Uno de los tipos de motocicleta que más han marcado la historia de las dos ruedas es el scooter. Práctico, limpio y de fácil manejo, aún sigue siendo el tipo de diseño más escogido entre quienes se plantean adquirir una montura para el día a día en la ciudad. No obstante, ya que todo tiene un comienzo es lógico plantearse también el de los scooter. Así las cosas, uno podría pensar que éste viene marcado por la presentación de la Vespa en 1947. Y sí, en cierta medida podría ser cierto si ciñésemos nuestro estudio al ámbito europeo. Sin embargo, al otro lado del Atlántico estaban pasando cosas interesantes. Tan interesantes como la Salsbury Model 85.
Presentada justo el mismo año que las primeras Vespa, esta motocicleta estadounidense no sólo contaba con un diseño más que interesante, sino también con un motor de cuatro tiempos capaz de entregar unos bajos más que interesantes según qué situación o cuesta estuviéramos negociando. Pero vayamos por partes. De esta manera, lo mejor será remontarnos hasta los años veinte del pasado siglo XX. Impresionado por el devenir tecnológico de los nuevos tiempos, el empresario californiano Foster Salsbury puso sus lápices a la tarea de crear un vehículo popular y económico para las masas.
Y no, no estaba pensando en algo como el Ford Model T sino en una escueta motocicleta capaz de transportar a una persona a través de sus compromisos diarios. Algo urbano y, por tanto, alejado de las potentes Indian o Harley-Davidson que copaban el mercado de las turismo norteamericanas en aquel momento. Con todo ello, a mediados de la década siguiente consiguió poner en el mercado su Motor Glide. Ni más ni menos que, para no pocos historiadores del motor, el que viene a ser el primer scooter operativo y comercializado de la historia. Eso sí, como otros tantos pioneros pagó cara la osadía de ser quien abría brecha, registrando unas ventas más que pobres a pesar de gozar de una buena imagen publicitaria dada por diversas celebridades de Hollywood.
Tanto por potencia como por facilidad de manejo, este scooter era bastante útil para viajes más largos de lo que se pudiera pensar
Salsbury Model 85, un diseño de lo más innovador
A primera vista, el Salsbury Model 85 parece un diseño sacado de los años cincuenta. Aquellos en los que se popularizó en los Estados Unidos el Jet Design, inspirado en los sueños futuristas nacidos al calor de la exploración espacial. Sin embargo, éste nació en 1947 tras aplicar buena parte de las lecciones aprendidas con el Motor Glide. Es decir, estamos ante el segundo intento de Salsbury por crear un producto con posibilidades de llegar a ser masivo.
De hecho, observando con detenimiento al Salsbury Model 85 hay algo que llama bastante la atención. Y es que, con el objetivo de atraer a los máximos usuarios de automóvil posibles – con la idea de hacer a este scooter su segundo vehículo, listo para desplazamientos individuales en trayectos cortos – Salsbury le incorporó un pedal de aceleración y otro de freno. Es decir, su manejo intentaba ser lo más parecido posible al de un coche, planteando los menos problemas de equivalencia entre las dos y las cuatro ruedas.
Todo ello sin cambios, totalmente automático, dejando la marcha a la progresiva entrega o no de gas. Además, respecto al motor éste era un monocilíndrico de cuatro tiempos con 320 centímetros cúbicos y 6 CV de potencia. En lo relativo a los amortiguadores, éstos eran de un único tubo en cada eje. Si a todo esto se le suma su completo carenado así como un depósito de gasolina más bien generoso, lo que tenemos es una excelente opción scooter mucho más solvente para viajes ocasionales que las Vespa o las Lambretta.
A pesar de su excelente diseño, en 1947 la población estadounidense no sólo estaba más interesada en los coches, sino que además también se los podía permitir sin demasiados problemas. Razón por la que este scooter fue un fracaso de ventas
Sin embargo, el Salsbury Model 85 hubiera sido demasiado caro para el empobrecido mercado europeo de la posguerra. Asimismo, en los Estados Unidos sólo consiguió llegar a las en torno a 1.000 unidades. No en vano, tras la Segunda Guerra Mundial la industria automovilística estadounidense entró en sus mejores años, galopando sobre la creciente capacidad de consumo de las nuevas clases medias. Una situación en la que, claramente, este scooter con especial calidad fue barrido fácilmente por la popularización de los modelos fabricados por las grandes empresas de Detroit.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS