Hoy en día Harley-Davidson es una de las marcas históricas con su identidad más y mejor marcada. Además, en un sentido claramente orientado a lo emocional. Forjando una comunidad de usuarios, aficionados y coleccionistas cada vez más sólida. No obstante, esto no siempre ha sido así. De hecho, durante sus primeros años intentó ofrecerse como un fabricante sobrio y eficiente en lo que se refiere a todo lo que estaba fuera de los circuitos. Así las cosas, la Harley-Davidson 1906 se anunciaba como “ el fiable y silencioso amigo gris “. ¡Quién lo diría hoy en día! Más aún cuando estamos hablando de una empresa que ha hecho del sonido de sus creaciones una de sus enseñas corporativas más recurrentes.
No obstante, lo cierto es que desde los primeros días tanto lo prestacional como lo pasional estuvieron en la definición de la marca. Al fin y al cabo, hasta su primer modelo ya estaba presente en las pistas de la época. Eso si, sacando a colación la Harley-Davidson 1906 hablamos ya de la segunda base creativa de la marca. Llegados a este punto, lo de base creativa lo decimos porque sobre este segundo modelo – la marca había nacido en 1903 – se exploraron nuevas mecánicas más allá del típico monocilíndrico con el que inauguró su historia Harley-Davidson. No obstante, la llegada del V-Twin sobre las últimas evoluciones de este modelo es lo suficientemente importante para que le dediquemos un artículo propio en nuevas entregas.
Así las cosas, nos centraremos en describir a la Harley-Davidson 1906 en su primera especificación. Aquella en la que la principal novedad aportada era su nueva horquilla delantera. Dotada de doble muelle para absorber así gran parte de las irregularidades del firme, caracterizado en aquel momento por carreteras precarias y muchos más tramos de tierra de lo que se pudiera pensar. Y es que estamos hablando de unos tiempos para pioneros, necesitando de un aguante en los brazos como hoy en día nos sería imposible admitir en cualquier montura. En fin, es parte del encanto de estas Harley-Davidson a la luz del tiempo, el cual revela como hechos virtuosos para el coleccionista lo que hace más de un siglo eran verdaderos problemas para el sufrido usuario.
La nueva horquilla delantera de doble muelle permitió una mayor comodidad en la conducción, además de ser un paso muy importante en la transición de los cuadros de bicicleta a los ya especializados para el mundo del motor a dos ruedas
Harley-Davidson 1906, el segundo modelo
La tirada del primer modelo de Harley-Davidson fue más bien escueta. Tanto como lo era su propio diseño, más tendente a la arquitectura de una bicicleta que a las soluciones ya demostradas en esta segunda montura nacida en 1906. De esta manera, hacia aquel año la empresa ya tomaba carrerilla en su expansión, aprendiendo lecciones y mejorando su cadena de producción. De hecho, acompañando la presentación de la Harley-Davidson 1906 se ampliaron las instalaciones de su fábrica.
Tanto que llegaron a invadir parte del perímetro de seguridad dispuesto alrededor de una vecina línea de tren, poniendo encima de la mesa la ambición de una joven empresa que pasó de fabricar unas 50 unidades al año a ensamblar el triple al cabo de tres años. Respecto a la mecánica, la Harley-Davidson 1906 se lanzó con un monocilíndrico de 440 centímetros cúbicos capaz de entregar unos 4 CV transmitidos a la rueda trasera a través de una correa de piel.
Todo ello para mover los 84 kilos aportados en conjunto, pudiendo alcanzar hasta 64 kilómetros por hora. Algo que quizá hoy en día le saque una maliciosa sonrisa a alguno, la cual se le borraría rápidamente al tener que negociar sobre un diseño tan primitivo los bacheados trazados propios de los circuitos de la época.
Al igual que con los hermanos Renault, uno de los Davidson destacó en el mundo de las carreras dando fama de resistentes a las monturas de la marca. Nacía así en Harley la conciencia de usar la competición para mejorar las ventas en los concesionarios
Una actividad en la que fue experto Walter Davidson. Uno de los miembros fundadores de la empresa, quien demostró unas amplias capacidades para la velocidad ejercitadas no pocas veces sobre estas Harley-Davidson 1906. De hecho, las más de sus gestas tuvieron que ver con arriesgadas carreras de resistencia donde las motos eran expuestas a generosos kilometrajes, estando en ruta durante dos días yendo desde Chicago a Indiana para luego regresar. Algo que supo explotar muy bien la joven marca, ya que al ser sus modelos de los pocos en conseguir acabar estas pruebas supo vender la participación en las mismas como demostración indudable de la fiabilidad ofertada. En fin, así nacía la competición puesta al servicio de las ventas. Una vía de trabajo bien explotada por Harley-Davidson como veremos dentro de poco en nuevos textos.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS