Vivimos en una época en la que las más modernas tecnologías coexisten con el movimiento más vintage. Tenemos a nuestro alcance todo lo que necesitamos con solo un par de toques a la pantalla de nuestro teléfono, pero a la vez, nos perdemos horas y horas por los mercados de segunda mano, en busca de esos productos que nos trasporten al pasado, cuando la esencia de todo era más pura.
La BMW R18 de Kingston Custom, que hoy os traemos, es una mezcla de esas dos corrientes con las que vivimos actualmente. Por un lado, tenemos una de las motos más espectaculares fabricadas por la marca bávara hasta la fecha y cargada de las tecnologías más actuales, y en el otro, las horas y horas de trabajo por parte del preparador para transportar al pasado esta R18, y devolverla a los orígenes del fabricante alemán.
A simple vista, puede ser otra preparación más con la BMW R18 como base, con un gusto exquisito y una atención al detalle que roza la perfección. Pero, la verdadera esencia de esta moto, radica en la transformación que ha sufrido su motor. Todo un “Regreso al Pasado”, que dejaría boquiabierto hasta los mismísimos Marty McFly y el Dr. Emmett Brown.

No existe inyección de combustible, control de tracción alguno, modos de conducción o ABS. Si alguna vez os habéis enfrentado a una preparación de una moto moderna, sabréis que este tipo de cosas son el quebradero de cabeza más grande que hay, mucho más que las horas invertidas pensando en como será el diseño final.
En Kingstom Custom empezaron a meterle mano a la BMW R18 y pronto empezaron a desaparecer piezas, como la tapa de plástico que se encuentra en la parte de atrás del gran motor de 1.800 cc. En su lugar, ahora hay un recipiente hecho a mano en el que se encuentran la llave de contacto y un botón para el encendido, y la caja para el filtro de aire, inspirada en los modelos más clásicos con motor bóxer de BMW.
Lo siguiente que salta a la vista, son los carburadores empleados para alimentar el motor. Se trata de unos Bing de 40 mm, también típicos de todos los modelos más clásicos. Obviamente, todo esto no fue nada sencillo de acoplar y hacerlo funcionar. Tuvo que eliminar el encendido de serie de BMW y el sistema CANBUS de la moto para que esta modificación llegase a buen puerto. Además, se ha eliminado la marcha atrás eléctrica que trae de serie la BMW R18 y todo el sistema de ABS del sistema de freno.

En cuanto al diseño, nos encontramos con una estética bobber muy minimalista, con todo llevado a la mínima expresión. De hecho, no encontraréis ni un solo cable a la vista, ni siquiera en la batería, que ahora se encuentra alojada por debajo de la transmisión. El resto es una mezcla entre piezas OEM y elementos personalizados, como por ejemplo, el faro principal de una BMW R nineT, el asiento monoplaza procedente del catálogo de accesorios de Harley-Davidson o el guardabarros trasero fabricado desde cero, que monta un par de módulos que hacen las funciones de luz de posición e intermitentes.
En la zona de mandos, también encontramos diversas modificaciones. Un nuevo manillar más elevado que proviene directamente del catálogo de accesorios originales de BMW, nuevos puños, un acelerador clásico que funciona con cable, manetas Rebuffini, un velocímetro Motogadget y unos intermitentes incrustados en el manillar del mismo fabricante de accesorios.
Otro de los ajustes visuales más importantes son las llantas de 21 delante y 18 atrás. En la rueda delantera se ha tenido que adaptar el guardabarros para ajustarlo a la medida más grande. Y en la parte trasera, un portamatrículas montado en el lateral, deja a la vista la mayor parte del neumático. Además, el gran escape de origen de la R18 ha dejado paso a un par de silenciosos de Rough Crafts, muy similares a los que pudimos ver en el modelo concept de la R18.
El conjunto final, con esa elección de colores y detalles, es sublime. No me quiero imaginar como tiene que ser conducir una moto con esas características tan puras, sin ningún tipo de ayuda electrónica y sabiendo que tienes toda la entrega de potencia a un simple movimiento de tu puño derecho. No puedo tener más envidia de su propietario.
Mario Rodrigo
Sinceramente, el "bicho" de las motos me picó ya siendo adulto y desde entonces no he parado de disfrutar una y otra vez hasta que lo he convertido en parte de mi profesión. Tan pronto te hago una sesión de fotos que te destripo un motor o te transformo una moto en cafe racer. Las motos son mi pasión y me encanta todo lo que les rodeaCOMENTARIOS