La Yamaha XVS 650 Drag Star llegó al mercado en el año 1997 para reemplazar a la mítica Yamaha Virago, la cual, había estado en el mercado durante muchos años. Tantos como estaría la Drag Star, que se comercializó hasta 2017 en diferentes partes del mundo, mercados donde contaría con denominaciones específicas, como en Estados Unidos, donde se la conocía como Yamaha V Star 650.
Era un modelo bastante básico, una custom “de acceso” basada en un chasis muy sencillo, con suspensiones sencillas y un motor, efectivamente, muy sencillo. Se buscó contener costes y ofrecer al mismo tiempo una moto custom interesante que se dividía en dos versiones: la Drag Star y la Drag Star custom, que como su nombre indica, apostaba por una imagen y unas características más custom, más cruiser: guardabarros envolventes, escapes largos y cromados, manillas “cuerno de vaca”…
Su propulsor derivaba directamente del empleado en la Virago 535, al cual, se le ampliaron las cotas para aumentar el desplazamiento hasta los 649 centímetros cúbicos –cinco milímetros más de diámetro de pistón, hasta los 81, y cuatro milímetros más de carrera, hasta los 63–. La refrigeración era por aire, solo tenía dos válvulas por cilindro y como cabe esperar, no era un prodigio de potencia: 40 CV.

Una moto custom, por lo general, no es una motocicleta prestacional, aunque eso no quiere decir que no sean rápidas –las hay muy rápidas, todo sea dicho–. Y en este caso, las prestaciones no eran su principal reclamo, pues homologó una velocidad máxima de 134 km/h, un 0 a 100 km/h en 12,5 segundos y una aceleración de 0 a 1.000 metros en 39 segundos.
Todo era, como decíamos, muy sencillo. El chasis era un tradicional entramado de tubos de acero redondo –aunque era totalmente nuevo–, complementado por una horquilla telescópica y un amortiguador trasero oculto para ofrecer una imagen hardtail. El freno delantero era de un solo disco y el trasero era de tambor, mientras que la caja de cambios tenía cinco relaciones.
Aunque era sencilla y además, barata –1.185.000 pesetas, poco más de 7.000 euros sin sumar inflación–, no era una mala montura y como primera moto para un amante del custom era casi perfecta. Los moteros con experiencia quizá la encontrarían escasa de motor, pero para ellos estaba la Drag Star 1100. Solo había que tener una cosa en cuenta con la Yamaha XVS 650 Drag Star, y es que pesaba más de 230 kilos, aunque el asiento estaba muy cerca del suelo –708 milímetros– y ayudaba a controlarla en parado. La versión custom tenía el asiento todavía más bajo, aunque pesaba un poco más –asiento a 695 milímetros y más de 240 kilos–
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS