Si en algo destaca el fabricante alemán es en tener una gama alta muy rica y variada. Partiendo de una base común son capaces de crear un gran número de modelos con sutiles cambios entre ellos para así poder contentar de forma “personalizada” a diferentes perfiles de moteros. La BMW R 1200 RS es una de esas motos que me recuerdan enormemente este efecto de la especialización de la casa bávara.

El modelo se presentó en 2015 y venía a cubrir el segmento de las sport turismo, un tipo de mototicleta que la marca ya ofrecía en segmentos inferiores como la BMW F 800 ST, pero que no contaba con representación en la cilindrada alta. La firma alemana tomó como base la BMW R 1200 R, una naked roadster con pretensiones deportivas para diseñar el nuevo modelo.

Las modificaciones en la naked se centraron esencialmente en dos puntos: ofrecer una cierta protección aerodinámica y mejorar la ergonomía y el confort, ya que el nuevo modelo también debería servir para realizar largas jornadas de varias horas subidos sobre ella sin experimentar demasiada fatiga.

Para lo primero se dotó a la moto con un semicarenado de dimensiones bastante considerables y una cúpula frontal regulable en altura de forma manual. Todo este armazón de plástico cubre la parte frontal alta de la moto, mientras que en los laterales se dispusieron unas pequeñas aletas de plástico, quedando la mayoría de esta zona, la lateral, así como la inferior, desnudas.

En el aspecto de la ergonomía, unos semimanillares elevados por encima de la tija así como unas estriberas bajas eran los principales reclamos, mientras que el asiento también recibió una correcta modificación para hacerlo más mullido y confortable para las posaderas.

Mecánicamente la moto emplea el archiconocido motor bóxer bicilíndrico en su versión refrigerada por agua, una planta motriz que se estrenó tres años antes de la presentación de este modelo, con su prima campera, la BMW R 1200 GS LC. Eroga 125 caballos, promete unos consumos realmente austeros de entorno a 5 l/100 km y tiene un tacto lineal, casi eléctrico y muy utilizable en toda la banda de revoluciones.

En el apartado ciclo copia el esquema de su prima naked y emplea una horquilla invertida de 45 mm de diámetro en vez de decantarse por la suspensión Telelever tan típica de BMW, pero que aquí se abandona en busca de una conducción más pura y de potenciar las sensaciones y la deportividad general del modelo.

Para la suspensión trasera sí se utiliza el Paralever de BMW y que ayuda a mitigar los movimientos parásitos del eje cardán en las aceleraciones. El basculante monobrazo trasero con el eje hueco es otra de las señas de identidad de la casa bávara.

En cuanto al chasis, volvemos a lo mismo: se reutiliza el esquema que montan otras BMW. El motor es el elemento estructural central al cual se une un subchasis delantero que ejerce de unión entre el motor y la pipa de dirección mientras que atrás se recurre a un subchasis tubular de acero que ayuda a reforzar la unión entre el motor y el eje del basculante, así como para soportar todo el peso del colín.

Respecto a su faceta de uso, estamos hablando de una moto que hace gala de una gran polivalencia. No entiendo cómo este tipo de modelos no tienen más éxito, y es que prácticamente son motos universales. Gracias a la protección aerodinámica y a la comodidad general es una buena rutera, pero su parte ciclo también invitan a pasártelo bien en curvas. Por último, la faceta utilitaria y urbanita viene dada por su mecánica, austera en consumos y mantenimientos y de gran facilidad de uso.

En definitiva, parece que cuando compras una moto de estas en realidad te estás llevando tres. Recientemente BMW ha renovado toda la familia R de su catálogo con la llegada del nuevo motor bicilindrico de 1.250 cm³ y distribución variable, por lo que si te gusta este modelo, lo mismo es un buen momento para acercarte al concesionario a ver si quedan unidades en stock con descuentos interesantes.

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