Moto del día: BMW K 75 RT

Moto del día: BMW K 75 RT

No la querías ver por el retrovisor


Tiempo de lectura: 2 min.

La moto de hoy fue la gama de entrada a BMW desde 1985 a 1995. Después de lanzar la K 100 de cuatro cilindros, querían una moto más económica, así que le quitaron un cilindro. Así nacía la BMW K75 RT, siendo el apellido “RT” correspondiente a la versión carenada y con maletas. En España no la querías ver por el retrovisor en los años 90, y no precisamente porque fuese la más rápida o agresiva, sino porque era la moto oficial de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

Como decíamos, la moto comparte casi todo con la K 100, salvo un motor más pequeño de tres cilindros y 740 cm3 que rendía 75 CV a 8.500 RPM y 68 Nm de par a 6.000 RPM. Los ingenieros de BMW tuvieron que ponerle un árbol de equilibrado, debido al desequilibrio natural de los motores de tres cilindros, consiguiendo que la moto girase con mucha suavidad, incluso más que la K100. Dejando esta diferencia de lado, las hermanas K100 y K75 compartían el 80 % de las piezas, lo que facilitaba mucho la producción al ser modular.

BMW K75 Trafico

Como es habitual en BMW, la moto transmitía su potencia a la rueda trasera mediante cardán, alcanzando con sus 229 kg una velocidad punta de 211 km/h. En cuanto a tamaño, tenía 2.220 mm de largo, 900 mm de ancho, 1.300 mm de alto, con dos alturas de asiento disponibles: una de 810 mm y otra más baja de 760 mm.

Su consumo era de 4 litros a los 100 km de media, lo que unido a su depósito de combustible de 21 litros lograba que la autonomía pudiera superar los 500 km. Además, la moto resultó ser muy fiable, con un coste de mantenimiento muy bajo, lo que la convertía en una buena opción para organismos oficiales como la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

Esta moto, personalizada por la benemérita con los colores, luces, sirenas y demás accesorios, estuvo en circulación desde 1988 hasta 1997, cuando se cambiaron por la BMW R850 RT. Desde luego, una moto que nadie quería ver en su retrovisor, y menos con las luces azules encendidas.

COMPARTE
Sobre mí

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

Alejandro Delgado