Se mire por donde se mire la Militaire Model 2 parece un concepto sin pulir. De hecho, el convencimiento final sobre esta cuestión viene al examinar su historia comercial. Protagonista de un descalabro de ventas donde la indiferencia del mercado y la negativa del ejército a encargar lotes en cantidad acabaron con la vida del modelo – y sus diferentes evoluciones – tras diez años y tres directores de empresa. Toda una montaña rusa contable. En la que además el apartado mecánico fue probándose y cambiándose para ir desde un dos cilindros plano hasta un cuatro en línea pasando por un monocilíndrico.
De esta forma, seguir la evolución de la Militaire desde 1910 hasta 1920 puede llegar a ser una labor para genealogistas del motor. No obstante, la versión Model 2 se considera la más lograda y por tanto la canónica. Siempre a pesar de que aún siendo la más conocida no deja de ser una verdadera rareza incluso para los más acérrimos seguidores del motociclismo de primera hora. Una época de experimentación en la que a finales de 1910 apareció una creación a medio camino entre los cyclecar y las motocicletas. Se trató del Deluxe. Considerado como el antecesor más claro de la Militaire Model 2, el cual se vendió como un “coche de dos ruedas” aunque en realidad contaba con cuatro.
Eso sí, dos de ellas no eran motrices sino simplemente de apoyo, e incluso se podían replegar a gusto y antojo según la situación. Una especie de ruedines auxiliares para mejorar la estabilidad, recordando lo poco que al público norteamericano de aquel momento le agradaba la idea de tener que ir en moto en vez de en coche. De hecho, el modelo Deluxe contaba con un carenado completo para crear habitáculo y una barra de dirección rematada en un volante. Elementos que lo acercaban más a un cyclecar que a una motocicleta. No obstante, fueron eliminados tan sólo unos meses más tarde para crear así la Militaire Model 2.
El chasis con dos largueros parece mucho más propio de un coche que los típicos “diamond” o “loop” que ya estaban usando en aquella década marcas como Indian o Harley-Davidson
Militaire Model 2, chasis y ruedas que recuerdan a un automóvil
Lejos del aspecto indefinido del Deluxe, la Militaire Model 2 contó con una clara apariencia de motocicleta. O al menos cuando se ve desde lejos, ya que al centrarnos en los detalles observamos aún no pocos elementos que la quieren asemejar a un automóvil. Para empezar el cuadro, muy alejado de los de típicos “diamond” o “loop” de la época. En este caso la base se dispone a través de dos largueros. Una configuración totalmente distintiva de los automóviles y aquí adaptada a un vehículo mucho más estrecho, asentando los ejes y el motor entre las dos barras para ir creando una base que, al menos, arrastra el peso a cotas bajas al rebajar el centro de gravedad.
Respecto a la estabilidad, la Militaire Model 2 siguió conservando las ruedas auxiliares ya presentadas en el Deluxe. Eso sí, tan pequeñas y cercanas al eje que resulta imposible no pensar si realmente ayudarán en algo a mantener el equilibrio entre las personas más inseguras a la hora de manejar una motocicleta así. Según las crónicas de la época casi todas, ya que el gran peso y tamaño de esta montura son responsables de una gran inseguridad en marcha. Fijando nuestra vista en la parte central de la Militaire Model 2 también observamos otro elemento que parece sacado de un automóvil: la palanca de cambios emergiendo desde la transmisión de tres relaciones más la marcha atrás.
Además, las ruedas también parecen estar sacadas del mundo de las cuatro ruedas, siendo una verdadera rareza ver éstas de carruaje en madera en vez de unas de radios tan extendidas en el motociclismo de entonces. En lo relacionado con el motor, como antes dijimos las Militaire llegaron a tener hasta tres versiones distintas con su respectiva cantidad de cilindros. En el caso de la Model 2 se optó por un cuatro cilindros en línea con 1114 cm3 capaz de rendir hasta 11 CV.
Su gran peso hizo que fuera difícil de manejar en contraste con otras monturas mucho más ligeras y efectivas, de esta forma su éxito comercial fue nulo
Una potencia que el ejército americano creyó adecuada para entrar en labores de guerra, encargando un pequeño lote con Sinclair – uno de los tres sucesivos empresarios responsables del modelo – al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Nada más llegar a los farragosos campos de batalla del norte de Francia, Bélgica y Holanda las Militaire Model 2 quedaron retratadas como un fracaso sin paliativos. Grandes, pesadas y muy difíciles de manejar estas motocicletas con elementos de automóvil se mostraban inservibles fuera del asfalto. Por ello, la petición de más lotes quedó clausurada. Último golpe de gracia al modelo, el cual tampoco había ganado adeptos entre un público general que para la década de 1910 ya podía adquirir unas mucho más efectivas y livianas Indian o Harley.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS