La Triumph Speed Triple es la naked más “gorda” que vende la casa de Hinckley. El modelo tal y como lo conocemos hoy en día tuvo su génesis en 2005 cuando se presentó la cuarta generación, con la que el producto entro en una fase de maduración que se ha mantenido hasta nuestros días.
Obviamente, en estos casi 15 años se han ido acometiendo cambios y mejoras aquí y allá para mantener el producto fresco y competitivo, acorde a las mejoras tecnológicas fruto del paso del tiempo, pero cuyo concepto original sigue plenamente vigente.
2005 fue un año importante para esta saga. El nuevo modelo supuso un paso adelante en todos los aspectos respecto a su predecesora, la Triumph Speed Triple 995i. El motor era en esencia el mismo, pero con la carrera alargada para ganar esos 55 cm3 extra con los cuales, desgraciadamente, pasaba a estar en el último tramo del IVTM.
Se mejoraba también la gestión electrónica del motor gracias a un nuevo sistema digital firmado por la casa japonesa Keihin. El resultado de estos cambios era una potencia de 129 caballos a 9.250 RPM y una curva de par muy llena. Lo bueno de esta mecánica tricilíndrica es que el motor respondía bien siempre, independientemente del régimen de giro. Tenía bajos, tenía medios y tenía estirada final.
La parte ciclo también se revisó a conciencia, con una nueva horquilla frontal invertida y pinzas de freno radiales, que en las unidades fabricadas a partir de 2007 estaban firmadas por Brembo. En este aspecto las mejoras respecto a su predecesora eran enormes.
Y al final el rollo de las street figther siempre ha sido ese: tener un motor enorme y una parte ciclo de primer nivel. Vamos, una moto “R”, pero sin carenados. De hecho se vendía una versión “R”, más cañera y cara, que a cambio venía con suspensiones “pata negra” firmadas por Öhlins y tres caballos más.
Personalmente, siempre he visto un poco contrasentido este concepto de moto, ya que por motor y ciclo están pensadas para ir muy rápido y tener velocidad pura, pero la ausencia de carenado la penaliza en este tipo de entornos.
Si le damos la vuelta a la tortilla y nos vamos a espacios cerrados, tramos revirados o la propia ciudad, entonces la potencia ya no es tan importante, pero los 212 kg de peso que tiene la moto empiezan a hacerse difíciles de mover de lado a lado en las curvas. Además, con 1.435 mm de distancia entre ejes tampoco es especialmente ágil en tramos ratoneros. El chasis de doble viga fabricado en aluminio, así como el basculante monobrazo construido con el mismo material, ayudaban a mantener los kilos a raya, pero no lo suficiente.
A nivel de estética, la moto estaba diseñada por manos italianas y eso se nota. Tenía una personalidad propia y una linea inconfundible, cuya principal característica era la óptica bifaro frontal, que o te encantaba o la odiabas a muerte. Yo siempre he sido de estos últimos, ya que me parece que esta moto tiene gafas y no me llama nada.
Las Triumph tricilíndricas siempre han sido bastante gastonas, y la Speed Triple no es una excepción. Las medias rondan los 6,3 litros/100 km, y vale que es una mecánica de 1.000 cm3, pero hay otras motos con esas cifras de potencia y menor consumo.
De segunda mano andan algo caras. Son motos que han mantenido un buen valor de reventa, ya que es una buena forma de acceder a un cóctel explosivo de potencia y componentes de primera linea. Además, por norma general suelen tener mejor trato por parte de sus dueños que las típicas japonesas de 1.000 cm3.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Nunca me terminó de convencer, pero yo era muy fan de las T-509 y de su antecesora la 955i, estéticamente me quedo con las citadas, aunque esta este mucho más “refinada”
Siempre me ha gustado, y en Triumph siempre comentan que el 1050 es el motor más equilibrado que tienen. Yo lo probé en una Sport de 2012 y me encantó, la verdad.
La estética de las primeras es muy polarizante con esos faros…pero la hace inconfundible. Y el tema de los consumos parece que lo han afinado mucho en los últimos tiempos.