Nuestra protagonista de hoy es todo un placer para la vista. Es de esas motos cuya principal razón existencial es ser brutales estéticamente y poder admirarlas, ya sea estando aparcadas o en movimiento, por encima de otros objetivos. La BMW R NineT Racer es la interpretación de BMW de lo que debería de ser una café racer al más puro estilo retro.
Las café racer en sus orígenes eran motos muy modificadas. El dueño de la máquina iba poniendo o quitando piezas hasta lograr un conjunto que le convenciese técnica y estéticamente, es por ello que era difícil ponerlas etiquetas o meterlas dentro de un segmento concreto. Con esta BMW pasa algo parecido. La NineT Racer es una moto semi carenada, pero tiene unos semi manillares muy bajos que recuerdan a los de una deportiva. Una vez montado en ella, la posición a sus mandos es claramente al ataque. Vas muy inclinado hacia delante y cargando mucho peso en el tren delantero. Ideal para el manejo y las sensaciones fuertes, pero sacrificando su faceta turística y utilitaria.
La parte ciclo no está mal, pero sí se echan de menos algunas cosas teniendo en cuenta que los fabricantes europeos suelen tenernos muy bien acostumbrados en este apartado y que estamos hablando de una moto que cuesta poco menos de 15.000 euros nueva. Los discos de freno son de 320 mm y están mordidos por pinzas Brembo de cuatro pistones. Sin embargo, echamos en falta unas pinzas radiales, al igual que una bomba de freno radial. Por otra parte la horquilla delantera -de 43mm- es convencional y no invertida. Esto puede ser debido a la intención de BMW de respetar todo lo posible la estética y filosofía retro de la moto, pero creo que una cosa no tiene por qué ir reñida con la otra.
La BMW NineT Racer está animada por el veterano propulsor Boxer 1200 refrigerado por aire del fabricante germano; un motor archiconocido del que ya está “todo” escrito. La potencia es de 110 caballos y se consigue a base de pistonadas lentas pero contundentes. No tendrá el carácter rabioso de un tetra en altas, pero abrir el puño del gas en cualquier marcha a casi cualquier velocidad y ver como la moto despega, es también una sensación muy grata. Además los consumos son muy contenidos: 5,2 l/100 km según el ciclo de homologación WMTC, que es bastante realista.
Respecto a la estética, BMW se ha inspirado en las motos de carreras de los años 70. Se puede apreciar en el faro que preside el frontal así como el carenado de formas suaves y redondeadas que lo rodea y que tanto nos recuerda a los grandes premios de hace 40 años. Igual nos ocurre con el conjunto que forman el asiento y el colín. Por cierto, la moto sólo tiene una plaza y si queremos llevar acompañante hay que pagar un extra para colocarla otro subchasis trasero que incorpora un segundo par de estriberas y un asiento a mayores. Por último, la pintura blanca con los detalles en rojo y azul tan característicos de BMW Motorrad cierran el círculo que nos traslada a otra época y despierta nuestro lado más nostálgico.
Esta moto es pura pasión por las dos ruedas. Puede que no sea la más dinámica en curvas, o la más rápida en recta, o que ni siquiera sea muy asequible. Nada de eso importa. Lo único que es relevante es su estética. Ya sólo con eso, consigue enamorarnos.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS