A día de hoy ya estamos acostumbrados a ver scooter con motores de todo tipo, o casi. Durante muchos años, los scooter fueron vehículos claramente enfocados a ser usados por el casco urbano, y no solo por su condición de motocicleta con cambio automático, sino por sus pequeños motores que, hasta 1998, no superaron los 250 centímetros cúbicos. Y decimos hasta 1998, pues entonces fue cuando a Suzuki se les ocurrió meter un motor de 400 centímetros cúbicos en un scooter, creando lo que actualmente se conoce como “maxi scooter”.

El Suzuki AN400 Burgman, nombre completo del scooter, llegó en un momento en el cual, los scooter había llegado a un nivel de evolución que parecía haber llegado a su límite, o al menos al límite que se tenía entonces. Lo más grande a la venta en ese momento no superaba, como se ha comentado antes, los 250 centímetros cúbicos y había aparecido modelos como el Honda Spazio, que elevaba el concepto de scooter a otro nivel. Sin embargo, el Burgman fue todavía más allá y en lugar de un paso, digamos, lógico, como podría haber si un motor de 300 centímetros cúbicos, se presentó con uno de 400 centímetros cúbicos.

Hoy no sorprende a nadie, pero en aquellos años, un scooter con un propulsor de semejante cilindrada era toda una novedad y para algunos, la mayor estupidez que se les había ocurrido a las marcas. Ese motor, con un solo cilindro, tenía una culata de cuatro válvulas y un solo árbol de levas, la alimentación era cosa de un carburador y la potencia anunciada por la marca era de 32 CV a 7.500 revoluciones, ¡¡32 CV en un scooter!! El peso en orden de marcha se iba hasta los 174 kilos, que podían ser lanzados hasta los 150 km/h, lo nunca visto en un vehículo como este.

Por supuesto, el AN400 Burgman era el primer scooter que podía salir a autopista y autovía sin tener que mirar constantemente por el retrovisor y se permitía el lujo, incluso, de pegarse viajes que hasta ese momento nadie se había planteado realizar con un scooter. El Burgman 400 se convirtió en un icono y abrió el camino para la llegada de toda una serie de modelos con características similares. Fue el primer maxi scooter y llegó a contar con un hermano mayor, el Burgman 650.

El Suzuki Burgman 400 llegó, no solo con un motor más grande, sino con algunos detalles que lo hacían algo especial dentro del segmento. Por ejemplo, tenía una gran capacidad de almacenaje bajo el asiento, una buena protección aerodinámica y hasta un respaldo para el pasajero.