Los halagos hay que dárselos a Glynn Kerr, diseñador británico que ya había militado en la filas de compañías como BMW Motorrad, o en TVR diseñando las líneas exteriores de estos, era quien le daba vida al diseño de esta VB 1 Sport, bajo la supervisión y exigencias de Thierry Hanriette, quien decidía qué y para qué debía de estar en la bella impronta de su nueva criatura.
Dos años después, y con el proyecto bajo el brazo, ponían a disposición de la prensa especializada del momento la primera de las Boxer VB 1 Sport, en la que además de contar con una línea impactante a medio camino entre las Yamaha YZF-R1 con un afilado frontal, o las mejores obras de Bimota, con claras reminiscencias en su parte trasera, mostraba una calidad de fabricación y elección de materiales de haute couture francesa.

La Boxer VB 1 Sport llegaba de la mano de los hermanos Hanriette en 1999 bajo un manto de expectación en el Salón de París, gracias a un diseño vanguardista y de corte deportivo
Así que nos encontrábamos con el mismo chasis tubular de acero con el motor en posición autoportante de la Voxan Café Racer, y para la ocasión se había reforzado el basculante trasero con un composite de carbono y kevlar con el fin de ganar en rigidez en aquella zona, declarando un reparto de pesos del 50/50 y todo ello aderezado con los mejores componentes para acicalar a la nueva VB 1 Sport.
El propulsor era el viejo conocido bicilindrico en V a 72º de Voxan, con cuatro válvulas por cilindro y refrigeración líquida, alimentado por un sistema de inyección Magneti Marelli y asociado a un cambio de seis relaciones. Era capaz de desarrollar una potencia, según declaraba la marca, de 100 CV a 9.000 RPM y un par máximo de 95 Nm a 6.500 RPM, por lo que las prestaciones no eran en este caso el punto fuerte de la deportiva gala.
Aquellas primeras unidades destinadas a los concesionarios de su país natal irían limitadas con aquella potencia por las normativas que en el momento afectaban a Francia, pero la intención de Boxer Bikes era la de llegar hasta una potencia en torno a los 125 CV para las que se exportaran fuera del país, gracias a una reprogramación electrónica y un kit de escapes apropiados para la preparación.
100 CV de potencia no eran suficientes para plantar cara a las japonesas de un litro, pero sí los justos para conseguir un buen comportamiento en casi cualquier circunstancia
Aún así, y gracias al criterio de sus creadores, la moto gala exhibía una calidad de fabricación notable, donde destacaban por ejemplo la pareja de escapes MIG que emergían de su colín, al más puro estilo de la Ducati 996 coetánea, o unas suspensiones firmadas por Paioli con horquilla invertida en su frontal con barras de 41 mm y un monoamortiguador trasero en posición horizontal, ambos regulables en tres vías.
La frenada corría a cargo de Brembo y su exquisita Serie Oro, donde aportaba un doble disco de 320 mm y pinzas de cuatro pistones opuestos en el frontal, y un disco simple de 245 mm con pinza de doble pistón en la zaga, más que suficientes para detener los “optimistas” 180 kilogramos en seco que la marca francesa declaraba en esta esbelta deportiva.
Pero si en algo destacaba aquella motocicleta que encandilaba a la mayoría del público francés aquel 1999, cuando realizaba su primera aparición, eran algunos de sus detalles que marcaban la diferencia y la convertian de facto en una motocicleta ansiada por todo aquel que tuviera gusto por lo diferente y exclusivo, dejando atrás el correoso mundo de las cifras y prestaciones puras.
Prueba de ello eran por ejemplo las piezas fabricadas en fibra de carbono visibles en el guardabarros delantero, tomas de aire frontales que sobresalían por fuera, aletines laterales por encima de los intermitentes delanteros -al más puro estilo F1- o la parte central entre sus faros. Asímismo, tanto la tija como el marco del cuadro de instrumentos estaban fabricados en sendas piezas de aluminio mecanizado, dando cuenta del trabajo que había detrás de aquella máquina.
En la Boxer VB 1 Sport destacaba por encima de cualquier cosa su calidad de fabricación, gracias al empleo de materiales como el carbono o el aluminio, y componentes de primer nivel en su parte ciclo
Pero la realidad es que con un precio de partida de 16.750 euros de aquel 2001, es decir, casi un 20 % por encima de la tarifa una R1 coetánea, y aún peor, 1.200 euros más cara que una Ducati 996 del momento, el futuro de aquella Boxer VB 1 Sport no era muy halagüeño. Evidentemente estaba destinada a unos pocos sibaritas que preferían llevar algo diferente al resto, aunque fuera a costa de perder efectividad pura y apoquinar más efectivo.
Así las cosas, durante un corto periodo de tiempo la marca francesa ensambló tan solo 31 unidades de esta exótica motocicleta, haciendo de ella una de las más deseadas que haya fabricado el preparador galo. En la actualidad alcanza cifras muy superiores cuando alguien decide deshacerse de algún ejemplar, casi siempre mediante subastas vía empresas especializadas en motos de este tipo.

J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS