Para mediados de los 80 las motocicletas de 125 cc en nuestro país se convertían en una alternativa lógica para el transporte diario. Nuevas leyes impositivas hacían que modelos de más cilindrada se vieran acuciados por un tipo de IVA sobre el precio final bastante más alto que en estas.
Además, el segmento trail en el octavo de litro empezaba a despuntar de una forma abrumadora, dejando atrás las motos de campo puras venidas de marcas como Ossa, Bultaco o Montesa, siendo las primeras mucho más ergonómicas, económicas en cuanto a coste de uso y fáciles de manejar.
Dentro de aquel esplendido y colorido segmento, los modelos con propulsores 2T conformaban la mayor parte de cuota de mercado, salvo excepciones como la Honda XL 125 PD (París-Dakar) o la Morini 125 KJ Kanguro. Del otro lado encontrábamos generalmente a las italianas, donde destacaban por entonces la Gilera RX 125 Arizona y la que es nuestra protagonista de hoy, la Cagiva Elefant 125 o Elefantre 125, ambas propulsadas por una mecánica de dos tiempos de alegre funcionamiento.

Centrándonos en la moto de la marca de Varese, Cagiva no se complicó mucho la vida a la hora de crear este modelo trail. Por un lado, el diseño se hizo partiendo de la que era por aquel entonces su variante de cross, la WMX 125.
Por otra parte, cogió prestado el propulsor ya empleado en versiones también dedicadas a esta disciplina, realizando en él pequeñas modificaciones tanto en admisión como escape para adaptarlo a sus nuevas funciones dentro del marco de simple cuna desdoblada en sección tubular de acero de la Elefant 125.
La Cagiva Elefant 125 llegaba con un fin bien definido. Por un lado, dar la batalla a las versiones 4T del segmento, y por otro posicionarse a la cabeza de la categoría de las trail 2T del momento
Por lo tanto, nos encontrábamos con el monocilíndrico dos tiempos de la marca de 124,6 cc refrigerado por agua y admisión por láminas, asociado a un cambio de seis relaciones. Las cotas internas eran de 56×50,6 mm, estando sometido a una compresión de 14,8:1. La alimentación estaba a cargo de un carburador Dell’Orto de 24 mm, mientras que el encendido electrónico era obra de Motoplat.

En otro orden de cosas contaba con engrase separado, siendo una bomba Mikuni la que trabajara en este apartado y contando con un depósito de aceite de 1,2 litros bajo el asiento que nos proporcionaría unos 1.500 kilómetros de uso sin tener que rellenar.
Esta mecánica se caracterizaba en general por un funcionamiento bastante suave y lineal, algo bastante inusual teniendo en cuenta su arquitectura, y que a diferencia de por ejemplo la Arizona, no contaba con eje de equilibrado en el cigüeñal.
Aun así conseguía ofrecer un tacto agradable, que unido a unas prestaciones más que respetables -de unos 120 km/h de velocidad máxima-, sería la compañera ideal en cualquier salida, ya fuera por carretera o caminos. En este aspecto también ayudaba la capacidad del depósito de 18 litros, que junto a unos consumos medios de 3,8 litros/100 km de combustible nos ofrecía autonomías por encima de los 450 kilómetros.

A nivel ciclístico la Cagiva Elefant 125 contaba con el ya mencionado chasis simple cuna, completado con un bastidor fabricado también en acero, en este caso de sección rectangular. Las suspensiones constaban de una horquilla telehidraúlica Marzocchi con 180 mm de recorrido en el frontal y un sistema de la casa -denominado Soft Dump– en la zaga, del estilo Pro-Link de Honda, que quedaría asistido por un monoamortiguador Corte & Cosso, disponiendo de un recorrido máximo en esta zona de 190 mm.
El propulsor 2T de la “Elefante pequeña” era capaz de generar una potencia suficiente como para poder mover con soltura en cualquier terreno a esta trail del octavo de litro
La frenada seguía la tónica de lo ya visto en sus competidoras, siendo un disco de 240 mm de diámetro, obra de Brembo, el que se emplearía a fondo en el eje delantero, ayudado por un tambor de 125 mm en la rueda trasera. Ambos quedarían integrados en unas llantas firmadas por Akront de tipo radial y en doble medida, contando con neumáticos de 2,75×21 pulgadas delante y de 4,6×17 atrás.
En cuanto a cotas, medidas y otros datos de interés de la 125 cc de trail transalpina, esta contaría con una longitud máxima de 2.090 mm, disponiendo de la distancia entre ejes más amplia del segmento, con una medida total de 1.380 mm. El peso declarado en seco por la marca se establecería en 121 kilogramos.
Si hablamos de detalles o acabados, la Elefant de 125 dispondría de un equipamiento muy bien surtido, además de una calidad notable en todas y cada una de sus piezas, típico por otro lado en los modelos de la época, ya que en la mayoría de los casos se inspiraban en las versiones de alta cilindrada de las marcas.
En este caso nuestra moto del día vendría dotada de serie con elementos como un caballete central -ideal para realizar tareas básicas de mantenimiento-, protectores de manetas, horquilla y cárter, así como asiento desmontable con cerradura, bolsa de herramientas o parrilla portabultos trasera. También hay que destacar su completo cuadro de instrumentos, donde contábamos con velocímetro tarado hasta los 160 km/h, cuentavueltas, bombín de contacto y panel de testigos luminosos varios.
Con un equipamiento muy completo, la Cagiva Elefant 125 se convertía en una opción muy atractiva para quien buscara una trail de baja cilindrada, sin tener que renunciar a unas buenas prestaciones y un acabado de altura
Con un precio en el verano de 1986 de algo más de 438.000 pesetas, unos 7.260 euros actuales si tenemos en cuenta la inflación acaecida desde entonces, la Cagiva Elefant 125 sería unas 30.000 pesetas de la época más cara que la RX 125, además de no contar con arranque eléctrico, como la trail de Noale. Otras, como la Derbi RC 125 Karmathan, de la que ya te hablamos en esta misma sección, nos costarían unas 370.000 pesetas de la época.
En la actualidad, y si nos ponemos a buscar una unidad de esta 125 cc de los 80, nos encontraremos que en nuestro país no es fácil dar con algún ejemplar en las páginas de ocasión típicas. Aun así, en ocasiones salen de algún trastero empolvado o patio de alguna casa de pueblo unidades para restaurar, con precios en torno a los 1.000 euros, a lo que deberemos de añadir otro buen montante si queremos darle una segunda vida a este modelo icónico del siglo pasado.
Calcula cuánto cuesta asegurar un Cagiva Elefant 125 con nuestro comparador de seguros.

J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.Curiosa manera de sentarse en la moto xd