En 1986 Honda decidió crear una motocicleta que rindiese homenaje a sus triunfos en el Campeonato AMA de Dirt Track. Nacía la Honda FTR 250, la cual tuvo posteriormente continuidad con la Honda FTR 233. Es un modelo curioso que solamente se vendió en Japón, pero cuenta una historia muy bonita, ya que sus raíces nacen al otro lado del Océano Pacífico, en un intento de los nipones por conquistar una carrera genuinamente americana.
Para conocerla debemos dar un pequeño salto en el tiempo, concretamente hasta principios de los años 80. Ese fue el momento en el que Honda se planteó acabar con el dominio de Harley-Davidson en el AMA Dirt Track. En 1981 presentaron su primera motocicleta, la Honda NS 750, y que estaba fabricada a partir del extraño motor bicilíndrico a 80º de la Honda CX 500. Realmente no fue la mejor idea, ya que entre el 81 y el 82 solamente ganaron una carrera.
Fue entonces cuando decidieron volver a la mesa de dibujo y desarrollar una nueva motocicleta desde cero. Y la mejor forma de ganar a Harley-Davidson era con sus mismas armas, así que la nueva Honda RS 750 de 1983 montaba un motor bicilíndrico en V de 749,5 cc con cuatro válvulas accionadas por un árbol de levas (Harley usaba dos válvulas y empujadores, lo que la hacía más brusca y menos potente). Desde el principio se vio que la nueva moto tenía mucho más potencial y ya el primer año ganó carreras.
En 1984 Honda echó el resto y contrató a los dos mejores pilotos del momento: Bubba Shobert y Ricky Graham. Ese año Ricky se hizo con el título, con Shobert segundo. Y aquí empezó el dominio, porque el propio Bubba se hizo con la victoria en 1985, 1986 y 1987, lo que supuso cuatro títulos seguidos para la firma japonesa.
Por aquel entonces en Japón causaban furor las motos réplicas de competición: de velocidad, de motocross y también de Dirt Track. Es por ello que Honda lanzó una moto con el estilo y los colores de la RS 750, pero en formato pequeño.
La Honda FTR 250 contaba con un chasis de doble cuna de acero, en el que alojaba un motor monocilíndrico de 249 cc refrigerado por aire y alimentado por un carburador. El motor era compartido con la Honda XR 250 R, entre otras, ese famoso RFVC (Radial Four Valve Combustion Chamber o Cámara de Combustión de Cuatro Válvulas Radiales) del que podéis ver este ilustrativo vídeo.
Entregaba una potencia de 27 CV, más que suficientes para una moto de 122 kg y enfoque muy tranquilo. Horquilla telescópica, monoamortiguador trasero, disco delantero y trasero y una postura de conducción muy cómoda permitían circular con ella tanto por el asfalto o fuera de él. La forma del depósito, los portanúmeros laterales y el aspecto del colín eran herencias directas del modelo de competición al igual que su decoración basada en los colores corporativos de HRC.
En el año 2000 Honda sacó una nueva versión denominada Honda FTR 233. En este caso la desdobló en dos versiones: una manteniendo la estética Dirt Track y otra con unas formas más tradicionales. Seguía siendo una moto muy sencilla, que en este caso montaba un motor de 223 cc que rendía 19 CV, manteniendo tanto su alimentación por carburador como la caja de cambios de cinco velocidades. El peso aumentó ligeramente hasta los 128 kg y estuvo a la venta hasta 2016, cuando finalmente desapareció del catálogo.
Además de en Japón, esta segunda versión estuvo a la venta en Sudamérica, sobre todo la menos radical en sus formas. Aquí lógicamente es muy raro, por no decir prácticamente imposible, encontrar una, aunque su aspecto encajaría perfectamente con la tendencia actual de motos retro.
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Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS