Recientemente Kawasaki ha presentado en Japón su nueva superbike: la Kawasaki Ninja ZX-10R, máximo exponente de la deportividad y la prestaciones del fabricante de Akashi. Los cambios respecto al modelo de 2018 son menores y afectan principalmente al motor, dejando el apartado estético practicamente invariable.
La principal novedad reside en la culata del tetracilíndrico de 1.000 cm3. El modelo 2019 incorpora un sistema de actuación de las válvulas mediante unos balancines que se encuentran entre las levas del árbol y los taqués, en la cabeza de las válvulas. Esta novedad ha sido desarrollada por los ingenieros de Kawasaki del equipo de competición del mundial de superbikes y ya se estuvo usando en las motos de carreras de la marca en 2018. Ahora el sistema llega a toda la gama ZX-10R.
Las ventajas de emplear estos balancines en la distribución residen el poder utilizar unos perfiles de levas más agresivos, que a su vez implica que las transiciones abierto-cerrado de las válvulas sean aún más rápidas. Por otra parte, este sistema supone un ahorro en peso de los componentes mecánicos de aproximadamente un 20%. Si las piezas son más ligeras y tienen menos inercias pueden girar más rápido, lo cual al final supone más potencia.
Además, estos balancines han sido tratados con un nuevo recubrimiento DLC que reduce las fricciones y los desgastes por lo que la fiabilidad general del motor también se ve aumentada. En la práctica, todo este trabajo se traduce en una mejora de la potencia de unos modestos tres caballos, así que la ZX-10R pasará de los 200 que tenía actualmente a 203 en la versión 2019.
La grande de las Ninja se comercializa en tres sabores diferentes. Por un lado está el modelo estándar, la ZX-10R. Kawasaki también ofrece la ZX-10RR, una versión de altas prestaciones orientada en la competición con una ciclística de mayor calidad y llantas más ligeras; y por último la Kawasaki ZX-10R SE que cuenta con una suspensión electrónica adaptativa KECS.
Todas ellas montarán la nueva culata de balancines, que además vendrá pintada en un atractivo colo rojo para distinguirlas de las versiones anteriores. La otra novedad es que toda la gama traerá de serie el cambio dual KQS, el quickshifter de Kawasaki, y un gadged que está empezando a ser imprescindible en todas las motos de alta gama.
Por último, la Kawasaki ZX-10R SE también va a recibir la revolucionaria pintura “autoreparante” de Kawasaki, que ya viól la luz hace unas semanas en la presentación de la Kawasaki H2 2019. Este pintura tiene ciertas propiedades plásticas que permite corregir pequeños desperfectos o arañazos en la pintura, siempre que estos no sean demasiado profundos.
Puede que peque de fatalista, pero para mi es como si las deportivas actuales hubiesen tocado límite, o al menos ya no evolucionan de forma tan frenética como hace unos años cuando no eran de extrañar mejoras de en torno a 10 CV en cada nueva interación de los modelos. Es como si la físicia ya no permitiera rascarle mucho más a un motor de 1.000 cm3 sin que se acorte su vida dramáticamente.
Hoy en día podemos darnos con un canto en los dientes con que la nueva generación, ya no reduzca, sino que mantenga el peso de la anterior. Las normativas antipolución están aprentando mucho a los fabricantes, que tienen que hacer motores más tranquilos y civilizados, además de incorporar sofisticados sistemas de tratamiento de los gases de escape, que merman las prestaciones del motor y también suponen un aumento de peso.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS