La Triumph TS8-1 Prototype fue mostrada por primera vez en el Earls Court Motorcycle Show de Londres en 1981. La idea de firma con sede en Leicestershire, Reino Unido, era presentar un producto que destacase tanto por sus prestaciones como por su comodidad a la hora de afrontar largos viajes. En resumidas cuentas, el último esfuerzo inglés de tener una motocicleta capaz de competir con la popular BMW R 100 RT.
Sin embargo, a diferencia de los tiempos que corren donde todo está preparado antes de cualquier exhibición pública, Triumph iba un poco a contrarreloj. La TS8-1 Prototype no estaba lista en su correspondiente stand durante el primer día de la cita. Pero sí lo estuvo a partir del segundo día y, además, causó un gran revuelo. Y si los tonos rojizos y dorados sobre fondo negro no eran lo suficientemente llamativos, su carenado tal vez sí que lo fuese.
“Todos los modelos de exposición se veían impresionantes, excepto el modelo TS8-1 de Triumph, que todavía estaba en construcción. El equipo de Dyson ya había estado trabajando durante todo el día durante casi una semana, y parecía cada vez más improbable que estuviera lista para el evento. Para evitar la vergüenza, toda la información promocional de Triumph se preparó sin referencia al buque insignia TS8-1”, escribió John Rosamond en el libro “Save the Triumph Bonneville! The inside story of the Meriden Workers’ Co-op” (2009).
La receta fue relativamente simple y fue diseñada para requerir la menor inversión en nueva ingeniería por parte de Triumph. Funcionaba con el mismo motor, caja de cambios y bastidor que habían estado usando en sus otras motocicletas en aras de ahorrar, pero agregaron un cabezal de ocho válvulas derivado del mundo las carreras para aumentar el rendimiento. Esto es muy similar a la fórmula que BMW había demostrado su eficacia con el R 100 RT.
Triumph también integró una pareja de frenos de disco en la parte delantera, una suspensión trasera ajustable y unas doradas llantas de aleación. Sin embargo, todo el conjunto ciclístico palidece con esa carrocería. El frontal es un diseño de Ian Dyson de dos piezas, con un parabrisas de metacrilato, e incluso hay una pieza teñida del mismo material en el carenado a cada lado. Es un toque distintivo que añade algo de usabilidad sin arruinar las líneas de la moto.
Lamentablemente, todo quedó en la nada, ya que el número mínimo de pedidos requeridos para comenzar la producción (50) no estaba disponible. Lo que Triumph realmente necesitaba era una inversión de capital lo suficientemente elevada para producir una gama completamente nueva de motocicletas modernas, y no lo conseguiría hasta que el empresario John Bloor comprara la compañía y comenzara de nuevo en la sede de Hinckley.
El motor de la Triumph TS8-1 Prototype era el mismo que el de otros modelos coetáneos, un bloque bicilíndrico en línea de 744 cm3 con 55 CV y 56,6 Nm
A diferencia de muchos prototipos, cuya suerte termina en un desguace o abandonada en el fondo de un almacén, Bill Crosby compró la Triumph TS8-1 Prototype y, durante muchos años, estuvo expuesta en el Museo de Motocicletas de Londres. En el odómetro se muestra un total de una milla (1,6 km) de “empuje”, es decir, que no ha sido conducida. Hasta donde se sabe, nunca siquiera ha sido probada en carretera, ni por alguna revista de motociclismo.
Para ver cuánto se había hundido la industria de las dos ruedas en Gran Bretaña a comienzos de los 80, solo cabe decir que dos empresas locales estaban oficialmente representadas: Triumph y Hesketh. Unos pocos años más tarde, las dos acabarían desapareciendo. La gama de los primeros se sustentaba en un solo modelo, la Bonneville, de donde salían el resto de modelos de la casa entre las frecuentes huelgas y disputas laborales en la fábrica de Triumph.
El modelo representa un interesante “qué pasaría si…” y, por esta razón, si no hay otro, merece ser mejor conocido de lo que es. El 19 de octubre de 2019 encontró un nuevo dueño por 15.312 euros, cuando fue subastada en Stafford por Bonhams.
Fotografía: Cortesía de Bonhams
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS