La Suzuki GS 550 M Katana nació en 1981 como un modelo derivado de la familia GS 550 (1977) y se unía a las versiones E y L. Nuestra protagonista del día compartía esqueleto y corazón mecánico con el resto de sus hermanas. Pero, a diferencia de las dos primeras, muy parecidas entre sí y enfocadas a los paseos lúdicos, la GS 550 M Katana parecía una máquina completamente distinta.
En una primera instancia puedes pensar que es simplemente un dinosaurio disfrazado de moto deportiva, y que cualquier cosa que no sea el último lanzamiento no vale la pena. Habladurías y conjeturas. Mientras una motocicleta cumpla con su cometido, es irrelevante si la estructura básica tiene cinco años o cinco décadas, incluso después de que los japoneses se hayan encargado de hacer que los cambios estéticos se conviertan en una política anual.
Cuando se introdujo la GS 550 en el mercado, el objetivo era proporcionar un rendimiento medio para aquellas personas que sentían que podían prescindir de algo de potencia y los gastos más elevados de una 750, pero se prestó suficiente atención al manejo y al frenado para que fuese un producto muy competente como turismo. Quizá una de las mejores exponentes en este aspecto fue la Yamaha RD 400, buscando algo más que un juguete de paseo.
Si bien el probado motor tetracilíndico DOHC de 549 cm3 mantenía sus cifras de diámetro y carrera casi idénticas (56 x 55,8 mm), no era exactamente el mismo que el empleado en el resto de modelos GS 550. Continuaba estando refrigerado por aire, pero los cuatro carburadores de 22 mm dejaron paso a unos Mikuni de 34 mm, ganando ligeramente en prestaciones y en suavidad de entrega de potencia. El resultado eran 54 CV a 9.400 RPM y 41 Nm a 8.250 RPM.
La Suzuki GS 550 M Katana no podía ser considerada como un miembro de la “nueva generación” de los 80, cuando llegó una oleada de motos de cilindrada media, ligeras y carácter deportivo como la Kawasaki GPZ 550, la Yamaha XZ 550 o la Honda CBX 550. En su lugar, se basaba en mejorar apariencia y la dinámica de conducción para ayudar a que tanto el motor como el bastidor compensasen el peso extra. Afortunadamente, la fórmula funcionó bastante bien.
Su consumo medio se situaba en torno a los 5,5 l/100 km. Con un depósito de 23 litros, podía superar los 400 kilómetros entre repostajes
Con una masa en mojado de 214 kilos, la Suzuki GS 550 M Katana podía rozar los 180 km/h de velocidad máxima; por debajo de la 650, pero suficiente para muchos de los mortales. En cuanto a la suspensión, el eje delantero quedaba conformado por una horquilla asistida por aire de 35 mm de diámetro y 145 mm de recorrido con ajuste de precarga en dos posiciones. Detrás había una pareja de amortiguadores con ajuste en precarga y rebote y 85 mm de recorrido.
La respuesta de la dirección a baja velocidad era encomiablemente rápida teniendo en cuenta su buena estabilidad en línea recta en general, pero su alto centro de gravedad tendía a hacerla menos ágil que algunas de sus rivales directas. Las detenciones quedaban aseguradas gracias a dos discos de freno de 275 mm con pinzas de un pistón delante y un disco de igual tamaño en la zaga. El resto de vertientes de la gama GS 550 equipaban un tambor en la rueda posterior.
En general, la Suzuki GS 550 M Katana es una motocicleta japonesa bien terminada y equipada, desde su brillante faro delantero hasta la gran luz de freno trasera. Los espejos retrovisores ofrecen una buena vista posterior, pero se agitan tanto en sus soportes de goma que se cancela el efecto anti-vibraciones. Su estética también es cuanto menos llamativa, con una base grisácea que se combina con toques blancos, rojos y negros en todo el conjunto.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS