Nuestro país, como otras tantas naciones del mundo, vive un episodio de elevada excepcionalidad, de esos que se recordarán durante generaciones y rellenarán páginas de la Historia. Por lo menos durante dos semanas nuestras vidas quedan profundamente alteradas, la sociedad reduce su actividad al mínimo y la mayor parte del tiempo la tendremos que pasar dentro de nuestros hogares.
En todo este tiempo espíritu RACER Moto continuará ofreciendo sus servicios como siempre, con el ánimo de informar, entretener y educar, las tres funciones del periodismo (del motor, por especificar). Nuestros contenidos seguirán apareciendo en vuestros dispositivos con la misma regularidad y el mismo cariño de siempre.
Aunque por razones evidentes tendremos que dedicarle tiempo a las consecuencias -que no van a ser pocas- del maldito COVID-19, procuraremos de vez en cuando ofreceros contenidos que os ayuden a desconectar temporalmente de esta pesadilla, poniéndoos al manillar de motos exóticas, conociendo historias y ampliando vuestro conocimientos sobre las dos, tres y cuatro ruedas, por muy extensos que estos ya sean.
En el caso de los lectores habituales, sabemos que lleváis al día lo que vamos sacando, pero para combatir el aburrimiento o la sed de gasolina os proponemos la sección “Me aburro”, donde una lotería electrónica os irá presentando artículos publicados desde la fundación de este medio, y puede que alguno anterior de la época previa, más o menos vigentes (o directamente intemporales). El que pretenda leérselo todo tendrá una cuarentena muy breve.
Al margen de todo esto, también es momento para pensar en las cosas buenas que implicará paralizar el país durante unos días. Los accidentes de tráfico y cifras de siniestralidad se van a desplomar a niveles mínimos históricos, o al menos desde que se toman datos. El aire de las ciudades mejorará su calidad incluso respecto a los mejores niveles del año, y los residentes podremos disfrutar de un mayor silencio, que puede ser en ocasiones el más bello de los sonidos. Y por qué no decirlo, el que salga a repostar lo hará a precios no vistos desde hace años.
Cuando acabe el confinamiento tendremos un país que levantar entre todos de nuevo, habrá que hacer muchos esfuerzos y sacrificios, pero nada peor comparado con lo que tuvieron que hacer nuestros abuelos, bisabuelos o tatarabuelos en acontecimientos como la guerra fraticida que partió el país en dos en 1936, la gripe “española” de 1918 o la invasión de las tropas napoleónicas de 1808 -por citar eventos catastróficos relativamente recientes-.
También tendremos que replantearnos muchas cosas sobre el ajetreado ritmo de vida que llevábamos; vivíamos peligrosamente y no teníamos tiempo para muchas cosas. Mas ahora nos va a empezar a sobrar, según el caso. Es momento asimismo de recordar el esfuerzo de todos aquellos que en este momento están manteniendo la civilización: sanitarios, policías, carteros, barrenderos, cajeros de supermercado, camioneros, empleados de logística, cuidadores y un larguísimo etcétera. Los periodistas seguiremos haciendo nuestra humilde contribución a dicho esfuerzo.
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Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.Mucho ánimo para todos en esta excepcional situación que esperemos por el bien de todos que dure el menor tiempo posible, seguiremos día a día deleitándonos con los artículos para que todo se haga más amenos, un fuerte abrazo!!