Siguiendo las líneas básicas de la TDM 850 a comienzos de los 90, la Yamaha TDM 900 entró en el nuevo milenio con la misma filosofía, pero adaptada a los tiempos que corrían. Etsuo Matsuki, líder del proyecto, concibió esta serie con la idea de crear una motocicleta ideal para afrontar carreteras de curvas, largos recorridos de autovía y poder permitirse algunas licencias en pistas de tierra como aquellas que se apellidaban Ténéré.
Frente a su antecesora, la Yamaha TDM 900 lucía un aspecto más asfáltico y agresivo. “La TDM 850, a lo largo de su vida, se ha mantenido esencialmente como la misma moto”, explicaba el gerente de planificación de productos en Yamaha Europa, Sven Ermstran, cuando se presentó el nuevo modelo. “Siguiendo nuestra visión a largo plazo, queríamos que la nueva TDM 900 se ajustara a los próximos 10 años conservando todos los puntos fuertes, llevándola a un nivel más alto en general”, añadió. Puede resultar más o menos atractiva a la vista, pero el espíritu de la TDM se mantenía.
Su nueva carrocería permitía al piloto sentarse en una posición ligeramente más adelantada, mejorando la sensación de control sobre el eje delantero. Con un peso en seco de 190 kilos (223 kg con líquidos), también era sensiblemente más ligera que su antecesora. El chasis de acero fue reemplazado por uno de aluminio de nuevo diseño, que no solo aportaba mayor rigidez, sino también 6 kilos de ahorro. Se había reducido el tamaño del radiador y el tanque de aceite se fabricó en acero prensado, siendo un 23 % más liviano que el diseño previo y equipado con un sensor de nivel.
El nuevo chasis aumentó la rigidez torsional de la TDM en un 40 %, y el reparto de pesos era casi perfecto: 49,8 % en el frente y 51,2 % en la zaga
Como resultado, la TDM 900 había mejorado su manejo, especialmente en la jungla urbana y en curvas rápidas de alta velocidad. La dirección también se mostraba más precisa, en parte gracias a unas ruedas más anchas que habían sido heredadas directamente de la Yamaha YZF-R6 (120/70 R18 delante y 160/60 R17 detrás). La suspensión trasera superpuesta quedaba a cargo de un brazo oscilante y un amortiguador totalmente ajustable, el mismo que usaba la R1. Al frente, una horquilla invertida de 43 mm también contaba con dureza regulable y una extensión de hasta 150 mm.
Al igual que la mayoría de los componentes del chasis, el equipo de frenado también fue mejorado. La Yamaha TDM 900 contaba con una pareja de discos de acero flotantes de 298 mm con pinzas de cuatro pistones en el eje anterior y un disco sencillo de 245 mm con pinzas de dos pistones en la zaga. Para ajustarse al estilo de conducción de cada jinete, la maneta de freno contaba con cinco posiciones de ajuste. La firma de Iwata se jactaba de una gran potencia de frenado, incluso en un camino de descenso con pasajero montado y algo de equipaje.
El bloque de dos cilindros en paralelo de la TDM 850 fue revisado al completo. El cambio más significativo estaba en el incremento de cilindrada, pasando a cubicar 897 cm3 (+49 cm3). Con un nuevo sistema de inyección de combustible, el motor era capaz de entregar 86 CV de potencia a 7.500 RPM y 89 Nm de par motor a 6.000 RPM. No solo era un motor más potente y rápido, también mejoró en el ahorro de combustible (de 5 a 6 l/100 km), en emisiones emitidas por el escape y en su mayor versatilidad. A medio y bajo régimen la respuesta más completa.
En 2012 se despidió del mercado.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS