La Ducati Multistrada 1000 D fue una moto pionera dentro de la casa del Borgo Panigale cuando se presentó, allá por 2005. Los italianos siempre han tenido un ADN muy deportivo y ligado al mundo de la competición. Es por eso que cuando presentaron su primera moto trail con un cierto aroma a campo y a offroad, muchos no lo veían nada claro. Es como si las creaciones de la firma boloñesa fuesen demasiado perfectas, elegantes y refinadas como para siquiera pensar en que se pudieran manchar de barro. Motos más pensadas para posar en un museo que para destrozarlas por caminos.
De todas formas, el mundo de la moto estaba cambiando bastante con la llegada del nuevo milenio. Las grandes sport turismo de los 90, fruto de un combustible cada vez más caro y la incipiente criminalización de la velocidad, dejaban paso a motos más lentas, sí, pero también más racionales y más cómodas de cara a realizar grandes viajes. Eran las trail, que estaban pasando de ser los toscos vehículos todo terreno de la década pasada a una propuesta más refinada y rutera, muy interesante de cara a viajar sobre dos ruedas.
La Ducati Multistrada 1000 DS era el máximo exponente de esa tendencia y ese refinamiento. “Multistrada” en italiano significa muchos caminos, pero era más una estrategia de márquetin que otra cosa, puesto que estamos ante una de las primeras trail asfálticas de la historia. La Multistrada cogía todo lo bueno de las trail auténticas: suspensión cómoda, postura erguida, asiento mullido, buena capacidad de carga, y una cierta protección aerodinámica. A este batiburrillo de características sumaba las suyas propias, que eran un tacto de conducción y una mecánica más sutiles y asfálticas, desvastando al máximo el concepto tradicional del trail de aquella época.
La mecánica corría a cargo del clásico propulsor bicilíndrico en V de 992 cm3 y cuatro válvulas de la casa boloñesa. Esta mecánica ya contaba con un sistema de inyección electrónica firmado por Magneti Marelli -todo queda en casa- y estaba refrigerado por un sistema mixto de aire y aceite. Erogaba unos razonables 86 CV de potencia, aunque en aquella época, las grandes maxitrail como la BMW R 1200 GS (recien presentada) ya andaban en cifras entorno a 110 CV.
En el apartado ciclo la Ducati Multistrada 1000 DS hacía gala de unos componentes inimaginables para el segmento trail de aquella época. Montaba una horquilla invertida firmada por Showa de 43 mm, mientras que atrás equipaba un monoamortiguador central. Ambos trenes no tenían un gran recorrido entre topes, lo cual delata que esta moto estaba más enfocada en circular por asfalto que otra cosa.
Destacaba el basculante monobrazo, tan típico de la firma italiana, y que aportaba ese extra de tecnología futurista. La frenada estaba confiada a una pareja de discos de 320 mm mordidos por pinzas de cuatro pistones. Una frenada bastante por encima de los 86 CV que ofrece el motor y los 230 kg de peso que presenta el conjunto listo para rodar.
Estéticamente la moto era inconfundible. La primera Ducati Multistrada tenía mucha personalidad, con un diseño muy polarizante y futurista. El apartado visual de esta moto recibió muchas críticas en su día, pero también tenía sus firmes defensores. Un diseño que no se podía tachar de aburrido, puesto que no dejaba a nadie indiferente.
El conjunto se vertebra entorno a una gran linea horizontal que parte del frontal, desde la parte inferior del faro, y recorre longitudinalmente toda la moto: aletas, tanque de combustible y asiento del piloto, hasta morir en el doble escape gemelo, que discurre por debajo del colín. El resto del conjunto es bastante minimalista, con ausencia de fibras en la zona baja y la mayoría de sus órganos mecánicos a la vista. Destaca el bastidor tubular de tipo trellis pintado en color rojo.
El frontal de la moto merece un capítulo aparte. Se compone de trazos sencillos y bastante planos, sin mucho volumen ni bulbosidades. Tiene una parrilla abierta para posibilitar la refrigeración del radiador de aceite colocado tras de sí, mientras que en la zona alta el diseño de la cúpula nos recuerda más a una sport turismo que a una trail. El conjunto es rico en detalles y recursos estéticos y consigue que la vista no se aburra cuando se detiene a observar todos y cada uno de sus secretos.
La Ducati Multistrada 1000 DS supuso la primera piedra de la familia trail del fabricante italiano. Después de ella vendrían otras tanto por abajo, aprovechando la base mecánica de la Ducati Monster 620, como por arriba con la Ducati Multistrada 1200, que se presentó en 2010 y consiguió aunar el mundo del trail con verdaderas sensaciones deportivas sobre el asfalto.
En resumen, una moto interesante como casi todas las Ducati. Más bien parece un prototipo, o un experimento que una moto verdaderamente concebida para venderse en grandes volúmenes, pero personalmente es verla en foto y enamorarme de su silueta.
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Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS