La Yamaha TDM 850 es un modelo que podríamos denominar experimental o atrevido, ya que es de esas propuestas que cruzan las fronteras establecidas de los diferentes segmentos para crear un nuevo concepto mixto que bebe de diferentes influencias y reúne cualidades y atributos que no estamos acostumbrados a encontrar juntos en un producto.
Corría el año 1991 y en Yamaha ya se empezaban a dar cuenta que la fiebre del Dakar estaba empezando a decaer. Por aquella época las trail auténticas -Honda Africa Twin, Yamaha Super ténéré, las BMW GS…- aún estaban en la cresta de la ola, pero la mayoría de usuarios que compraban una en el concesionario luego rara era la ocasión en la que utilizaban sus habilidades offroad.
Parecía evidente que el siguiente paso era ofrecer un nuevo tipo de producto que tomase esta herencia trail pero la adaptase para una conducción puramente asfáltica. Y esta idea fue el génesis de la Yamaha TDM 850. Se partió de la Yamaha Super Ténéré para el diseño del nuevo modelo, aunque se modificaron prácticamente todos los aspectos importantes de la moto.
El motor era un bicilíndrico en linea heredado de la trail, pero con la cilindrada aumentada hasta los 850 cm3. Era un motor muy avanzado para su época, ya que su culata contaba con cinco válvulas por cilindro y el sistema de lubricación era de cárter seco. En general, era un motor muy compacto y de reducidas dimensiones, pese a su gran cilindrada.
Destacaba por su carrera corta, la cual le permitía girar alegre de vueltas y ofrecer una potencia de 78 CV. Pese a la carrera corta y a la carburación, no era un motor especialmente gastón si lo comparamos con lo que era habitual en aquella época. Las medias rondan los 5,5 l/100 km.
Aparte de la mecánica, la Yamaha TDM 850 recibió un sistema de frenado bastante mejor que el de la Ténéré. Contaba con una pareja de discos de 298 mm en el eje frontal mordidos por pinzas de dos pistones. Para la suspensión, también se optó por un esquema más firme y capaz de soportar mayores esfuerzos, ya que las mentes ingenieriles de Yamaha pensaban que este tipo de motos se iban a utilizar gran parte del tiempo a dúo y por vías rápidas. Cabe destacar que la suspensión trasera perdió por el camino el sistema de bieletas que sí montaba la trail, para decantarse por un anclaje simple al basculante.
Aparte de eso, el resto de cambios consistían en un chasis de tipo delta box construido en acero, bastante más rígido y en una protección aerodinámica mejorada, ya que la moto estaba mucho más enfocada en recorridos por autovía a alta velocidad.
Estéticamente el conjunto transmite fortaleza y robustez. Destaca el frontal, donde el bifaro está rodeado por la careta y el carenado, pero sin integrarse completamente en él, creando un efecto sugerente. Por otro lado, el cubre cárter metálico, que desapareció en las últimas versiones, nos delata su origen trail.
Los escapes gemelos -una salida para cada cilindro- le quedan sencillamente genial, como en todas las motos. En 1996 el modelo sufrió una revisión importante en su diseño, suavizando la mayoría de sus líneas para conseguir una imagen más fresca y actual.
En cuanto a su practicidad y zona de confort, la Yamaha TDM 850 es la típica moto lógica que, sin especializarse en nada, tocaba muchos palos y se desenvolvía bien en la mayoría de situaciones. Por su protección aerodinámica y su postura de conducción erguida, es una moto que invita a hacer grandes rutas y recorrer muchos kilómetros con comodidad.
Por otra parte contaba con un cierto caracter deportivo gracias a sus casi 80 CV, que para los estándares de 1991 eran muchos, ya que las deportivas tetracilíndricas de 600 cm3 andaban todas muy cerca de esa cifra, a excepción de la todopoderosa Kawasaki ZZR 600.
En general es un concepto mixto muy apetecible para la actualidad, pero que a principios de los años 90 no alcanzó mucho éxito en nuestro país. Por aquella época en España se había abierto la veda de las motos grandes de importación gracias a la entrada de nuestro país en la Comunidad Económica Europea en 1986.
En ese contexto había hambre de cilindrada, de caballos, de prestaciones, y en ese ansia del mercado, la racionalidad y equilibrio de la Yamaha TDM 850 no supieron hacerse un hueco. Una pena, aunque hoy en día y, tras la resaca de la crisis económica de 2008, vemos como este tipo de motos están más en auge que nunca.
Después de unas cuantas revisiones del modelo, la Yamaha TDM 850 dejó de venderse en 2011 sin pena ni gloria, aunque hoy en día cabe mencionar que cuenta con una digna heredera en el mercado: la Yamaha Tracer 700, pero esa historia ya os la contamos hace unas semanas.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Después de más de 20 años utilizando tanto la 850 como la 900, más de 200.000km recorridos a sus lomos. Como administrador de foro TDM y estoy en los distintos grupos que hay de este modelo. Son motos que superan con pasmosa fiabilidad los 200.000km.
Por otra parte, una gran parte de los propietarios han renovado hacia la Tracer 900. Otros seguimos esperando a la 1200 bicilindrica
Una motaza, uno de esos casos de moto adelantada varios años a su tiempo. Las pocas que se vendieron aquí siguen impecables y sus dueños solo te dicen maravillas. Eso si, más que la Tracer 700, para mi la verdadera sustituta de esta es la Tracer 900
Cuando lo redactaba estaba pensando precisamente en eso. No sabía si se parecía más a la Tracer 700 o a la 900. Lo cierto es que está un poco en el medio.
Por motor y potencia, está claro que la equivalente actual es la 700, pero una moto como la 850, hace 25 años era gama alta y gran cubicaje, por lo que en ese aspecto, con la “inflacción de potencia” (concepto que me acabo de inventar) su sustituta sería la Tracer 900.