Moto del día: Lube 75 S

Moto del día: Lube 75 S

La Lube 75 S destacaba entre las motocicletas ligeras de su época en España gracias a una interesante calidad de diseño y producción.


Tiempo de lectura: 3 min.

Tras haber adquirido una amplia experiencia en Bristol tanto en técnica como en competición -llegó a ser piloto oficial de Douglas-, Luis Bejarano Murga fundó en España su marca de motocicletas Lube en 1947. Un año sin duda complicado teniendo en cuenta no sólo la precaria situación de un mercado local dominado por la escasez de la posguerra, sino también el complejo abastecimiento de materias primas al cual se enfrentaba toda empresa metalúrgica bajo aquel régimen de autarquía.

No obstante, movido por un inquebrantable espíritu comercial nuestro protagonista inició la producción de modelos con baja cilindrada a pesar de que, incluso estos, eran realmente exclusivos frente a las bicicletas y velomotores imperantes entre las clases populares del momento.

De todos modos siempre había huecos por donde ir prosperando, llegando incluso a utilizar las improvisadas carreras nacionales del momento a fin de promocionar sus productos poniéndose al manillar de los mismos. Asimismo, lejos de comprar sus motores a un proveedor externo -algo realizado por multitud de pequeñas marcas locales, más aun tras la aparición de la barcelonesa Hispano-Villiers- Luis Bejarano Murga diseñaba y producía los suyos propios aunque, a decir verdad, los primeros se basaron casi por completo en los de la francesa Terrot.

Y bueno, por si aquel alarde de autonomía técnica no fuera suficiente Lube destacó como pionero en España a la hora de montar horquillas para la suspensión delantera. Un campo donde incluso llegó a adelantar a Montesa, la cual también empezó a disponer de este elemento en sus motocicletas turismo durante la transición de los años cuarenta a los cincuenta.

Dicho esto, llama la atención el mimo y énfasis de calidad desplegado por la casa vasca ya que, aun siendo un modelo de escasa cilindrada -todavía bajo la ley que no implicaba necesidad de matrícula en caso de estar por debajo de los 98 cc-, en la 75 S de 1958 también podemos encontrar esta innovación al servicio del manejo y el confort. Por cierto, complementada aquí con unos amortiguadores traseras de carácter mecánico con los cuales añadir algo más de comodidad al asiento trasero con muelles regulables en su tensión.

Asimismo, la Lube 75 S incorpora detalles de acabado tan cuidados como la caja de herramientas, el fileteado en oro sobre fondo negro y el tubo de escape rematado en un precioso final a modo de “cola de pez” apto para ser desarmado en caso de querer realizar una cómoda limpieza del mismo. Todo ello montado sobre un bastidor monocuna que, intentando ahorrar costes, fue empleado en la producción de más modelos.

Respecto a la mecánica, el monocilíndrico con dos tiempos de la Lube 75 S llegaba hasta los 74 cc para entregar poco menos de 4CV con una compresión de 6.5:1 y alimentación por carburador Dell’Orto con 16 milímetros. Al cargo de la frenada estaban dos tambores con 135 milímetros y, de la transmisión, un cambio con tres velocidades especialmente largas. Tanto que, sobre el asfalto, esta motocicleta ligera renuncia a cualquier veleidad nerviosa y deportiva buscando así el desempeño más cómodo y relajado posible.

En suma, una opción perfecta para el día a día de la época, con ciertas posibilidades interurbanas y, sin duda, una calidad por encima de la media dada en la producción nacional. Algo que, a pesar de ciertas opiniones y leyendas urbanas aún corriendo por ahí, representaba la seña de identidad más clara para aquella Lube que todavía no había entrado en sus últimos años. Nuestros respetos a esta máquina encantadora.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.