Hoy en día estamos asistiendo al resurgir de las clásicas, motos con tecnología del siglo XXI pero una estética que recuerda a la de modelos de hace 50 años. La firma de Akashi no quería perderse esta nueva ola y por eso inauguró su gama vintage hace a penas un año con la Kawasaki Z 900 RS.
La idea de los japoneses era sencilla, directa y al grano: coger la base mecánica de su modelo superventas, la Kawasaki Z 900, y sobre ese esqueleto cambiar algunas cosillas aquí y allá para poder viajar en el tiempo sin apenas gastar recursos en desarrollar un nuevo producto desde cero.
La idea es similar a la que ha empleado BMW con su gama heritage, solo que aquí los japoneses meten tecnología de vanguardia que montan en sus otras motos actuales, en vez de emplear restos de fin de temporada y mecánicas con bastante solera, como el bóxer de aire de la casa bávara.
Mecánicamente no vamos a descubrir nada nuevo. Como ya hemos visto, esta moto comparte soluciones con su hermana del siglo XXI, la Kawasaki Z 900. El motor es un tetracilíndrico potente a la vez que suave y fino. Entrega 111 CV a 11.500 vueltas y los japoneses han modificado tanto el sistema de admisión como el de escape para conseguir un registro vocal algo más destacado, nostálgico y evocador.
En cuanto a la parte ciclo, tenemos un chasis de entramado tubular de acero. La horquilla delantera de tipo invertido rompe un poco con la pretendida estética retro, al igual que el monoamortiguador central colocado horizontalmente en vez de los clásicos amortiguadores gemelos a ambos lados del basculante. Son soluciones técnicas que traicionan un poco la memoria “histórica” de la moto, pero debemos de perdonar estas licencias que a fin de cuentas no buscan sino ofrecernos unas sensaciones de conducción y una seguridad acordes a los estándares de hoy en día.
El sistema de frenado es la otra parte donde esta moto no podrá ocultar su verdadera edad. La pareja de pinzas delanteras tiene anclaje radial y cuatro émbolos cada una, nada que ver con el único disco de freno delantero con pinza monopistón que equipaba su antecesora, la Kawasaki Z1, modelo en el cual se inspira nuestra protagonista de hoy.
Las otras moderneces que equipa la moto no se ven a simple vista, pero son si cabe más importantes. Equipa un sistema de ABS y tambien el KTRC, el sistema de control de tracción de Kawasaki. Los más puristas puede que se vean abrumados ante tanta electrónica en una moto que pretende hacer un guiño a esos tiempos en los que todo era más sencillo. No obstante, es de justicia reconocer la utilidad de este tipo de sistemas y el aporte en seguridad que suponen, especialmente para los conductores menos experimentados.
Sin lugar a dudas, el plato fuerte de la Kawasaki Z 900 RS es la estética. Cuando estamos ante una moto retro, todos los demás apartados -dinamismo, polivalencia, economía…- quedan un poco en segundo plano. La persona que se hace con una de estas lo que busca por encima de todo es que luzca bien.
A tenor de las fotos podéis juzgar vosotros mismos. Los guiños al pasado son una constante en todo el conjunto. Los ingenieros japoneses han sabido integrar de forma excelente la tecnología actual con la estética de hace cincuenta años, algo que no es precisamente sencillo.
Muestras de este fenómeno hay varias. El tetracilíndrico está refrigerado por agua, pero si nos fijamos en el bloque vemos unos aletines que nos recuerdan a los propulsores de aire de sus antepasadas. Algo parecido ocurre con las llantas; son de aluminio, pero el tratamiento y el diseño que se le ha dado a la aleación crea un efecto visual que nos recuerda a las llantas de radios .
El otro apartado donde podemos ver claramente esta unión entre tecnología y pasado es todo el sistema de iluminación. La moto recurre a los diodos para todos sus sistemas de alumbrado, pero si no te fijas con detenimiento, parece que estás ante el típico faro multiconvex circular que montaban la práctica totalidad de las naked hasta hace no mucho. Algo muy similar ocurre con el piloto trasero y su característica forma de pico de pato, 100 % heredada de la Kawasaki Z1. Parece un piloto de los de toda la vida, pero ahí dentro habita un LED.
El resto de la moto se compone de piezas que ayudan a construir aún más esa imagen de moto de otra época. El asiento tiene el típico cebreado en el cuero mientras que la pintura en verde suave con una franja blanca queda de lo más vintage. Kawasaki ofrece esta moto en versión naked, pero a mayores también está la Kawasaki Z 900 RS Cafe, que añade una pequeña cúpula circular delantera, muy al estilo de la BMW R nineT Racer.
El precio de esta monada son 13.000 eruos, 13.500 si te decantas por la Cafe, que en mi opinión es sencillamente espectacular. Puede parecer mucho dinero por una simple naked, más aun cuando su hermana del siglo XXI cuesta solo 9.300 euros. Hemos de pensar que ese desembolso extra sirve para conseguir una imagen si cabe más cuidada y pulida, con una calidad en los detalles sencillamente espectacular.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Muy linda moto, excelente combinación de la estética retro y las tecnologías actuales. Me trae recuerdos de mi niñez cuando se veían muchas de la serie z, sobre todo z500 y z550.
Saludos desde Uruguay.