La semana pasada os hablaba en nuestra sección de la Moto del día del modelo de acceso de la gama MV Agusta presentado en el año 2011, la MV Agusta Brutale 920. Un modelo que se antoja de una cilindrada bastante alta para ser una moto de acceso a la marca, algo que debido a los cambios de gestión en una marca que trataba encontrar su hueco cambió rápidamente.
Debido a esto, y para el año 2012, decidieron cambiar esa política de crear sólo motos cercanas al litro de cubicaje, presentando la que sería su moto de acceso y nuestra moto del día de hoy, la MV Agusta Brutale 675. Una moto que sería mejor vista como moto de iniciación a ojos del gran público, debido a su cilindrada de “solo” 675 cc, pero que verdaderamente llegaba a una potencia cercana al modelo 920 con un motor más explosivo, como veremos a continuación.
Para la nueva moto se escogió un motor que, eso sí, poco tenía que ver con lo que se acostumbraba hasta entonces en la gama Brutale. Concretamente, se usó el propulsor que se había presentado en la MV Agusta F3, un tricilíndrico que como mencionábamos cubicaba 675 cc, refrigerado por líquido, con doble árbol de levas (DOHC) y capaz de desarrollar 113 CV a 12.500 RPM y entregar un par de 66,6 Nm a 10.600 RPM.
Como era de esperar, ya disponía de todos los aditamentos electrónicos disponibles de la época, como acelerador electrónico, cuatro modos de potencia (Sport, Normal, Rain y un modo Custom totalmente configurable) además de un control de tracción, cuya intervención se puede ajustar en ocho niveles. Con todo este arsenal tecnológico, y en el año en que nació la moto, resulta cuanto menos curioso que no se pudiese equipar ABS ni de manera opcional.
Otra de las características del propulsor es que, al igual que en la F3, dispone de válvulas de titanio, eje de equilibrado para mitigar las vibraciones y un cigüeñal contrarrotante, además de ser un motor muy compacto y ligero
El chasis y la parte ciclo como buena heredera de la marca son estupendos. El chasis mantiene el bastidor superior de entramado tubular –trellis– fabricado a partir de acero al cromo molibdeno, unido a unas pletinas laterales fabricadas en aluminio. También en aluminio se encuentran fabricados el subchasis trasero y como no podía ser de otra forma el fantástico basculante monobrazo, creando un conjunto mixto que se traduce en una rigidez y ligereza superlativos.
El apartado de suspensiones tiene luces y sombras para lo que acostumbra a ofrecer la marca, ya que equipa una horquilla invertida Marzocchi con barras de 43 mm que no dispone de ningún tipo de regulación. Detrás se monta un monoamortiguador Sachs únicamente regulable en precarga. Como vemos, un conjunto sencillo que aporta un buen funcionamiento para uso en carretera y que está justificado en una moto de precio muy ajustado que arrancaba en 9.800 euros.
Los frenos, sin embargo, serán del gusto de casi todos, ya que no pecarán ni de falta de tacto ni de mordiente. Se monta un conjunto de pinzas Brembo delanteras de anclaje radial que cuentan con cuatro pistones que trabajan para detener un par de discos flotantes de 320 mm, todo ello comandado por una bomba Nissin. Detrás la pinza pasa a ser de único pistón y el diámetro del disco es de 220 mm.
Las dimensiones del conjunto, de escueto tamaño, nos indican a primera vista que estamos ante una moto ágil y divertida. El asiento lo encontramos a 812 mm, por lo que pilotos de talla baja-media se encontrarán a gusto en ella. La longitud total es de 2.085 mm, y tiene una distancia entre ejes corta de tan sólo 1.380 mm, lo que junto con sus 163 kg de peso declarado en seco confirman nuestra primera idea de que será una moto con la que divertirse en curvas.
La postura a sus mandos no es nada radical, mantiene la espalda erguida cargando ligeramente el peso en la parte delantera, y con con las piernas situadas ligeramente hacia arriba sobre las estriberas, una postura menos incómoda que en otras Brutales, pero que se ve comprometida por la ausencia total de protección aerodinámica y un asiento de mullido duro si tus intenciones son hacer muchos kilómetros sobre ella.
Ahora bien, si lo que buscamos es un explosivo de mecha corta, este motor tiene mucho que decir, ya que la escalada de RPM la realizará tan rápido como tus ganas abran el acelerador, encontrando un motor con una curva plana que empuja bastante bien desde abajo y que aúlla por la salida triple lateral de escape cuando lo subimos hasta altas vueltas.
Además, su escaso peso, reducidas dimensiones y rigidez nos harán afrontar los tramos revirados con una sonrisa dentro del casco, siendo capaces de trazarlos con precisión milimétrica.
La MV Agusta Brutale 675 es una moto para aquellos que buscan diferenciarse del resto con un producto de calidad, de estética conseguida y que aporta buenas sensaciones gracias a una buena parte ciclo y a un motor agradable, cuyo único “pero” está quizá en las suspensiones -para los más exigentes que quieran bajar décimas en circuito, porque para circular en carretera tienen un tarado acertado-. Si tenemos en cuenta que la versión para el A2 no llegaba a los 10.000 euros y la versión full power la podíamos tener por 10.500 euros, es algo que le podemos perdonar.
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Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.COMENTARIOS