La Suzuki GSX 1250 FA apareció allá por 2010 como una de las esas motos lógicas, que por lo general, nunca tienen el reconocimiento que se merecen, y eso que no hablamos de una moto básica, sino de una montura con algunas aspiraciones deportivas cuyos genes derivan directamente la más que conocida Suzuki Bandit.

Es más, la Suzuki GSX 1250 FA es, en realidad, una Bandit con carenado y con una posición de conducción más “sport”, con lo bueno y lo malo que ello conlleva, que fue diseñada y puesta en circulación para ofrecer lo que decíamos al inicio, una moto lógica, válida para todo y, según las pruebas que hizo la prensa especializada, también sumamente satisfactoria.

A simple vista es un clon de la Suzuki GSX 650 F que llegó al mercado un par de años. Y como aquella, la 1250 compartía gran parte de su estructura y componentes con la Bandit 1250. Había cambios en suspensiones –algo más rídigas para compensar el peso extra del carenado– y el radiador recibía un segundo ventilador que, al igual que las modificaciones en las suspensiones, buscaba compensar la presencia del carenado, que restaba flujo de aire hacia el motor y por tanto, reducía la refrigeración del propulsor.

Las raíces de la Suzuki GSX 1250 FA se remontan hasta 1997, cuando se puso en liza la Bandit 1200 con motor refrigerado por aire y carburadores, pues el motor es una evolución de aquel 1.200 lanzado a finales de los 90. Dicho propulsor se empleó primero en la GSX 1250 S, presentada en 2007, y luego llegó a la GSX 1250 FA. Se trata de un cuatro cilindros con 1.255 centímetros cúbicos, que cuenta con refrigeración líquida e inyección, lo que permitió que superara las normativas de emisiones que estaban vigentes en aquel momento, y rendía 98 CV a 7.500 revoluciones

De serie montaba ABS y asiento regulable en altura –20 milímetros–, pero no era una moto especialmente tecnológica o especialmente moderna. Escondía una sencillez que la hacía interesante por su condición de “moto para todo”, pero también por su sencillez y su funcionalidad. Había motos más rápidas, más equipadas y más avanzadas tecnológicamente, pero pocas ofrecían un conjunto como el de la Suzuki GSX 1250 FA por el mismo precio. De hecho, el prescindir de complicaciones de cualquier tipo, era la única forma de poder anunciar un precio contenido.

Solo habría que tener una cosa en mente: la moto pesaba 257 kilos. No es un peso pluma y eso, en maniobras a baja velocidad, se nota y mucho. Además, según las pruebas de la época –la revista norteamericana Motorcycle y la española Motociclismo– afirmaban que las suspensiones eran tirando a blandas y era lenta de reacciones.

La Suzuki GSX 1250 FA no era, por tanto, una moto deportiva ni tampoco lo pretendía. Era una opción para quienes usan la moto todos los días, absolutamente para todo, y buscaban imagen, fiabilidad y usabilidad.