Lanzada a principios de los 60, la Tritón debe su nombre no al mitológico dios griego hijo de Poseidón y Anfítrite, sino a la contracción de Triumph y Norton. Esta motocicleta no era un modelo de fabricación en serie al uso. Los constructores idearon un plan que pretendía mantener los costes de fabricación lo suficientemente ajustados para crear una moto bonita, ligera y potente: corazón de Triumph sobre un chasis Norton.
Dresda Autos era una firma especializada en motocicletas situada al oeste de Londres que, viendo el éxito de la Tritón, decidió construir unidades completas y también kits de conversión -la mayoría de elaboración propia- para modelos ya existentes. Al ser la Tritón una moto compuesta por piezas de otros fabricantes no estaba considerada como un modelo nuevo de fabricación propia. Fue el piloto y jefe de Dresda, Dave Degens, quien le dio un empujón a las ventas de la Tritón. Venció a los lomos de su montura en las 24 Horas de Montjuic de 1965.
A nivel de manejo, el chasis Faetherbed de la inglesa Norton estaba considerado como uno de los mejores marcos de su día. Para propulsar ese amasijo de metal se confiaba en un motor bicilíndrico en paralelo de Triumph; concretamente, el mismo que se encargaba de mover a la Bonneville. Contaba con 649 cm3 de desplazamiento, carburadores dobles y árboles de levas gemelos. El resultado era una potencia máxima de 46 CV a 6.500 RPM. A pesar de tener 3 CV menos que el propulsor de 646 cm3 de la Norton 650 SS, el motor Triumph era mucho más resistente y refinado.
La Tritón equipó cajas de cambios Norton AMC de cuatro velocidades, aunque algunas unidades se asociaron a una Quaife de cinco. El sistema de suspensión quedaba relegado a una horquilla telescópica en el eje delantero y a un doble amortiguador en la zaga. Para detener la moto se confiaba en frenos de tambor para ambas ruedas. Con un peso en vacío de 159 kilos era capaz de superar los 190 km/h. De hecho, en 1969, una unidad de pruebas de esta café racer consiguió marcar en el velocímetro los 209 km/h.
La Tritón era un modelo que gozaba de lo mejor de las dos marcas punteras anglosajones del momento, aunque sí que es certero afirmar que no todas las marcas que la sacaron a la venta alcanzaban unos estándares mínimos de calidad. Muchas de ellas gozaban de una gran calidad, pero muchos otros fabricantes que pretendían hacerse un hueco en el mundillo carecían de experiencia y empleaban componentes de “segunda categoría” de Norton y Triumph. Gracias a Dave Degens, la leyenda de la Tritón ha permanecido hasta nuestros días como un bello Frankenstain.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS