potencia final de 130 CV a 9.000 RPM, disponiendo de un par máximo de 108 Nm a 7.500 RPM. Con todo, lograría estirarse hasta los 258 km/h de velocidad punta, colocándose para aquel año como la referencia en cuanto a prestaciones. Todo ello sin renunciar a una posición de conducción medianamente confortable, gracias entre otros a unos semimanillares regulables en diferentes posiciones.

Pero si el motor de esta YB5 era acertado, la parte ciclo -como en toda buena italiana que se precie- lo era todavía más. Solamente con recrear la vista en su bastidor de tipo tubular doble cuna- fabricado en acero al cromolideno y pintado en rojo pasión, podíamos hacernos una idea del trabajo y esmero que había tras aquella motocicleta.

Bimota YB5 3

Máxime si depositamos nuestra atención en las placas laterales mecanizadas, donde por un lado se sujeta el propulsor en su parte trasera, por otro se ancla el chasis tanto por arriba como por la zona inferior de la cuna, y por último se fijan las preciosas estriberas del piloto.

La parte ciclo, como no podia ser de otro modo, seguía la linea establecida en el resto del conjunto, anteponiendo la calidad a cualquier otra condición en su fabricación. Las suspensiones, por ejemplo, quedaron conformadas por una horquilla telescópica delantera Marzocchi M1R con barras de 42 mm y sistema antihundimiento en el frontal. Detrás ,un monoamortiguador De Carbon con sistema de progresividad variable haría lo propio para ofrecer un comportamiento neutro y estable de una manera general.

Tanto parte ciclo como el nivel de acabado en cada detalle de la Bimota YB5 eran excelsos, demostrando una vez más que a veces en el mundo de las dos ruedas se deposita más pasión que raciocinio

La frenada era evidente que tenía que ser cosa de Brembo, y además con lo que por aquel entonces era su serie oro, denominada Goldline. Un doble disco de 280 mm en el eje delantero y otro de 265 mm fueron los elementos necesarios para detener con todas las garantías los 210 kilogramos que declaraba por aquel entonces Bimota como peso de la YB5, eso sí, con el aceite incluido dentro de aquella cifra, no así la gasolina.

Bimota YB5 4

Como curiosidad, para aquel modelo la marca italiana recurrió al fabricante de llantas Campagnolo, en esta ocasión de 18 pulgadas, y fabricadas en aleación de magnesio. Los neumáticos, por su parte, los firmó Michelin, con un desarrollado modelo de tipo radial en medidas 120/60 R18 y 160/60 R18. En el resto del conjunto destacaría su precioso carenado, compuesto únicamente de dos piezas y una tapa de colín destinada a la plaza posterior. Tanto cuadro de instrumentos como piñas, manetas o depósitos de líquido de frenos eran originarios de la FJ 1200.

Con una fabricación total en los siguientes dos años de 208 unidades -12 de ellas en forma de kits destinadas a pista-, la Bimota YB5 se convertiría en otro de los modelos que quedarían para lo posteridad dentro de la marca italiana.

Con un precio final por encima de los 3 millones de las antiguas pesetas, lo que vienen siendo actualmente con la inflación aplicada unos 50.000 euros actuales, os podéis imaginar que estaba al alcance de muy pocos. Hoy en día una YB5 en el mercado de ocasión ronda los 15.000 euros de cotización, como esta unidad, por lo que se nos hace incluso barata viendo cómo está el panorama con este tipo de vehículos en la actualidad.

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J. Rubio

Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.

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