Como es habitual en la casa nipona del ala dorada, de vez en cuando nos dejan caer bombas informativas a modo de concepts o futuros modelos con tecnologías que parecieran venir de otro planeta. Fue el caso de la icónica Honda NR 750 de pistones ovalados y un sinfín de complejidades mecánicas, o las veneradas VFR 750 R (RC30) y posteriormente RVF 750 (RC45), preparadas para batallar en el mundial de SBK.
Otra de aquellas futuribles máquinas que podían haber llegado hasta nuestros días, como si de una motocicleta nueva se tratara, fue la que hoy se erige como protagonista en nuestra sección de Moto del día, la Honda New American Sports (NAS) Concept, que además de una estética futurista y soluciones técnicas complejas a base de materiales exóticos como el carbono o el aluminio, vendría para dar un giro en el concepto que hasta ese momento se tenía por lo que era una motocicleta deportiva matriculable, al menos esa era la idea o lo que se promulgó desde el seno de Honda.
Desarrollada en el centro de investigación de la marca Honda América R&D, filial de la marca en Norteamérica, la NAS se presentaba en el circuito de Laguna Seca en la ronda del SBK en julio de 2001, dejando boquiabiertos a propios y extraños, gracias a su diseño, acabados y componentes poco vistos hasta ese momento.
La Honda New American Sports era el reflejo con el que la marca japonesa planteaba lo que deberían ser las nuevas deportivas del siglo XXI, donde se combinaban tecnología y un aspecto futurista
De algún modo era como si hubieran cogido una Honda VTR 1000 F y se hubiera reelaborado de una manera bestial, dotándola de todo lo necesario para hacerla muy exclusiva y seguramente muy cara, aunque este enfoque sería una conclusión muy superficial, por lo que analicemos realmente que era y para que se había creado aquel concept.
Según Tony Schroeder, diseñador y jefe del proyecto que daba comienzo en el invierno de 1999, esta moto se había concebido de una manera tranquila y sin prisas, sin fijar un coste máximo a la hora de su elaboración y dejando fluir las ideas por encima de cualquier otra cosa, convirtiendo de este modo a la NAS en una motocicleta muy especial y que además debería ser un referente en próximos modelos de la marca.
Para ello no se escatimó en nada, y prueba de ello lo dan todos y cada uno de los detalles que la componen. Por ejemplo sus llantas en aluminio forjado de seis palos, ancladas solamente por un lateral y dejando libre la visión completa de estas por el otro lado, confiriéndole a la NAS una imagen limpia y compacta. En la trasera encontrábamos un basculante sobredimensionado que quedaba sujeto a la parte inferior del bloque.
Además de una imagen impactante, la New American Sports (NAS) exponía diferentes elementos tecnológicos con los que no pasaría desapercibida en ningún lugar donde hiciera acto de presencia
El cuadro de aluminio se llevaba a la mínima expresión, sujetando al propulsor por la parte superior y buscando, ante todo, centralizar el peso al máximo. Quizás por ello se colocaba el sistema de escape justo debajo del bloque, actuando como quilla y además quedando totalmente camuflado, algo que ya había puesto en juego Erik Buell en sus motocicletas.
También el freno delantero perimetral era algo que el ingeniero estadounidense utilizaba en sus motos, aunque para esta ocasión Honda decidía emplear dos pinzas de grandes proporciones, regulables con la geometría de la dirección, una a cada lado del brazo de gran sección fabricado en aluminio y carbono, que emergía desde la única barra central que hacía labores de horquilla.
El tubo de la suspensión quedaba por su parte unido a la pipa de la dirección que emergía por la parte superior, donde en su extremo encontrábamos un amortiguador de dirección regulable de manera electrónica y en los laterales de este dos semimanillares completaban el tren delantero. Cabe destacar las bombas de freno y embrague se habían fabricado ambas a partir de un bloque de aluminio mecanizado y que además hacían la función de piñas, y en ellas se integraban los mandos de luces e intermitencia.
Materiales como el carbono o el aluminio eran parte de los componentes que daban vida a la exclusiva NAS, dando cuenta de la calidad empleada en su diseño y ensamblaje
Siguiendo en el frontal, también podíamos observar los dos afilados faros elipsoidales integrados en un carenado llevado a la mínima expresión, donde una cúpula delantera, meramente testimonial, cubría la pantalla digital del cuadro de instrumentos, y donde según Honda dispondríamos de toda la información necesaria, además de contar con la lectura de diversos parámetros del motor y regulación de estos.
Justo debajo de los faros delanteros quedaban encastradas dos tomas de aire fabricadas en carbono, ambas totalmente funcionales. Una de ellas iba conectada directamente con la caja del filtro del aire, de tipo cartucho y ubicado bajo el depósito de combustible, y la otra atravesando por debajo del depósito, por encima del bloque y nuevamente por la parte inferior del sillín del piloto, quedaba unida con el radiador que se ubicaba bajo el colín trasero.
Todo esto tenía una función específica y era la de que no sobresaliera ningún elemento por la parte externa del propulsor, así que el radiador de agua quedaba en la parte posterior y otro alimentado por aceite se ubicaba en la parte frontal por debajo del depósito de combustible, este acuñado de un modo aerodinámico y pensando en la mejor postura para el piloto.
Unas medidas compactas y una aerodinámica muy trabajada eran parte de los argumentos de lo que se suponía sería una de las referencias en la categoría de Superbikes del recién estrenado siglo XXI
En cuanto al propulsor, HRA se decidió por el empleado en la Honda TL 1000 R, ya que no se buscaba una moto con prestaciones de infarto, como ya se había puesto de manifiesto anteriormente con la NR o la RC45, por ejemplo. Más bien una motocicleta que en conjunción con su piloto llegaran a un estado de fusión único y nunca visto con anterioridad, donde la conducción se volviera un mero placer y las sensaciones su característica más preciada.
El caso es que este año, aquella New American Sports con la que Honda englobaba todo lo ya mencionado en estas líneas, cumple dos décadas desde su aparición estelar y si bien la marca ha ido empleando algunos de aquellos componentes en motocicletas que han ido naciendo en este tiempo, nada más se supo del proyecto o de la creación de una motocicleta similar a la Honda NAS.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS