Definido por su habilidad pilotando pero también trabajando sobre la mecánica, Santiago Herrero pudo haber sido un gran campeón mundial de no haber encontrado su fin en el TT de la Isla de Man.
Justo cuando todo apuntaba a la victoria de Santiago Herrero en el Mundial de 1970, llegó un accidente mortal con el cual también se puso fin a la historia de la OSSA 250 Monocasco