Moto del día: OSSA Tu-Yo 350

Moto del día: OSSA Tu-Yo 350

Derivada de la TR-80, la Tu-Yo 350 redoblaba la apuesta por las excursiones de montaña en pareja anteriormente realizada por la Explorer


Tiempo de lectura: 5 min.

Para bien o para mal, son muchos los vehículos que no acaban en el destino para el cual fueron diseñados. Así las cosas, existen multitud de casos donde, de una manera u otra, el público ha adquirido una montura especializada bajo una ilusión optimista para, al final, acabar llevándola por un camino mucho más prosaico. Sobre cuatro ruedas, esto es muy visible tanto en lo relativo a ciertos todoterrenos como en la práctica totalidad de los deportivos más prestacionales; pensados para la velocidad, aunque, finalmente, usados para ocultar complejos de edad o exhibir una nueva posición social ganada en base al dinero de la droga o el ladrillo.

Y es que, sin ánimo de ser prejuiciosos, lo cierto es que mientras en las puertas de los hoteles de lujo suelen languidecer enormes criaturas Off-Road, en las cercanías de ciertos barrios abundan los Ferrari y Lamborghini último modelo. De los BMW ya mejor ni hablamos, puesto que empiezan a caer en una imagen pública capaz de sentenciarlos como en su momento se sentenció -injustamente- a la primera generación del SEAT León. Pero centrémonos en el mundo de las dos ruedas. Así las cosas, cuando a comienzos de los setenta el Trial ya era una práctica asentada en Cataluña, una gran cantidad de aficionados pensó que, quizás con algo de entrenamiento, podría emular a sus ídolos saltarines.

Una presunción bastante inocente, acabando muchas de aquellas monturas de Trial en un uso no tan relativo al equilibrio, sino al disfrute de excursiones domingueras por la montaña. Obviamente, esto requería de un sillín más cómodo, un mayor depósito de combustible y una mecánica con la respuesta suave y progresiva. En suma, desde el Trial se estaba abriendo la posibilidad de abrir un nuevo nicho comercial gracias a lo que pasó a denominarse como Trail. El cual, por cierto, conllevaba la necesidad de máquinas aptas para el transporte de dos personas. Con todo ello, mientras en Bultaco derivaban de sus Sherpa el modelo Alpina, en Montesa creaban la Cota-T con el ánimo de ganar cuota de mercado entre quienes decidieran explorar una cordillera como forma de pasar el fin de semana.

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Aunque se pensaron para un uso más especializado, las primeras Trial se usaron por muchos aficionados para excursiones por la montaña cual si fueran monturas de Trail

OSSA Tú-Yo 350, la apuesta por un mercado enfocado al ocio

Tras el éxito comercial de Bultaco y Montesa, OSSA decidió no quedarse atrás lanzando en 1972 la Explorer. Derivada de la 250 Mick Andrews Replica, ésta se basaba en una conducción sencilla, una buena autonomía e incluso unas suspensiones ajustadas a un rodar cómodo en compañía. Es decir, todo un juguete para los jóvenes de la burguesía catalana, quienes solían adquirir estas máquinas a fin de recrearse en los alrededores de sus masías. No obstante, a los pocos años la Explorer empezó a estar anticuada a pesar de haber llegado a los 350 centímetros cúbicos en 1976.

Además, OSSA empezó a resentirse en lo financiero, empezando a las claras un proceso que, a la postre, llevaría a su tortuosa desaparición durante la década siguiente. Así las cosas, en la casa catalana decidieron jugar su suerte a destacar en el mundo del Trial. Para ello, en 1978 se contrató de nuevo a Mick Andrews intentando así revivir los tiempos dorados vividos a comienzos de la década. Fruto de todo aquello fue la TR-80 350 de 1980.

Conocida como la “amarilla”, ésta fue una excelente apuesta por el mundo del Trial no sólo en el ámbito de los concesionarios sino también en el de la competición, llegando a ser dominante en el panorama ibérico gracias al buen hacer de Toni Gorgot. Ahora, con aquella máquina entre manos la dirección de OSSA -de aquellas ya en régimen de cooperativa tras la salida de la familia Giró- se planteó hacer lo mismo que, años atrás, se había hecho con la Explorer.

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La TR-80 desarrollada por Mick Andrews fue un excelente cimiento para el desarrollo de esta máquina perfecta para conocer la naturaleza de montaña en pareja

Llegados a este punto, y usando claro está a la TR-80 de Trial como punto de partida, de cara a la temporada comercial de 1982 se presentó la conocida como OSSA Tú-Yo. Un curioso nombre que, a las claras, anuncia el uso en pareja de esta motocicleta enfocada a las excursiones campestres. Respecto a las modificaciones incluidas, las más llamativas tenían que ver, precisamente, con el uso enfocado al ocio, registrándose tanto un asiento más generoso como un anclaje en el chasis destinado a colocar portabultos. Respecto al motor, la OSSA Tú-Yo 350 usaba el mismo que el empleado en la TR-80 350, con 302 centímetros cúbicos -lo de 350 era una denominación algo fardona- con 17,8 CV a 5.500 revoluciones por minuto. Eso sí, alimentado aquí por un carburador de 25 milímetros en vez de 27 en su difusor. Y es que, obviamente, la “patada” de una motocicleta enfocada al Trail ha de ser sensiblemente más manejable que la de una creada para competir en Trial. Asimismo, a los pocos meses se presentó una versión de la Tú-Yo con 244 centímetros cúbicos; creada por razones fiscales relacionadas con la exportación y que, en breve, explicaremos.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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