A finales de los años 90 y viendo el éxito que estaban teniendo las naked racionales de media cilindrada como la Suzuki GS 500 o la Honda CB 500, Kawasaki se animó a sacar un modelo de similares características: la Kawasaki ER-5. Vio la luz en 1998 y aguantó en el mercado hasta 2006, cuando fue sustituida por la Kawasaki ER-6n, una moto bastante más agresiva y avanzada en todos los aspectos.
De las tres propuestas japonesas, la Kawasaki ER-5 fue la que menos éxito tuvo en nuestro país, y aunque se pueden ver algunas rodando por ahí, son mucho menos frecuentes que las CB 500 y sobre todo la GS 500, que están hasta en la sopa. En aquellos años Derbi era el importador de Kawasaki para España y las malas lenguas dicen que no estaban especialmente motivados en vender los productos japoneses, de ahí sus discretas cifras de ventas.
Volviendo a la moto, la ER-5 es una naked sencilla. No hay componentes o soluciones de alta tecnología. Estamos ante el pack básico al que también recurrían sus competidoras. Chasis de acero, un solo disco de freno delantero y amortiguadores gemelos en el eje trasero son algunas de las soluciones que empleaba.
Estéticamente la moto seguía a pies juntillas los cánones estéticos de las naked de la época. Un gran foco redondo, instrumentación de dos esferas y una linea bastante sobria en general. En mi opinión, peca de ser demasiado anodina e impersonal, al igual que la Honda CB 500 coetánea. La Suzuki era la peor de las tres con su motor refrigerado por aire, pero una estética mucho más fresca y su precio de compra hicieron que triunfase por todo lo alto.
Posiblemente, el mejor aspecto de esta Kawa sea el motor. Es un bicilíndrico en linea de 500 cm3 refrigerado por agua y alimentado a carburación. Este motor se ha estado usando en Kawasaki durante un montón de tiempo en modelos como la Vulcan 500, la KLE 500, y la GPZ 500. Su robustez y fiabilidad no admiten ninguna duda. En cuanto a consumos, lo normal es hacer medias entorno a 5 l/100 Km. La caja de cambios ya era de seis velocidades.
El problema de la Kawasaki ER-5 hoy en día es su potencia. La moto da 50 caballos y eso hace que no pueda conducirse con el carnet A2. Es una pena, puesto que no es mal modelo para iniciarse, pero todo el jaleo de las limitaciones de potencia para perder solo un par de caballos, hará que la gente se plantee otras alternativas. Por otra parte, posiblemente los propietarios del carnet A busquen otro tipo de propuestas más potentes y estimulantes, con lo cual esta moto se queda un poco en tierra de nadie.
Sinceramente, creo que su nicho de mercado son personas con el carnet A que ya estén de vuelta. Que hayan probado motos grandes, hayan experimentado sus prestaciones demenciales y ahora busquen un vehículo más tranquilo, racional y enfocado en un uso de rutina.
La Kawasaki ER-5 va muy bien en ese escenario. Es una moto para todo. Sirve para desplazamientos de rutina, te aguanta perfectamente viajes por carretera y si me apuras, aunque la parte ciclo no sea nada excepcional, también puede ser divertida en curvas gracias a la buena reserva de caballería.
De segunda mano se pueden comprar por unos 1.200 euros. No es mucho dinero por una moto robusta y fiable que pocos quebraderos de cabeza te va a dar. Para mí, su única debilidad importante es el consumo de gasolina. No es excesivamente elevado, pero si tenemos en cuenta las modestas prestaciones del motor, tampoco es una cifra brillante precisamente.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS